La costumbre de consumir 12 uvas al inicio de un nuevo año no solo busca atraer la buena suerte, sino que también trae consigo beneficios para la salud. Esta fruta es rica en antioxidantes y fibra, además de estar repleta de vitaminas y minerales que contribuyen a estimular el buen funcionamiento del organismo.
Según análisis de la Fundación Española de la Nutrición, que fueron replicados por la prensa internacional, las uvas contienen azúcares de rápida absorción, por lo que pueden aportar energía. Este fruto también se destaca por su riqueza en vitamina C y en minerales como el magnesio, potasio, fósforo y calcio, entre otros elementos esenciales para el organismo.
Consumir un racimo de uvas equivale al requerimiento cotidiano de potasio necesario para el organismo, un mineral clave en la reducción del sodio y, por ende, en el control de la presión arterial. De ahí que esta fruta se convierte en una aliada importante para quienes sufren de hipertensión y necesitan regular sus niveles.
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El consumo de uvas podría propiciar igualmente mejoras en ciertas funciones cognitivas y el estado anímico. Su riqueza en antioxidantes le confiere la capacidad de combatir el efecto de los radicales libres, cuidar el corazón y retrasar el envejecimiento.
Las uvas contienen entre un 80 y un 84% de agua y su consumo ayuda al cuerpo a mantenerse hidratado, especialmente en medio de las altas temperaturas. Se considera que este fruto puede ayudar a complementar la ingesta de líquidos y ofrecer una opción de refrigerio fresco y refrescante, ideal para la cena de Año Nuevo.
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