Tras las celebraciones de Navidad, viene el famoso “recalentado”, que implica volver a calentar y consumir los alimentos sobrantes de la cena de las fiestas decembrinas debido a la gran cantidad de comida que se prepara. No obstante, esta práctica puede ser peligrosa si se aplica con los métodos o alimentos equivocados.
El riesgo del recalentado se debe principalmente al crecimiento bacteriano y la manipulación inadecuada de los alimentos. Para minimizar estos riesgos, es importante practicar una buena higiene alimentaria, enfriar rápidamente los alimentos, almacenarlos correctamente y asegurarse de qué se puede recalentar y hacerlo con los alimentos permitidos.
Al considerar los factores de temperatura y crecimiento de bacterias, hay algunos platos o alimentos que sería mejor no recalentar de la cena de Navidad, como los platos con crema o mayonesa, según estudios nutricionales, replicados por la prensa internacional. Si se dejan fuera de la heladera más tiempo del recomendado, pueden desarrollarse bacterias peligrosas. Si no se han almacenado a una temperatura adecuada, es mejor no recalentarlos.
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Los mariscos son otro de los alimentos que no se deben recalentar debido a su alto riesgo de descomposición rápida. Si no están frescos o si han estado a temperatura ambiente durante más de un par de horas, no deben volver a pasar por el fuego.
Aunque es una práctica común, no es muy recomendable recalentar el arroz. Este alimento puede contener esporas de “bacillus cereus”, una bacteria que puede sobrevivir al proceso de cocción. Si el arroz cocido se deja a temperatura ambiente por largos periodos, las esporas pueden germinar. Debe recalentarse solo si se ha guardado correctamente y por única vez.
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