El dolor de espalda puede resultar muy frecuente por el estrés, el ajetreado ritmo diario, la falta actividad física o las malas posturas. A la hora de aliviar esta molestia, con alternativas caseras: ¿es mejor utilizar el frío o calor para la espalda? Un nuevo estudio respondió al dilema.
La técnica del frío y el calor son igualmente buenas, pero tienen distintas formas de actuar sobre el cuerpo. Por lo general, las temperaturas más bajas ayudan a reducir inflamaciones e hinchazón, mientras que el calor es bueno para relajar los músculos. Según un estudio del Centro de Investigación y Tratamiento del Dolor de Espalda de España, que fue replicado por la prensa internacional, la aplicación de la terapia de temperatura dependerá de la clase de lesión.
Los efectos fisiológicos de la aplicación de calor incluyen el alivio del dolor, el incremento del riego sanguíneo y el incremento de la elasticidad del tejido conectivo. En cambio, en la terapia con frío se reduce la inflamación o el edema.
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Si bien la investigación no es concluyente a la hora de determinar cuál temperatura es la mejor, la recomendación apunta a que el calor aplicado a corto plazo, apoyado con la realización de ejercicios y medicamentos, puede ser la mejor opción para un cuadro de dolor de espalda agudo.
Más allá de cualquier recomendación, siempre es fundamental acudir junto a un profesional médico a fin de adoptar el tratamiento que más se ajuste a las necesidades de cada organismo. Hallar la causa del dolor de espalda también es crucial para combatirlo.
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