En medio de las altas temperaturas, es común querer hidratarse con una bebida bien helada. Ante el apuro, existe un truco casero que ayuda a enfriarlas en pocos minutos y sin la necesidad de utilizar un congelador. Aunque parezca extraño, solo se necesita agua, hielo y un poco de sal.
Para poner en práctica esta técnica casera, primeramente se debe depositar la lata o botella en un recipiente que contenga agua y la cantidad de hielo que se desee. Es indispensable que la bebida quede lo más cubierta posible. Luego, se debe agregar un poco de sal, tres cucharadas soperas serán suficientes.
Cinco minutos serán suficientes para disfrutar de una bebida helada con este método casero, pero sumamente efectivo y rápido, que no requiere de la utilización de algún congelador u otros electrodomésticos.
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¿Por qué la sal ayuda a enfriar bebidas?
La sal es un ingrediente indispensable en la cocina y, además, un componente clave en el proceso de enfriamiento. Por sus características, necesita calor para disolverse en el agua. Cuando se coloca la sal, se encarga de buscar el calor de la botella o la lata y el hielo aporta el frío, lo que facilita el procedimiento de enfriar las bebidas.
Este truco casero tiene su origen en una premisa científica: la segunda ley de la termodinámica, en donde se establece que “dos sustancias con diferentes temperaturas alcanzan el equilibrio térmico entre ellas”. La mezcla de la sal y el agua produce una reacción endotérmica: la sal absorberá el calor de la lata o botella y el frío de los hielos pasará más rápido al recipiente que está a temperatura ambiente.
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