Conciliar el sueño en la noche puede representar todo un desafío para quienes se enfrentan a trastornos de sueño. Cuando no se puede luchar contra el cansancio, dormir en el sofá puede resultar una alternativa más “amigable” para descansar, incluso antes que la cama. ¿Por qué es más sencillo quedarse dormido en el sofá? La ciencia relaciona este fenómeno con la “presión del sueño”.
Según una investigación de la Fundación Nacional del Sueño de Estados Unidos, que fue replicada por la prensa internacional, la presión del sueño es una de las razones por las que es más fácil dormir en el sofá: se trata del impulso biológico del sueño. Cuanto más tiempo se lleva despierto, mayor será la presión del sueño y la facilidad para dormir en cualquier sitio.
El entorno también influye en las probabilidades de conciliar el sueño. Así, una superficie cómoda como el sofá, en una habitación cálida, con luz tenue y un programa de televisión de fondo hacen al ambiente perfecto para tomarse un descanso. Para muchas personas, este entorno es perfecto para conciliar el sueño.
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¿Por qué es difícil dormir en la cama?
Hay diversas razones que hacen que conciliar el sueño en la cama sea un reto. Es común experimentar ansiedad a la hora de dormir. La preocupación de descansar lo suficiente o quedarse dormido lo bastante rápido también afectan el ciclo de sueño. En estos casos, meterse en la cama puede asociarse a sentimientos de estrés, que dificultan aún más el sueño.
Para afrontar esta dificultad, es indispensable adoptar hábitos de sueño saludables, que incluyen tener una rutina regular antes de acostarse, una habitación oscura y tranquila para dormir y no utilizar el teléfono móvil en la cama.
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