Caminar diariamente o utilizar la cinta para realizar ejercicios físicos puede aportar numerosos beneficios a la salud, pero realizar cualquiera de estas rutinas a la inversa o “de espaldas” le agrega mayor provecho y contribuye a aumentar el equilibrio, el ritmo de marcha y la aptitud cardiopulmonar, según nuevos estudios.
Según estudios publicados por la Biblioteca Nacional de los Estados Unidos, caminar en marcha atrás durante 30 minutos puede contribuir a la reducción de la grasa corporal y el mejoramiento de la condición cardiorrespiratoria. Los primeros resultados se ven al menos cuatro semanas tras iniciar con el particular ejercicio. El movimiento hacia atrás puede ayudar a quienes padecen artrosis de rodilla y dolor de espalda crónico, además de mejorar la marcha y el equilibrio.
El principal beneficios de optar por la marcha inversa se encuentra en añadir movimientos variados a las actividades cotidianas, que resulta mucho más beneficioso para el cuerpo. Generalmente, el organismo se adapta a las posiciones, movimientos y posturas más frecuentes, que conduce al desgaste de las articulaciones y, por tanto, al dolor y las lesiones.
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El movimiento hacia atrás o “de espaldas” no se trata de una novedad. Empezar con este hábito puede resultar bastante sencillo. La clave, como con cualquier ejercicio nuevo, es animarse y desarrollarlo con cautela. Se puede empezar caminando hacia atrás durante cinco minutos varias veces a la semana.
Otra alternativa es dar un paseo de 20 minutos, cinco de ellos en marcha atrás. A medida que el cuerpo se acostumbre al movimiento, se puede aumentar el tiempo y el ritmo o probar movimientos más desafiantes como caminar hacia atrás en cuclillas, de acuerdo con dichos análisis.
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