El desayuno es, sin dudas, la comida más importante del día. Tras largas horas en reposo, generalmente de seis a ocho horas, el cuerpo se despierta, se encuentra sin energía y con una mayor debilidad. Los nutrientes presentes en esta primera comida le permiten al organismo hidratarse y organizar los cambios metabólicos que tuvo durante la noche. Evitar este hábito puede ocasionar severas consecuencias a la salud física, pero también mental.

Según una investigación elaborada por la organización Frontiers, saltarse el desayuno está asociado con un aumento en las probabilidades de sufrir depresión, estrés y angustia psicológica en todos los grupos de edad. El tipo de alimentos que se consumen en las primeras horas del día también influye directamente en el estado de ánimo del consumidor, por lo que es importante optar por una opción balanceada y saludable por las mañanas.

Todo lo que se ingiere en el desayuno es de vital importancia para el buen funcionamiento del organismo. Son estos alimentos los que van a aportar la energía que el cuerpo demandará para realizar sus actividades diarias. Por ejemplo, se demostró que el consumo de alimentos como café, leche, té, chocolate, cacao y cereales está asociado directamente a una menor probabilidad de tener problemas de comportamiento.

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Más allá de las recomendaciones, siempre es importante acudir junto a un profesional médico para obtener un asesoramiento personalizado y elaborar el desayuno que más se ajuste a los requerimientos nutricionales de cada uno.

A la par del desayuno, resulta fundamental combinar la primera comida del día con otros hábitos saludables como realizar actividad física regular y llevar una buena hidratación. Otras actividades como la meditación o la relajación también son recomendadas para combatir el estrés.

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