Entre la gran variedad de cereales disponibles, la avena es considerada un “superalimento”, que se adapta a los requerimientos nutricionales más exigentes. Este alimento puede contribuir significativamente al bienestar general, incluido el sueño reparador, la salud cardiovascular y la función cerebral óptima.
Según estudios del Instituto Nacional de Salud de los Estados Unidos, consumir avena de manera regular puede mejorar la calidad del sueño debido a su alto contenido de melatonina, un regulador natural del descanso. La presencia de este compuesto en la avena puede ayudar a regular igualmente el ciclo del sueño.
Respecto a la salud cardiovascular, la avena tiene la capacidad de reducir el colesterol y mejorar la salud del corazón. Su riqueza en fibra soluble contribuye a disminuir los niveles de colesterol malo, por lo que se reduce el riesgo de enfermedades cardíacas. Además, sus propiedades antiinflamatorias y antioxidantes colaboran a mantener la salud del sistema circulatorio y a regular la presión arterial.
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Este cereal es rico en numerosas vitaminas y minerales como magnesio, hierro, cobre y zinc. Tiene igualmente un alto poder de saciedad y presenta una cantidad restringida de calorías, por lo que es una excelente alternativa para una dieta saludable.
La recomendación es incluirla en el desayuno: una opción es activar sus copos dejándolos en remojo durante toda la noche en el yogur o la leche. Hay que tener en cuenta que, al contener gluten, no es apto para las personas con celiaquía o intolerancia a esta sustancia. Más allá de sus beneficios, siempre es importante consultar con un profesional médico antes de incluir el alimento en la dieta.
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