Un calambre muscular se da por la tensión repentina e inesperada de uno o más músculos, que puede causar dolor durante unos minutos. Las causas de estos espasmos pueden ser varias, pero entre las más comunes se encuentran la pérdida de líquidos o el esfuerzo excesivo sobre los músculos.
Es importante prestar atención a los calambres debido a que pueden ser un signo de falta de minerales como el calcio. De hecho, la falta de vitamina D está directamente relacionada con la aparición de estos espasmos musculares. Este nutriente colabora con la absorción de calcio, un mineral que se encuentra en todo el cuerpo, y participa en la formación de tejidos óseos como los huesos. De ahí su importancia para prevenir calambres.
La vitamina D actúa además en muchos otros órganos: en el movimiento de los músculos, en los nervios que conectan el cerebro con otras partes del cuerpo y para combatir virus y bacterias del sistema inmunológico, según análisis de la revista científica National Geographic.
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La mayor parte de vitamina D que sintetizamos en el organismo es mediante la exposición a la luz solar. La forma más fácil y práctica de obtener este nutriente es a través de la exposición al sol, pero otros alimentos también la contienen. Entre estos, los pescados grasos como el salmón, el atún y la trucha, la yema de huevo y los champiñones, además de la leche, el yogurt y los cereales.
Para determinar si realmente existe un déficit de vitamina D, es importante consultar con un profesional médico, quien solicitará análisis de sangre para determinar dicha falta. Será además el doctor quien deberá recetar si es necesario complementar con suplementos una dieta rica en este nutriente.
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