Las mayores dificultades a la hora de almacenar alimentos aparecen con las verduras. Para evitar que la comida termine en la basura, cuando perfectamente se puede evitar, es clave poner en práctica una serie de trucos sencillos de guardado que permiten alargar notoriamente la vida útil de los ingredientes frescos.
En el caso de las verduras, es necesario analizarlas particularmente, según estudios elaborados por la Universidad Nacional del Litoral en Argentina. Por ejemplo, con las verduras de hoja siempre es recomendable almacenarlas en un recipiente hermético dentro de la heladera a fin de prolongar su tiempo de conservación, Lo principal es lavarlas y, posteriormente, colocarlas en este envase entre capas de servilleta o de papel de cocina.
En cambio, con otros vegetales como las zanahorias, el brócoli y el apio, se recomienda envolverlos en papel de aluminio y tenerlos así en la heladera hasta consumirlos. Los tomates pueden no requerir heladera, siempre y cuando puedan mantenerse en un lugar fresco de la casa. Si no es el caso, la mejor alternativa siempre será almacenarlos sin ningún tipo de envoltorios en dicho electrodoméstico.
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Si bien las papas se pueden guardar fuera de la heladera, esto no quiere decir que se deban mantener a la intemperie, sin ningún cuidado. Los consejos apuntan a conservar estos tubérculos en un lugar oscuro y mejor aún si es dentro de una bolsa de papel. A su vez, hay que alejarlas de las cebollas debido a que el gas de estos vegetales acelera su deterioro.
Las cebollas y los ajos tampoco requieren de la heladera para alargar su tiempo de vida útil. Se aconseja meterlas en bolsas de papel perforadas. Se conservan excelente en un lugar fresco, seco y a oscuras.
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