Adoptar una rutina diaria de cuidado capilar es esencial para mantener el cabello fuerte, saludable y radiante. En la gran variedad de productos naturales disponibles para lograr este objetivo, un ingrediente en particular aporta numerosos beneficios: se trata de la sal, que puede funcionar como una mascarilla cuando se combina con el champú.
La sal actúa como un exfoliante natural, eliminando las células muertas de la piel y la acumulación de productos capilares. Así puede ayudar a prevenir la caspa y a mantener el cuero cabelludo limpio y saludable, según apuntan estudios. También puede proporcionar un impulso de volumen al cabello.
Este ingrediente contribuye igualmente a controlar la producción de sebo en el cuero cabelludo, además de reducir el riesgo de contraer caspa, entre otros beneficios para el cuero cabelludo. De acuerdo con el análisis, esta rutina de cuidado capilar sería especialmente beneficiosa para los cabellos rizados. Los componentes de la sal serían aliados para la formación de los rizos, su fijación natural y su elasticidad con el paso de las horas.
Lea también: ¡No es carne ni lenteja! Este es el alimento con más hierro y proteína
Para utilizar la sal en la rutina capilar, se debe mezclar una pequeña cantidad de sal en el champú y comprobar su correcta disolución en el producto antes de aplicar la mascarilla en el cabello. Una vez que la mezcla esté lista, se debe masajear suavemente el cuero cabelludo y luego enjuagar. No es necesario hacerlo en cada lavado, ya que el exceso de sal podría resecar el pelo.
Ante el cuero cabelludo sensible o el pelo teñido, es importante tener precaución, ya que la sal puede resultar invasiva. En estos casos, es fundamental consultar con un profesional antes de incorporar este truco a la rutina.
Te puede interesar: ¿Cuál es el mejor lugar para ubicar las suculentas dentro del hogar?
Dejanos tu comentario
Esta mascarilla casera te puede ayudar a tener un cabello más saludable
El cabello es un aspecto fundamental en la apariencia y está relacionado con la autoconfianza y el empoderamiento. Existen numerosos hábitos, rutinas y preferencias actuales para el cuidado capilar, tanto dentro como fuera del hogar.
Sin embargo, lograr un cabello saludable no siempre se puede debido a problemas frecuentes que se presentan, en muchos casos asociados al estrés, la mala alimentación y la utilización de productos no adecuados.
Entre los problemas más comunes están la caída del cabello, la falta de hidratación y desnutrición capilar, además de la falta de brillo, lo que hace que se vean opacos y sin vida.
Lea también: ¡Cuidado! Posturas inusuales en el sexo propician la fractura de pene, revela estudio
Mientras que algunas mujeres sufren por la falta de volumen, otras tienen problemas por el exceso y sobre todo con el friz. Otro problema común relacionado con el cuidado de la melena es el encrespamiento y las puntas abiertas.
Si bien en los salones se pueden encontrar todo tipo de tratamientos, no siempre resultan acordes al bolsillo, por lo que mucha gente recurre a la compra de los productos para aplicarlos en su casa. De esta forma, cuidan y tratan el cabello para lograr la melena perfecta.
Entre los tratamientos aplicados en casa el básico es un buen champú. Se debe buscar uno que cubra las necesidades del tipo de cabello, sea graso, mixto, seco, incluso hoy en día se tienen para teñidos, con ondas, rulos y los que tratan el friz.
Lea también: Dormir mal durante la noche puede afectar al corazón y otros órganos
Lo ideal es buscar siempre un champú no contenga sulfatos ni siliconas, según los expertos. Entre los tratamientos que se pueden aplicar en casa luego del lavado son las mascarillas de tratamiento intensivo, sérum o aceite post lavado.
Existen también recetas caseras que ayudan a mejorar el aspecto del cabello, como, por ejemplo, el puré de aguacate, al que se le puede agregar una yema de huevo. Esta mezcla se puede usar como una mascarilla capilar, aplicando de puntas hacia la raíz y dejando actuar al menos 10 a 15 minutos.
Recordemos que la plata o aguacate tiene mucho omega, por lo que podrá aportar este aceite de forma natural al cabello y nutrirlo, mientras que el huevo es fuente de proteína y otros nutrientes.
Además de los cuidados con cosméticos, no hay que olvidar la importancia de una buena alimentación, así como también la hidratación debida para lucir la melena saludable y brillante.
Lea también: Trucos para lucir pestañas más largas, fuertes y revitalizadas
Dejanos tu comentario
¿Cómo afecta principalmente el consumo de sal a la salud del organismo?
Comúnmente utilizada para realzar el sabor de los alimentos, la sal puede ser la causa de numerosas enfermedades, aunque sus efectos pasen desapercibidos. Su consumo está asociado al aumento de la presión arterial y a un mayor riesgo de sufrir ataques cardiacos y diferentes formas de cáncer: conocé cómo afecta este ingrediente a la salud del organismo.
El consumo de sal tiene una connotación negativa principalmente por el papel del sodio en la presión arterial y las enfermedades cardíacas: este compuesto regula la cantidad de agua dentro de los vasos sanguíneos. Según estudios médicos, cuanto más sodio hay en la sangre, más agua atrae hacia los vasos sanguíneos. Así se eleva la presión arterial y también el riesgo de sufrir un ataque cardíaco y un accidente cerebrovascular.
Además de la presión arterial, el sodio de la sal está relacionado con otras consecuencias negativas para la salud como, por ejemplo, los trastornos metabólicos, los niveles elevados de azúcar en sangre, la enfermedad del hígado graso y aumento de peso. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, se debería consumir menos de 2.000 miligramos de sodio al día.
Lea también: Esta es la planta medicinal más efectiva para repeler a los mosquitos
No obstante, con la ingesta excesiva de sal, el consumo de sodio se dispara por encima de los niveles que el intestino puede tolerar. Para empezar a limitar el consumo, se pueden evitar los alimentos altamente procesados como las golosinas saladas (galletitas y papas fritas) y otros refrigerios salados (condimentos).
En su lugar, se puede optar por alimentos bajos en sodio y azúcar añadidos como las frutas y verduras. Más allá de las recomendaciones, siempre es importante acudir a un profesional de la nutrición para diseñar la dieta baja en sodio que mejor se adapte a las necesidades y requerimientos profesionales.
Te puede interesar: ¿Con qué vitaminas se le puede hacer frente al dolor de rodilla?
Dejanos tu comentario
Los cristianos están obligados a ser “sal y luz de este mundo”
Quienes profesan la confesión cristiana están obligados a transformarse en sal y luz de este mundo. La Palabra de Dios no admite acepciones por categorías jerárquicas o clases sociales. No existe un destinatario exclusivo de este mensaje. Ninguno puede escudarse en una posición de privilegio para evadir este mandamiento de Jesús que nos llega a través de Mateo (5:13-16). Los creyentes que practican su fe no deben limitar su campo a la prédica, sino que tienen que ser protagonistas del cambio. Y la mejor manera de enseñar –es bien sabido– es con el ejemplo. Desde los tiempos del Mesías hemos aprendido que estamos rodeados de personas que han demostrado mayor solidaridad con el semejante (como el buen samaritano) que aquellos que todos los días proclaman “Señor, Señor” en los labios, pero sin ofrendar testimonio de vida. A estos últimos se los clasifica con la denominación de una antigua secta: los fariseos. Tampoco hay que confundir el simple activismo dentro de la Iglesia con el verdadero fundamento de la evangelización. Es decir, una auténtica conversión que contribuya a tener una sociedad cada vez más humana, justa, digna y fraterna. Conversos, reiteramos, a Cristo, y no a la causa de un grupo o alguien en particular. La cita de Efesios 4:1 es inapelable: “Y Él dio a algunos el ser apóstoles, a otros profetas, a otros evangelistas, a otros pastores y maestros”. Sin necesidad de hábitos, todos podemos ser pastores del prójimo. “Si no hablas para advertir al impío de su mal camino a fin de que viva, ese impío morirá por su iniquidad, pero yo demandaré su sangre de tu mano” (Ezequiel 3:18). Como está escrito, no se trata únicamente de evitar el mal como un espectador indiferente, sino de alertar al otro de no hacerlo.
¿Qué implica ser sal de este mundo? Las referencias bíblicas nos indican que era un condimento muy apreciado en aquella época, no solamente porque daba sabor a los alimentos, puesto que también se los utilizaba para conservarlos, especialmente los pescados. En términos figurados, evitaba la descomposición de la carne, su putrefacción, esto es: la corrupción de las sanas costumbres. Pero si la sal no era pura, “ya no sirve para nada, así que se la tira en la calle y la gente la pisotea” (Mateo 5:13). ¿Dónde queda la misión del cristiano cuando no combate la corrupción porque “la sal dejó de ser salada”? Y esta observación –o llamada de atención– no solo se circunscribe a las autoridades. Al contrario, está dirigida a todos los que profesan la misma fe, sin excepciones. Porque, como la propia Iglesia católica paraguaya denunciaba en sucesivas cartas pastorales, la corrupción en nuestro país es pública y privada (El saneamiento moral de la nación, 1979). El avance de la tecnología de la información y la comunicación permitió corroborar con pruebas lo que desde hace años se venía sospechando: que estábamos ante un fenómeno que ha carcomido todas las capas sociales y las estructuras institucionales, incluyendo las religiosas. Pero esta situación no debe constituir un pretexto para desautorizar o ignorar el mensaje de los líderes genuinos (que combinan la palabra con la acción) para combatir a este enemigo irreconciliable con la democracia y la ética: la corrupción.
Siguiendo con el evangelio de Mateo, luz del mundo conlleva implícito el deber de alumbrar el camino del conocimiento para superar la oscuridad de la ignorancia. Y esa responsabilidad del cristiano debe asumirse públicamente para que sea efectiva. “Procuren ustedes que su luz brille delante de la gente, para que, viendo el bien que ustedes hacen, todos alaben a su Padre que está en el cielo” (5:16). Recluirse en los templos para esquivar la contaminación de los infectados por los vicios e inmoralidades mundanas, definitivamente, no es una opción. Es al revés: hay que involucrarse en todas las actividades humanas, especialmente la política como quehacer colectivo, para ser “sal y luz” entre los demás. Así también lo entendió el obispo de Caacupé, Ricardo Valenzuela, en su “Carta al pueblo”, exhortando a los laicos a que “asuman su compromiso bautismal de ser verdaderos protagonistas en los diversos ámbitos de la sociedad. ¡No teman ser testigos del evangelio de Cristo!, ante todo, en el seno de sus familias y hogares; y cada vez con mayor empeño ser portadores de la Palabra de Dios en las universidades, en todas las instituciones civiles, administrativas, judiciales, legislativas, militares y policiales, en sus puestos laborales, en las calles y en el trajín cotidiano (…) Anímense a derribar las barreras que oprimen a nuestro pueblo. ¡Busquen los modos más eficaces para combatir la irritante pobreza extrema, la corrupción y la impunidad!”. Tres palabras clave en las que el Poder Ejecutivo tiene responsabilidad administrativa y de denuncia ante el Ministerio Público; en tanto el Poder Judicial, la de castigar implacablemente a los responsables.
Es bueno aclarar que la sociedad en general no está exenta de este desafío. Porque los efectos de la corrupción, reiteramos, han inficionado todos los espectros de nuestro pueblo. Y es ahí donde estamos fallando en ser “sal y luz de este mundo”. La fe no puede reducirse a una exaltación esporádica y emocional. Es “la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve” (Hebreos 11:1). Esa, y no otra, es la verdadera fe. Es la que debemos evidenciar en nuestra vida cotidiana. Y no solamente una vez al año.
Dejanos tu comentario
¿Cómo se puede aprovechar la cáscara de banana para mejorar la piel?
Además de su delicioso sabor, la banana aporta una serie de beneficios para la salud del organismo: está llena de vitaminas y minerales como el potasio, previene la anemia y reduce la fatiga. Estas propiedades no se reducen a la fruta, sino también a la cáscara, que está llena de antioxidantes.
Las cáscaras de banana no están destinadas a desecharse. Según estudios dermatológicos, se puede aprovecharlas para realizar máscaras caseras y estimular la salud de la piel, especialmente del rostro. Sus poderosos antioxidantes le confieren la capacidad de combatir el efecto de los radicales libres y, por ende, los signos del envejecimiento.
Para aprovechar los beneficios de la cáscara de banana sobre la piel, se puede combinarla con unas cuatro cucharadas de aceite de almendras en un recipiente apto para “baño maría”. Posteriormente, se debe calentar el preparado con esta técnica durante aproximadamente 20 minutos, controlando que no hierva.
Leé también: Alternativas vegetales a los lácteos, ¿son realmente saludables?
Una vez que se retira del fuego, esta mezcla debe ir directo a la licuadora a fin de obtener una consistencia uniforme. Colar el preparado también es fundamental para eliminar cualquier residuo. La mascarilla se aplica directamente sobre la piel limpia en todo el rostro, dejando libre la zona de los párpados. Se puede dejar actuar durante 20 minutos para luego enjuagar con abundante agua.
Previa aplicación, se debe hacer una prueba en la parte interna del codo. Si existen reacciones adversas, se recomienda evitar su uso para evitar reacciones alérgicas. Antes de utilizar cualquier mascarilla, siempre es importante consultar a un médico dermatólogo.
Te puede interesar: Este es el vegetal que refuerza el colágeno y combate las arrugas