Los ácidos grasos omega-3 son nutrientes esenciales para el organismo: combaten los triglicéridos y estimulan la función cognitiva. El pescado es solo una fuente de este compuesto, pero existen otras opciones como las nueces, que no solo contienen hasta seis veces más omega-3, sino que también son una excelente alternativa para quienes optan por una dieta sin carne.

Según datos de la Fundación Española de Nutrición, las nueces son frutos secos muy energéticos, que aportan ácidos grasos esenciales como el omega-3 y ayudan a mejorar el perfil lipídico, además de proteger al corazón del riesgo relacionado con enfermedades cardíacas. Su riqueza está dada igualmente por su alto contenido de fibra y proteína.

Ricos en vitamina E, estos frutos secos también colaborarían con el mejor funcionamiento neuronal y de la actividad cerebral, protegiendo al cerebro del daño oxidativo. El consumo de nueces genera importantes mejoras en la memoria y el aprendizaje.

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La sensación de saciedad es otra ventaja de consumir nueces. Aún con alto contenido en calorías, se suelen incluir en porciones pequeñas en cualquier plan de alimentación. La porción diaria recomendada es de 25 gramos, ya que aportan un 10 % del fósforo que deberían ingerir las personas de entre 20 y 39 años con una actividad física moderada.

Más allá de su riqueza en nutrientes, antes de incluirlas en la dieta, se recomienda consultar con un profesional de la nutrición para obtener el asesoramiento adecuado a las necesidades y exigencias personales.

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