A la hora de preparar una ensalada verde es una de las guarniciones más populares, ya que existen una diversidad de vegetales igualmente nutritivos que la lechuga. Desde las hojas de espinaca hasta la rúcula, existe una gran variedad de opciones con muy pocas calorías y alto contenido vitamínico y fibroso.
La espinaca es solo una de las alternativas para realizar ensaladas. Este vegetal tiene un perfil nutricional más completo que la lechuga y tiene cuatro veces más cantidad de fibra. Según estudios nutricionales, sus hojas son una fuente importante de folatos y de vitaminas de los grupos A, C y E. Estos nutrientes tienen una función antioxidante. Este alimento también aporta hierro, que se absorbe mejor gracias a la vitamina C.
La rúcula es otro de los ingredientes ideales para ensaladas verdes. En solitario, se puede combinar con huevo, nueces, o incluso con un poco de aceite de oliva y jugo de limón. Este vegetal contribuye con el proceso digestivo debido a su alto contenido de fibra, que estimula el tránsito intestinal y ayuda a lograr saciedad. Además, las sustancias amargas de la rúcula estimulan las secreciones digestivas.
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El berro también es una excelente alternativa para un preparado sano y verde. De sabor un poco picante y amargo, una pequeña cantidad será suficiente para cambiar el sabor de una ensalada. Esta verdura tiene más vitamina C que una naranja y casi la misma cantidad de hierro que la carne, además de un alto contenido de vitamina E. Cuenta además con un gran porcentaje de calcio.
Más allá de utilizarlas únicamente en la ensalada, es ideal incluir estas opciones en la dieta, siempre y cuando se tenga el “visto bueno” de un profesional de la nutrición, quien deberá establecer las cantidades de acuerdo a las necesidades particulares de cada caso.
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