Las zapatillas o calzados cerrados (tipo converse) se convirtieron en un artículo básico de cualquier guardarropa, que siempre está a la moda. Desde que aparecieron por primera vez a inicios de 1920, ganaron gran popularidad. No obstante, lo llamativo de este zapato es que la mayoría tiene pequeños agujeros laterales, ¿por qué?

En su concepción, fue diseñado para ser un calzado de élite en la liga profesional de baloncesto. Como el objetivo era brindar comodidad a los basquetbolistas que vistieran este diseño, se le instalaron dos ojales o agujeros en la parte lateral de los zapatos con dos objetivos claros.

Uno de los propósitos era permitir una adecuada ventilación y transpiración en los pies para brindar, de esta manera, una entrada de aire extra y así evitar lesiones en la piel, propias del exceso de sudor o del roce de la media con el calzado y el pie.

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Sin embargo, esta posteriormente pasó a convertirse en una función secundaria, pues la principal era permitir un mayor ajuste del zapato al pie. Estos ojales eran cruciales para que los cordones de los zapatos cruzaran por allí y se lograra una mayor firmeza. Los basquetbolistas necesitaban de estas condiciones, atendiendo que su juego implica saltos, además de cambios constantes de ritmo.

Los agujeros laterales permiten el paso de los cordones, de una forma muy conveniente. Aunque estos calzados se volvieron muy versátiles y ya no son exclusivos del baloncesto, el mismo modelo de los ojales se replicó en diferentes diseños y se convirtió en una característica de estilo.

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