Más allá de los hábitos saludables o creencias religiosas y morales, un factor importante a la hora de adoptar una dieta vegetariana también está relacionado con la genética, según nuevos estudios científicos. Se lograron identificar variaciones genéticas que puedan estar relacionadas con este régimen de alimentación.
En una investigación realizada por la Universidad Northwestern, de Estados Unidos, que fue publicada por la revista científica Plos One y replicada por la prensa internacional, se analizó el genoma de 5.324 vegetarianos estrictos y el de 329.455 que no lo eran para identificar variaciones genéticas que puedan estar relacionadas con ser vegetariano.
El estudio identificó tres genes significativamente asociados con el vegetarianismo y otros 31 potencialmente asociados. Varios de estos están implicados en el metabolismo de los lípidos o en la función cerebral. La investigación sentó las bases de una teoría que apunta a que, quizás, algunas personas tengan una genética que favorece el vegetarianismo y son más capaces de sintetizar los componentes de este régimen de alimentación de forma endógena.
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Aún se necesita más investigación para determinar las posibles diferencias entre la síntesis de lípidos y el metabolismo en vegetarianos y no vegetarianos, así como otras vías fisiológicas que podrían dar lugar al vegetarianismo.
El factor determinante de las preferencias alimentarias no es sólo está determinado por el sabor o las creencias particulares, sino también por cómo metaboliza el organismo la dieta, de acuerdo con el análisis.
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