Cuando el insomnio o los problemas para dormir correctamente se vuelven una constante, el estrés y otros trastornos como la ansiedad empiezan a aparecer. El descanso depende de muchos factores como, por ejemplo, un horario adecuado. Un estudio neurocientífico de la Universidad de Stanford en Estados Unidos determinó cómo calcular la hora exacta para ir a dormir.
Según el análisis, que fue replicado por la prensa internacional, los patrones de sueño están controlados por el ciclo “circadiano” (cada 24 horas), el reloj natural del cuerpo. En este lapso se dan los cambios fisiológicos que ocurren para que uno se sienta más alerta o somnoliento.
Mientras que por la mañana el cuerpo libera hormonas para estar despierto en respuesta a la luz solar, a medida que avanza el día, se comienzan a liberar otras sustancias químicas que pueden producir cansancio, lo que se conoce como depresión postprandial.
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La clave para saber cuándo irse a dormir se puede encontrar en monitorear cuándo ocurre esta caída de energía. Por ejemplo, si una persona comienza a sentirse cansada alrededor de las 15:00, debe intentar quedarse dormido entre las 21:00 o 22:00, seis o siete horas después de ese bajón, de acuerdo con la investigación. Más allá de los números, vale la pena recordar que, ante trastornos del sueño, lo más conveniente es consultar con un profesional médico.
Los beneficios de dormir bien muchas veces pasan desapercibidos, pero incluyen la disminución del riesgo de enfermarse, además de brindar la energía necesaria para encarar las actividades del día. La calidad del sueño es uno de los ocho factores esenciales para cuidar el corazón junto a la dieta y la actividad física.
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