La fórmula de la felicidad se relaciona -en parte- en poder disfrutar de un estado de bienestar general, que también se puede complementar con la ayuda de vitaminas y minerales. La producción de serotonina, que es conocida como la “hormona de la felicidad”, contribuye a la regulación de numerosos procesos corporales, por lo que es de suma importancia dentro del organismo.
Según un estudio publicado por la publicación científica Journal of Psychiatry & Neuroscience (Revista de psiquiatría y neurociencia), ciertos grupos de vitaminas y minerales hacen una contribución extremadamente importante a la producción de serotonina, por lo que es necesario incluirlos en la vida cotidiana a través de una alimentación equilibrada.
Por ejemplo, el zinc es el enemigo número uno del malhumor. Este mineral es esencial en la neurotransmisión del sistema nervioso, ya que es capaz de regular los cambios hormonales. Otro mineral que ayuda a aumentar la producción de serotonina es el magnesio, importante para el funcionamiento del cerebro, músculos y metabolismo, además de la formación de los transmisores y los receptores.
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Al igual que dichos minerales, las vitaminas del grupo B son ideales para aumentar la producción de la hormona de la felicidad, especialmente la B6 y la B12. Estos nutrientes para la formación de glóbulos rojos y para el funcionamiento del sistema nervioso. Influyen directamente en el sistema nervioso para potenciar un estado de ánimo positivo, ya que su carencia provoca altos niveles de irritabilidad, dificultad para concentrarse o cansancio.
Es importante destacar que, antes de tomar cualquier decisión vinculada a la salud o incluir ciertos nutrientes en la alimentación, siempre es fundamental consultar a un médico para que brinde un asesoramiento preciso y completo de acuerdo a cada caso.
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