Muchas veces, el olor de la prenda que se usa para salir de la ducha o sus manchas no son suficientes para determinar cuándo es necesario el lavado de la toalla. Si se quedan mucho tiempo sin lavar, no es sencillo eliminar posteriormente los gérmenes, que pueden pasar a otra ropa que se utiliza en el mismo lavado.
Según recomendaciones del Servicio Nacional de Salud de Reino Unido, que fueron replicadas por la prensa internacional, un plazo razonable para lavar la toalla sería al menos una vez a la semana. A pesar de que se pueden ver limpias, estas prendas acumulan con el tiempo millones de gérmenes y pueden convertirse en un riesgo para la salud. Si no se lavan con regularidad, el número de organismos en la toalla aumenta y, posteriormente, resulta muy difícil eliminarlos.
Al secar distintas partes del cuerpo, las toallas van adquiriendo organismos. Aunque la mayoría de los organismos que viven en la piel no son infecciosos, si entran a través de heridas o lastimaduras en la piel, pueden causar infecciones.
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En casos extremos, aun con poco uso, se aconseja que no se deben dejar pasar más de 15 días para el lavado de esta prenda. Con el paso del tiempo, se vuelve aún más complejo eliminar los gérmenes que quedan en la prenda, que pueden pasar a otra ropa que se utiliza en el mismo lavado.
La higiene deficiente en el hogar, que también incluye las toallas, puede ser un factor que contribuya al desarrollo de problemas en la piel. Si eres alguien que sufre de acné facial o corporal o inflamación en los folículos pilosos, queremos que laves las toallas con frecuencia.
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