Las caricias que brindás a tu peludito aportan beneficios en ambos sentidos: tanto para la mascota como para el dueño. Según la ciencia, con esta acción se puede contribuir al bienestar y la felicidad del ser humano, además de generar impactos positivos en el estado de ánimo.
En una investigación elaborada por la Universidad de Miami, que fue replicada por la prensa internacional, se destacó que las personas que viven con animales son más felices. Especialmente en el contacto con los canes, que son más cercanos a recibir afecto de parte de sus dueños, la frecuencia de las ondas cerebrales disminuyen el cortisol, la hormona del estrés.
Así, los niveles de dopamina y serotonina se activan y aumentan con los mimos a los perros. Ambos son neurotransmisores que ayudan a reducir el malestar. Tener una mascota puede ayudar a las personas que sufren de ansiedad y depresión. Tener un perro u otra mascota ayuda igualmente a tener una mejor salud cardiovascular. El acariciar un perro hace que el ritmo cardíaco y la presión arterial disminuyan.
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Tener una mascota permite sentir más compañía y felicidad, además de fomentar el cariño y afecto en el hogar. Estos sentimientos hacen que se liberen endorfinas, la sustancia que permite una vida más longeva.
De acuerdo con dicho análisis, la presencia de perros u otras mascotas en una vivienda puede contribuir, a su vez, a fortalecer el sistema inmune de sus habitantes y volverlos menos propensos a alergias. Tener perros y acariciarlos fortalece el sistema inmune y contribuye a que sus familiares sean más resistentes a las bacterias o gérmenes.
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