Para promover la buena salud del sistema nervioso y del organismo en general es sumamente importante que las personas duerman la cantidad de horas adecuadas, según su edad. A la par del sueño nocturno, no se deben menospreciar los beneficios que una siesta reparadora puede aportar al bienestar.
Desde la adolescencia hasta la edad adulta, se recomienda que el sueño en horario nocturno se extienda por al menos ocho horas y, en casos extremos, que no se reduzca a menos de seis horas. Más allá del descanso en horas de la noche, una siesta de no más 30 minutos también puede aportar numerosos beneficios a la salud y, sobre todo, al sistema nervioso.
Generalmente, se suele presentar un desgaste o somnolencia luego del almuerzo, por lo que una siesta que dure entre 20 y 30 minutos resulta ideal para recuperar energías y continuar con las labores diarias con mayor energía, según importantes estudios. Con este simple hábito se ayuda al organismo a la producción de serotonina, la hormona de la felicidad.
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Esta hormona es un neurotransmisor encargado de regular el estado de ánimo, entre otras funciones. Para mantener niveles saludables de la misma, el sueño es fundamental. Una breve siesta también genera el descanso cerebral que aporta al bienestar durante el resto de la jornada.
Dormir una siesta que no dure más de 30 minutos también hará que la persona se levante con una mejor actitud, aumentando su creatividad, efectividad, reflejos y el desempeño laboral. De acuerdo con dichos estudios, quienes llevaron a cabo un descanso intermedio de entre 20 y 30 minutos, redujeron su cantidad de errores en el ámbito de trabajo en un 34%.
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