Extraer o sacar el jugo de algunas frutas o verduras frescas puede ser una buena manera de agregar nutrientes en la alimentación. Más allá de que se trata de preparados naturales, también se debe prestar mucho cuidado a la conservación de estos líquidos a fin de conversar las propiedades de las frutas o verduras.

Estudios señalan que cuando se trata de jugos ricos en vitamina C puede resultar más favorable que su consumo se dé en el momento inmediatamente posterior al proceso de licuado o exprimido. Con el paso de las horas, principalmente si están al aire libre, estos licuados pueden perder sus nutrientes.

Una situación muy similar se da con los cítricos, que pueden perder sus propiedades con la falta de refrigeración. Los análisis señalan que un 20 % de los nutrientes y vitaminas se puede perder a las 24 horas de la realización del jugo, siempre y cuando se conserve en una heladera o a las 8 horas si se encuentra en una temperatura ambiente.

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Con un preparado y conservación adecuados, los jugos pueden aportar numerosos beneficios al organismo, entre ellos se destaca el aprovechamiento de la mayoría de vitaminas, minerales y sustancias químicas vegetales (fitonutrientes) que se encuentran en la fruta y los vegetales enteros. La extracción de jugos también sirve para incorporar una variedad más amplia en la alimentación, como espinaca, kale o frutas tropicales.

Vale la pena recordar, además, que los licuados también pueden ser una fuente importante de calorías, según el contenido, preparado y el tamaño de la porción. Además, sin la fibra que provoca saciedad, posiblemente pueden generar sensación de hambre, por lo que se recomienda evitar exagerar con el azúcar en estos preparados.

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