La capacidad de darle una forma o un rostro a objetos inanimados se denomina “pareidolia”. Este es un fenómeno psicológico en el que un estímulo se percibe como una forma reconocible por el sesgo perceptivo de cada uno, que a su vez varía de acuerdo a las experiencias personales.
Según un estudio de la Universidad de Toronto (Canadá), que fue replicado por la prensa internacional, el cerebro de los seres humanos tiene la capacidad de organizar los patrones de luz y sombras de los objetos con base a la información visual que recibe y la relaciona con otra imagen. La “pareidolia”, el nombre de este fenómeno, es común entre las personas y no es alarmante. De hecho, es un síntoma de que las conexiones del cerebro funcionan correctamente.
El proceso de pareidolia sucede gracias a un proceso cerebral llamado “giro fusiforme”. Esta dinámica también es la responsable de que se reconozcan las caras por reconocimiento facial, incluso en objetos inanimados.
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Cada persona puede reaccionar de distinta manera frente a este fenómeno y ver distintas figuras sobre una misma imagen u objeto. Esto se debe a la personalidad, las creencias, la sensibilidad y el estado de ánimo que esté atravesando el individuo en ese momento.
Este fenómeno es común entre las personas y sirve en ocasiones de diversión o entretenimiento. Sin embargo, podría representar problema en personas sugestionables, ya que derivaría a una falla en la percepción del entorno. En caso, se requiere de terapia para realizar un trabajo de educación y seguimiento de la percepción.
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