La sinusitis puede provocar fatiga, dolor de cabeza, falta de olfato, tos e incluso fiebre. Esta condición se genera comúnmente como resultado de una gripe o alergia e inflama los conductos nasales y los senos paranasales. A veces dura unas pocas semanas, pero también puede extenderse durante meses o años si se vuelve crónica.

Cuando la condición se vuelve crónica, además de recurrir a medicamentos como antibióticos o antiinflamatorios, una dieta saludable también puede ayudar a aliviar las molestias faciales y los dolores que se generan con la sinusitis. De acuerdo con importantes estudios médicos, se debe descartar una serie de alimentos para evitar un aumento de mucosidad.

Los lácteos encabezan la lista de alimentos que pueden agravar la sinusitis. Se cree que productos como la leche, el queso y el yogur pueden espesar y aumentar la producción de moco y saliva, empeorando la congestión nasal. Se sugiere solo reducir o suspender la ingesta de lácteos si se siente que la mucosidad se vuelve más espesa.

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Al igual que las carnes rojas, ante la producción excesiva de moco, estudios señalan la recomendación de evitar variedades de vegetales como la papa, la batata y el repollo, además de limitar en la dieta ingredientes que contienen gluten que podrían potenciar la generación de flema.

La hidratación es fundamental frente a un cuadro de sinusitis, pero el consumo de gaseosas con altas cantidades de azúcares contribuye a deshidratar el organismo y, como consecuencia, a dificultar expulsar los mocos. Igualmente, la harina y otros alimentos refinados pueden obstaculizar la digestión y empeorar la congestión nasal.

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