Las personas dramáticas tienden a ver los infortunios cotidianos como enormes problemas, y por lo general, se caracterizan por la necesidad de ser protagonistas. En los últimos tiempos, este comportamiento se transformó en una epidemia y sus síntomas se exacerban cada vez más con la popularidad de las redes sociales.
Si bien el drama es una forma de conflicto que puede surgir en cualquier relación humana, algunas personas intentan evitarlo a toda costa, mientras que otras lo buscan por propia voluntad. Estas últimas son las que se conocen como adictas al drama, y suelen causar muchos problemas a su alrededor, siempre tratando de llamar la atención para hacerse notar.
A este insólito dramatismo, los expertos lo catalogan como una epidemia que se está expandiendo cada vez más, ya que para muchos es un comportamiento naturalizado. En la actualidad, es un fenómeno y parece ser la nueva amenaza que viene del uso excesivo de las redes sociales, afecta tanto a los internautas como a medios de comunicación, en un esfuerzo por conseguir más visibilidad.
El psicólogo estadounidense Scott Lyons, especialista en el tema, señaló que muchos se han convertido en actores del drama al grabarse llorando o hablando de temas profundos de la vida para conmover a sus seguidores, solo con el propósito de obtener reconocimiento a través de los “likes” y los comentarios, principalmente en TikTok, Instagram y Facebook. Afirmó que estas personas no exageran por diversión, sino que el drama es para ellas un mecanismo de supervivencia en estas plataformas.
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Adicción al dramatismo
Los dramáticos acaparan toda la atención y ocupan un lugar destacado en el mundo, ya que constantemente están con el afán de alcanzar un reconocimiento virtual. Buscan ser protagonistas de historias con emoción para ser alabados en comentarios y obtener más “me gustas” en las redes, viven pendientes de las reacciones de los demás y esto se convierte en un efecto de contagio, ya imposible de detener.
Para reconocer a un adicto al drama, el especialista describió los síntomas más comunes. Lo primero que podría ayudarnos a detectarlos es que cuando no hay urgencia, los dramáticos sienten que algo anda mal. Entonces, para reforzarla, crean una vida desbordante de compromisos, proyectos y plazos.
También suelen usar un lenguaje exagerado, es posible que intenten llamar la atención agregando palabras grandilocuentes, además realizan gestos dramáticos con sus expresiones faciales. Las personas con tendencia al drama rara vez se quedan en un segundo plano o al margen, buscan ser protagonistas siempre.
Vuelven a contar la misma historia emocional a diferentes audiencias porque esto les permite desahogarse continuamente, incluso es común que agreguen variaciones al relato original. Se centran en los elementos negativos o estimulantes de la vida de otras personas, pero a su vez están preocupados y atrapados en su propia historia, ya que tienden a apropiarse de situaciones que consideran fatales.
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