Un estudio comprobó que el paladar hendido, también conocido como labio leporino, es resultado de dos aspectos: uno genético y otro por factores ambientales. El doctor Robert Núñez explicó las causas y cómo se produce esta fisura palatina del labio durante el período de formación y desarrollo del embrión.
Los investigadores de la Universidad de São Paulo, Brasil, en colaboración con el University College London, Reino Unido, llevan años siguiendo a familias con casos de labio leporino y existía la sospecha de que para que se produjera la malformación se requería de un componente ambiental, además del genético.
Por su parte, el pediatra Rober Núñez señaló que el labio leporino se considera un defecto de nacimiento que se produce cuando el labio o la boca del bebé no se forma adecuadamente durante el embarazo. “Es la formación inadecuada de la cavidad bucal en el recién nacido por un problema congénito, que se forma entre las 4 a 7 semanas de embarazo”, indicó en conversación con La Nación/NacionMedia.
Explicó que las hendiduras pueden formarse en ambos lados del labio o en la parte central, bajo la influencia de algunos factores, como el tabaquismo, diabetes, estrés, uso de ciertos medicamentos para el tratamiento de enfermedades neurológicas o psiquiátricas, y malnutrición durante el embarazo, pueden aumentar el riesgo, principalmente durante el primer trimestre de gestación.
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“Generalmente las principales complicaciones del labio leporino y de paladar, son dificultad para alimentarse y presencia de patologías asociadas a las infecciones de las cavidades orofaríngeas, que por ejemplo puede ser infecciones respiratorias. El pediatra evalúa y facilita, en primer lugar, el mecanismo adecuado para que el recién nacido pueda alimentarse”, puntualizó y señaló que el tratamiento definitivo es la cirugía.
Antes de los 12 meses de vida es el tiempo médicamente recomendable para someter al paciente a una operación, o entre 12 a 18 meses de vida para corregir la malformación, dependiendo de la gravedad del paladar ya que se podría tener problemas en el habla y lenguaje, entre otras complicaciones en infecciones respiratorias, según comentó el profesional de salud.
Esto dice la ciencia
Los investigadores estudiaron a familias portadoras de mutaciones en el gen de la ecadherina, que está implicada en la fisura labio palatina, pero observaron que no todas las personas con la mutación desarrollan la malformación. Para el estudio, reprodujeron esta mutación en ratones y ranas, lo que generó malformaciones similares a las del labio leporino en humanos, pero solo cuando los ratones y ranas portadores también estaban expuestos a factores ambientales causantes de inflamación.
Por lo tanto, los expertos descubrieron efectos similares en células madre humanas con la mutación y la inflamación. La proteína e-cadherina desempeña un papel en el desarrollo fetal, ya que las células de la cresta neural -las células madre embrionarias que forman los rasgos faciales- se unen para formar la cara. Para ello, es necesario que la e-cadherina actúe como un “pegamento” entre las células.
Si las dos mitades de las células de la cresta neural no se unen completamente, el niño nace con labio leporino o paladar hendido. La mutación identificada por los investigadores reduce la producción de la proteína e-cadherina, ya que la metilación del ADN disminuye la transcripción; sin embargo, revelaron que la mutación por sí sola no reducía los niveles de e-cadherina lo suficiente como para causar labio leporino.
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