La doctora Madeleine Genest publicó su libro "Mi misión, un regalo de Dios", en que relata sobre los 50 años de la carrera de enfermera. Foto: Eduardo Velázquez
Enfermera narra su vida en “Mi misión, un regalo de Dios”
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Los mayores desafíos, las experiencias más dolorosas y simpáticas anécdotas narró la doctora Madeleine Genest en su libro biográfico “Mi misión, un regalo de Dios”, en que relata todo sobre su paso por la enfermería y el legado que deja como docente a todos los estudiantes y profesionales en el país y el mundo.
Madeleine Genest, más conocida como Madó, narra en primera persona sobre sus impresiones y el arduo caminar en esta profesión que, más allá de todo lo desafiante que pueda ser, está marcada por la más pura y noble humanidad. En su publicación reflexiona sobre cuestiones muy trágicas, hasta anécdotas simpáticas durante su recorrido por la enfermería.
En comunicación con La Nación/Nación Media, Genest sostuvo que su misión más grande fue también plasmar toda su historia en esta importante obra. “Nunca pensé en escribir un libro, dije que tengo que hacer, tengo que escribir, tengo que hacer por justicia y que se quede en la historia. Lo que viene acá son cosas inéditas”, añadió.
Relató que sus 50 años dentro de la profesión le enseñaron mucho, pero por sobre todo, le encaminaron a que no debía perder la fe debido a que Dios tenía esa misión para ella y todo lo que se proponía lo lograba en su nombre. “Pasamos por muchas cosas y yo siempre decía si Dios quiere, y siempre terminaba logrando”, comentó a Nación Media.
Para ella, concretar el libro era un deber, el más grande de su vida debido a que sentía que su historia necesitaba ser contaba y que no podría seguir escondida, tenía que ser conocida. El medio siglo en la profesión, fue lleno de lucha e incluso, afirmó, tuvo que renunciar a su vida religiosa para poder levantar la escuela de enfermería, su casa, su también logro más preciado.
Durante la presentación de su obra, refirió que una vez que llegó al doctorado en enfermería creyó su misión había terminado; sin embargo, era el comienzo de una etapa en donde su principal objetivo era seguir enseñado sobre su vida, sobre su lucha, sobre sus guerras, sobre sus victorias. “El señor me preparó para esto, día a día. Quería aportar algo más al país, algo bueno”, acotó.
Añadió que durante todo su recorrido, enseñó sobre enfermería y su fin fundamental que además de curar a los enfermos, es servir al país, al enfermo, con humanidad. “Ese siempre fue mi lema, servir con humanidad y eso fue lo que traté se sembrar en todo lo que pasaron por la escuela”, apuntó para LN. Recordó, entre una de las principales experiencias que marcaron su vida, aseguró que trabajó con los presos políticos, en donde vivió situaciones complicadas que logró superar abrazando cada vez más fuerte la profesión que ama y que se convirtió en su misión de Dios.
La presentación del libro se realizó en el marco de los 50 años de la Facultad de Enfermería. Foto: Eduardo Velázquez
Escuela de humanidad
Llegar a los 50 años genera mucha satisfacción no sólo para Madó, sino también para la comunidad educativa de toda la Universidad Católica de Asunción (UCA). Hasta ahora, mencionó tienen 1.376 licenciados y licenciadas que salieron de sus escuelas lo que para ellos representa un gran honor por el trabajo que están desempeñando tanto dentro del país como en el exterior.
La doctora Genest fue ovacionada durante la presentación de su obra y reconocida por todos los estudiantes por el gran trabajo que realizó en todos estos años dentro de la facultad. Explicó que su libro, además de su versión en Español, ya fue traducida al francés para luego ser enviada a su país de origen, Canadá.
La Carrera de enfermería de la UCA posee una trayectoria que es testimonio de gran parte de la historia reciente del Paraguay. Fundada en el año 1973 y bajo la dirección de la doctora Genest. Con valores y principio éticos cristianos, abarca la formación humanística de los estudiantes, quienes ponen en práctica lo aprehendido en aula y en los campos de práctica. Posee convenios para las pasantías profesionales con el Instituto de Previsión Social (IPS), Hospital de Clínicas y el Ministerio de Salud Pública, con lo que se asegura una formación integral y holística del futuro profesional.
Voy a contarles una historia real con nombres ficticios. Una historia en la que se mezclan varias vidas con un mismo final. Al contrario de otras historias, esta no tendrá un final feliz, pero dimensionar el dolor puede ayudarnos a entender mejor un problema que se repite y no se detiene.
Es pasada la medianoche, Carlos toma un trago mientras Alejandra pone mala cara. Es tarde y mañana tiene que rendir. Le faltan un par de materias y será doctora. En la misma mesa, Pedro y Javier siguen con la fiesta como si fuese la última noche. Piden otra ronda mientras bailan y cantan eufóricos. Son jóvenes divirtiéndose en un feriado largo.
Del otro lado de la ciudad, Arnaldo está cerrando su caja. Trabaja en una bodega, irónicamente no toma, le toca despachar y cobrar. 12 horas al día que nunca terminan cuando las ganas de llegar a casa sobrepasan al sacrificio. Lo esperan su mujer y sus dos hijos. Generalmente llega cansado, pero sabe que la felicidad está allí, en ese momento en que puede abrazar a su familia.
Carlos ya cambió su humor. El cansancio y el alcohol le pasan la factura. Trabaja en un banco mientras sigue sus estudios, es de una familia acomodada. Vino a la fiesta en la camioneta de su padre y con él, Alejandra.
El ruido de la música es ensordecedor. Alejandra le pide que no maneje, sabe que tomó unas copas de más, pero Carlos insiste. Asegura que está bien y que va a manejar despacio. Pedro y Javier están destruidos, pero incitan a Fabián con la famosa frase: “Uno borracho maneja mejor”.
Es el momento en que la alegría y la excitación se juntan con las ganas de llegar a casa para descansar un par de horas y luego, al trabajo. Casi a la misma hora, Arnaldo cierra el negocio, enciende el auto y suspira. A veces el cansancio tiene cara de niños.
Según las estadísticas de la Organización Mundial de la Salud, la principal causa de muerte de las personas de entre 19 y 35 años en nuestro país no está relacionada a enfermedades, sino a los accidentes de tránsito.
En conversación con Carlos Martini, la inspectora de la Patrulla Caminera Patricia Ferreira le decía que, en una semana (la que pasó), tuvieron 40 accidentes, solo lo que registraron ellos. El dato se puede duplicar si se registraran o se denunciaran todos los accidentes.
Carlos sube el volumen de la radio mientras Alejandra revisa el celular. Pedro y Javier cantan desbordados, mientras ríen a carcajadas. Nadie se dio cuenta de que venían a una velocidad criminal. Algunos testigos dijeron que el chofer esquivo un bache…
El choque fue tan brutal que los forenses especularon que todos murieron en el acto. No hubo tiempo de reaccionar. No hubo manera de esquivar el impacto. No hubo forma de evitar la tragedia.
El auto de Arnaldo quedó hecho un amasijo de hierros retorcidos. Nunca vio venir la tragedia. La camioneta dio un par de vueltas y se estrelló contra una columna que cayó como un misil sobre el vehículo. Los bomberos llegaron a prisa solo para descubrir una imagen desoladora de destrucción y muerte.
Jóvenes con un futuro, un hombre que salía a pelearla cada día, van a dejar un doloroso manto de luto a familias destrozadas por un instante donde se mezcló irresponsabilidad y desidia.
Cada 8 horas muere una persona a raíz de los sucesos viales en Paraguay. El accidente es la punta del iceberg.
Los accidentes también golpean a nuestra economía. Los costos directos atribuibles a la atención de pacientes traumatizados van de 682 dólares a 780 dólares por día por paciente.
La historia y sus protagonistas son ficticios, pero cambiando los nombres y las características son situaciones que se repiten irremediablemente a lo largo de todo el país.
La Agencia Nacional de Tránsito y Seguridad Vial contabiliza un promedio de 40.000 personas accidentadas por año, de las cuales 52 por ciento corresponde a motociclistas que totalizan 400 fallecidos por año y de estos, 40 jóvenes de 15 a 35 años que quedan en estado vegetativo.
Irresponsabilidad sobre autos y motos, alcohol y malísima infraestructura pueden convertir la fiesta en una tragedia. Estos son días en los que vivimos apurados, estresados y con enormes ganas de llegar a casa. Pero más importante que llegar temprano, seguirá siendo llegar. Pero esa… esa es otra historia.
Gran Logia Simbólica abrirá este martes al público las puertas del Palacio Masónico
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Este martes 14 de mayo, desde la Gran Logia Simbólica del Paraguay confirmaron que abrirán las puertas del Palacio y Museo Masónico, que este año cumple 120 años, para dar a conocer su historia al público en general. La visita guiada será desde las 15:00 y se tiene previsto el ingreso de las personas en cuatro turnos.
El encuentro será en el Palacio Masónico y el Museo Masónico, ubicado en R.I.2 Ytororó esquina doctor Benigno Ferreira, en la ciudad de Asunción. El acceso será gratuito para la ciudadanía en general. Se podrá ingresar a las 17:00, 18:00, 19:00 y 20:00, los grupos ingresarán hasta 10 minutos antes de la hora prevista.
El público podrá acceder gratuitamente a las instalaciones, con la visita guiada por historiadores. Foto: Gentileza
Guía de historiadores
“Hay tres historiadores que van a estar guiando a la gente en cuatro turnos a partir de las cinco de la tarde. La entrada es totalmente gratuita y conocerán la historia de la masonería del Paraguay”, detalló José Miguel Fernández Zacur, gran maestro de la logia, este martes, en entrevista con el canal GEN/Nación Media.
Afirmó que la historia de la independencia del país tiene mucho que ver con la masonería. “La masonería tiene mucho que ver con la historia paraguaya, mediante la intervención de sus miembros en episodios importantes de la epopeya nacional. Hoy con la visita tal vez se puedan encontrar con un Bernardino Caballero o Mariscal Estigarribia que darán una amena conversación”, aseguró.
José Miguel Fernández Zacur estuvo en estudios de GEN para hablar sobre la actividad de hoy. Foto: Emilio Bazán
Dos condiciones para ser masón
“La masonería tiene una connotación histórica y hay leyendas urbanas que fueron instaladas alimentadas un poco por conductas de miembros de la institución, que probablemente hayan hecho o no a su membresía, pero ocurre en cualquier ámbito”, apuntó el gran maestro.
Explicó que para ser masón se tienen dos condiciones básicas para poder estar en las filas de la masonería. “Te tienen que proponer o también se puede hacer un pedido, pero este tiene que estar avalado por uno de los miembros de la institución. Además, de ser libre y gozar de buena costumbres”, refirió.
Ayer martes 13 de mayo, se conmemoró el “Día del Masón Paraguayo”, fecha en la que se constituyó la Gran Logia Simbólica del Paraguay. En el año 1923, la gran logia sustituyó al hasta entonces “Gran Oriente del Paraguay” para el gobierno de los primeros tres grados de la Masonería.
El presidente de Diputados, Raúl Latorre, resaltó no solo la contribución profesional brindada por las enfermeras, sino también su sentido de humanidad para acompañar sin miramientos a quien lo necesite. Foto: Gentileza
Raúl Latorre saludó a enfermeras en su día, destacando su rol clave en el país
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El titular de la Cámara de Diputados, Raúl Latorre, publicó un material audiovisual en sus redes sociales, por el Día Internacional de la Enfermería, saludando a cada uno de los profesionales del área y en especial, a las enfermeras dedicadas al rubro, catalogándolas como un personal indispensable.
“Me dieron muchísimo en mi formación y mi vida, así como a la nación y al mundo entero”, inició Latorre en su video, resaltando no solo la contribución profesional brindada por las enfermeras, sino también su sentido de humanidad para acompañar sin miramientos a quien lo necesite.
El legislador narró así su recuerdo más directo con el mencionado sector de la salud, describiendo el nivel de empatía y dedicación incondicionales por parte de las enfermeras. Desde su niñez, afirmó, pudo observar la calidez de dichas trabajadoras de la salud, entendiendo su rol clave en los centros hospitalarios.
“Me tocó estar cerca de ellas como estudiante de medicina y, posteriormente, como residente aprendí muchísimo de ellas. Mis padres siempre me decían ‘quedate con quienes tengan más experiencia porque vas a aprender mucho’ y me ayudaron incluso después de mi vida profesional”, relató.
De este modo, Latorre sentenció que probablemente no exista otra profesión en el mundo que encarne de manera tan clara y precisa el amor y el servicio, de la misma manera en la cual se observa con las enfermeras en el día a día, dentro o fuera de un centro hospitalario.
“Feliz día y muchísimas gracias por lo que hacen todos los días por el Paraguay y por el mundo”, finalizó el presidente de la Cámara de Diputados, destacando la contribución estratégica del mencionado sector, al cuidado totalmente abnegado sobre la población nacional.
El Día Internacional de la Enfermería es una conmemoración anual promovida por el Consejo Internacional de Enfermería. Se celebra en todo el mundo el 12 de mayo, recordando además el día del nacimiento de Florence Nightingale, considerada madre de la enfermería moderna.
Son más de 33.000 trabajadores y trabajadoras en el sistema público del país, pero se necesitan más, según reclaman. Testigos permanentes de la fragilidad humana y de las transiciones de vida y muerte, cuentan aquí de su especial vocación, hacen sus reclamos y dan testimonios que conmueven. En una fecha especial, a manera de agradecimiento, aquí la charla con las enfermeras y enfermeros del turno noche del Hospital de Clínicas.
Se hace de noche en el Hospital de Clínicas y en el enorme edificio, una ciudad que no descansa, comienzan a trajinar las enfermeras del turno. Desde las ocho de la noche a las seis de la mañana deberán custodiar el buen sueño de pacientes, los ánimos de los familiares que descansan en los pasillos, una vigilia tan necesaria y muchas veces poco apreciada.
“¡Licen, licen…!”, se escuchan los llamados entre colegas que usan la forma apocopada de “licenciada” en un tono de hermandad. Se apura entonces Lina Quiñónez llevando un tubo de oxígeno que ayudará a respirar a un paciente internado.
Castorina Areco es jefa de enfermería para Adultos en Quirófanos y Urgencias en el Hospital de Clínicas, situación que vive como una coronación de 30 años de carrera que cumplió en abril pasado.
Una vocación que cuenta surgió cuando estaba en el colegio en su natal Loreto, Concepción. Estudió en Asunción y trabajó siempre en el hospital universitario de referencia en nuestro país.
Esa experiencia le deja también saberes intangibles y otros emocionales que hacen al oficio: “Lo más difícil es cuando el paciente está por fallecer y nosotras podemos percibir eso bastante antes de que ocurra. Uno ya siente que la persona se va y es difícil cuando uno ya no puede hacer nada, solamente acompañar hasta su último momento”.
Satisfacción
Pero tiene compensaciones cuando se puede ayudar a salvar la vida. “Es una satisfacción inmensa para nosotros los profesionales de la salud. Tuve una experiencia cuando trabajaba en clínica médica como enfermera asistencial. Los médicos no le daban ya vida a una enferma con accidente cerebral total. No se le podía hacer su vía central y en ese entonces no teníamos terapia intensiva y tampoco teníamos la parte de neurocirugía”.
Sin esa sonda, era imposible suministrarle los medicamentos que podrían salvarla. Con intuición y pericia, Areco consiguió dar con las esquivas venas de una paciente muy obesa en situación crítica.
“Gracias a Dios, al final la paciente salió de su cuadro cerebrovascular. Estuvo internada casi dos meses la señora, pero salió caminando de la institución. Esa es mi experiencia que no puedo olvidar porque le dejaron ya en manos de nuestro creador los que somos creyentes y entonces yo le dije a las compañeras ‘bueno, yo le voy a canalizar la vía y le voy a administrar todos sus medicamentos’. Y empezó a mejorar, a mejorar, a mejorar su cuadro y salió, con secuelas, pero salió”.
Areco valora el logro de la Ley N° 6625/2020 “De la carrera profesional de enfermería”, que mejoró los salarios y la carga horaria de un grupo importante de trabajadoras y trabajadores. Recuerda el tiempo en que cada enfermera, ayudada apenas por tres auxiliares, tenía a cargo hasta 60 pacientes. “En ese entonces nos apoyábamos muchísimo. O sea, el trabajo era mutuo, también los médicos residentes internos. Es un trabajo en equipo”.
Rosalba Oliva Cañiza Flores es la jefa de Enfermería de Pediatría y recuerda que la noche tiene sus dificultades. “Cuesta mucho más conseguir insumos, cuesta mucho más dar toda la calidad de atención y atención oportuna. Es frecuente que la gente tenga que salir a comprar medicamentos. También reforzar áreas donde se requiere más personal, mover los recursos humanos porque nuestra gente está capacitada para cualquier área”, señala.
Entonces así se entiende un poco ese tránsito de hombres y mujeres de blanco llevando por el laberinto de pasillos un medicamento que necesita un colega en otro sector de atención. “Nos ayuda el Whatsapp, allí tenemos un grupo y alguien sube, necesito adrenalina y el que tiene va y le lleva, así nos ayudamos”, comenta.
“De mañana y tarde es más fácil porque está la farmacia, se puede ir a buscar, pero a la noche ya no se consigue una cierta donación o que responda de inmediato el sistema familiar que acompaña a los pacientes, en la noche hay que resolver”, apunta. “A primera hora ya comunicamos las necesidades a las autoridades en el mismo sitio”, añade.
Equipos
Osvaldo Giménez, Fernando Gómez, Angélica Villamayor, Paola Vera, Miriam Giménez, Fátima Morínigo y Zulma Rodríguez forman el equipo de turno noche en el área de Terapia Intensiva.
Osvaldo suspira para responder. Es un área muy sensible, la pelea contra la muerte es diaria y terrible. La vida cobra allí una dimensión especial. “Si logramos salvar un paciente somos superhéroes”, dice con una sonrisa que se escapa del tapabocas.
Cuentan que se los reconoce muy poco. “La gente se acuerda de los médicos nomás”, dice con un dejo de tristeza Angélica.
Amor y vocación de servicio
Vocación, amor, servicio son las palabras con las que definen su oficio.
María Esther Armoa tiene 30 años de ejercicio de la enfermería y 15 de ellos los pasó en Terapia Intensiva. “Nada se compara al hecho de cuidar la vida de un semejante. Las enfermeras estamos desde que la persona nace hasta que se muere”, describe. A su turno, Elizabeth González dice que se “tiene que tener mucha paciencia” ante la exigencia de enfermos, familiares, médicos, pares, un equilibrio emocional que está siempre a prueba.
Natalia Recalde, Ana Parra, Miguel Rivas, José Czajkowsky y Adrián Santander son del equipo de enfermeros de Pediatría.
“Es difícil hacerles entender a los padres que tenemos que hacerles llorar a sus hijos por su bien”, resume Ana sobre la lucha diaria principal. La sobreprotección paterna es un problema difícil de resolver. “Los niños nos perdonan rápido”, cuenta con una sonrisa. Para todos es un área satisfactoria en la que los aprendizajes estimulan. “Tenemos que aprender a distraerlos, sacarles una sonrisa, hacerles dibujos, usar juguetes, contar cuentos y ¡hasta les hacemos globos con los guantes!”, cuenta José. A diferencia de lo que pasa con los adultos, aquí sí hay reconocimiento, dibujitos, cartitas, algún peluche. “También nos reconocen los padres, hay que ser justos”, apunta Ana.
Natalia muestra en la sala de internación las sillas de plástico blanco que compraron las enfermeras y enfermeros para que madres y padres puedan acompañar a sus niños. “Penosamente la gente no cuida mucho las cosas, es una pelea, necesitaríamos que nos donen sillas, es algo muy necesario. Nos preocupan las madres con bebés o con niños chicos que, como el plástico está viejo, se pueden vencer las patas y caerse al suelo”, explica.
Un día con pedidos especiales
El Día Internacional de la Enfermería, que se celebra hoy 12 de mayo, brinda a los profesionales del área una oportunidad para pedir que se atiendan algunos reclamos del sector.
Guardias de seguridad para proteger el predio porque, al ser un espacio universitario, no puede ingresar la Policía. Esta situación devino en el crecimiento de hurtos y robos que ya son una complicación.
Mencionan también que Clínicas está recibiendo muchos pacientes de seguros privados que acuden ante la imposibilidad de hacer frente a los millonarios costos de internación que se afrontan en el sector privado. A ellos se suman los que no encuentran lugar en el colapsado sistema de turnos de los servicios médicos del Instituto de Previsión Social (IPS), que muchas veces imponen meses de espera, un tiempo con el que no cuentan los pacientes que requieren intervenciones urgentes. Por ello, señalan que el IPS debería reponer los costos de intervención, pero eso o demora en suceder o directamente no llega nunca, según las observaciones.
Clínicas atiende a unos 2.200 pacientes por día, tiene 550 camas de internación, realiza 80 cirugías por día y el área de Urgencias atiende a unas 250 personas por día en promedio. Sin embargo, la capacidad de atención podría aumentarse, ya que, por ejemplo, hay una sala de terapia intensiva que está completamente equipada, pero no se utiliza porque no se tienen recursos para contratar a médicos y enfermeros intensivistas.
“Las enfermeras que están en la urgencia y en la terapia son siempre especializadas en cuidado intensivo y en emergentología. Las mismas cosas con terapias de niños, neonatología, son especialidades. La urgencia pediátrica también es una especialidad. Se necesitan más enfermeras, por lo menos unas 150 más, para niños, para adultos sobre todo en las áreas críticas, quirófano, urgencia, terapia”, comentan al tiempo de recordar que Clínicas sigue atendiendo en el antiguo edificio de Sajonia las partes de trauma y medicina familiar.
Asimismo, consideran que la renovación del antiguo equipo de resonancia magnética es fundamental. Además de ello, rubro para salarios es otro punto esencial, así como el respeto a la ley de enfermería, que según entienden puede verse limitada por el proyecto de ley “De la función pública y la carrera del servicio civil” que estudia el Congreso.
Reivindicaciones
La Asociación Paraguaya de Enfermería (APE) se encuentra organizando una movilización para el próximo 22 de mayo que se daría en cabeceras departamentales y Asunción en reclamo de más cupos de escalafón salarial y fuentes de trabajo.
Explican que hay 4.300 enfermeras y enfermeros que ingresaron por concurso de títulos y méritos en los últimos dos años al escalafón y en el presente año ingresarán aproximadamente 2.000, pero el sistema de salud tiene 33.000 profesionales, incluyendo al IPS, el Ministerio de Salud Pública y el Hospital de Clínicas.
De ese total, el 50 % está con contratos precarios que se renuevan cada seis meses. La propuesta de la APE es que se retome la práctica de la renovación anual que rigió hasta hace poco tiempo. También reclaman el pago del turno nocturno.
También señalan que unos 12.000 enfermeros no cuentan con seguro médico, lo que constituye un alto riesgo, ya que diariamente interactúan con enfermedades contagiosas. A más de ello, también carecen de seguridad social.
Mirna Gallardo, presidenta de la APE, recuerda que esta “es una organización con 76 años de historia de luchas y conquistas como la Ley 3206, que regula el ejercicio profesional y que fue promulgada en 2007, y la Ley 6625, que establece la carrera profesional (escalafón) y cuya aplicación es gradual”.
Deudas pendientes
“Hay una gran deuda con el personal de enfermería y podemos citar algunas de ellas. El 50 % del personal (16.000 aproximadamente) está en situación de contrato y a partir de este año se firmarán cada seis meses, generando este hecho un ambiente de intranquilidad e incertidumbre en el personal. Los mismos no cuentan con ningún seguro médico ni seguridad social. No se abona el pago por el turno nocturno correspondiente, o sea nunca se ha percibido ese derecho por laborar en las noches. Tampoco se abona por los días festivos, Navidad, Año Nuevo y feriados”, señala.
El salario piso es de G. 4.320.000, pero en el IPS más de 1.200 trabajadores del sector perciben salarios inferiores a G. 2.900.000.
“Quisiéramos que las autoridades no olviden que las enfermeras cuidan de todo un país desde siempre. En momentos críticos, como en la pandemia, sin haber sido inmunizados tuvieron que cuidar a los demás, arriesgando sus propias vidas y las de sus familias.En consecuencia, 72 enfermeras perdieron la vida”, expone Gallardo.
“Hace dos años lamentamos el fallecimiento de una enfermera, que dejó dos hijos huérfanos, en el Hospital de Mariano Roque Alonso por la explosión de una autoclave en un caso que aún duerme en la Justicia. Solicitamos que las autoridades coloquen en su agenda trabajar en mejorar las condiciones laborales para todo el personal de enfermería del país”, pide.
“El 22 de mayo una vez más salimos a las calles, pero garantizamos la atención en los diferentes servicios. Pedimos se incluya en el anteproyecto de presupuesto 2025 los recursos para la aplicación del año cuatro y la promoción. También pedimos la desprecarizacion de los contratados y el concurso para el primer empleo. Rechazamos la resolución que incrementa a 120 meses de salario para el cálculo de la jubilación en el IPS porque es importante respetar los plazos que establece la ley de enfermería”, concluyó.