Los piercings en las orejas son una tendencia de los últimos años, pero no siempre la piel está preparada para ello. A veces la perforación puede convertirse en una lesión y generar el crecimiento del tejido cicatricial, que en términos médicos se conoce como queloide.
Los queloides son cicatrices elevadas causadas por un crecimiento excesivo del tejido cicatricial, que se caracteriza por mostrarse de color rosa o rojo. Esto puede causar picazón, sensibilidad o dolor, y generalmente, se desencadenan por cualquier tipo de lesión en la piel que hace que el cuerpo produzca bastante colágeno, la proteína que se utiliza en la cicatrización de heridas.
Cuando la piel se lesiona al perforar la piel con una aguja, el colágeno se daña y las células de la piel y los tejidos conectivos comienzan a multiplicarse en un intento de sanar, lo que lleva a la cicatrización. Sin embargo, el cuerpo no sabe que una perforación es una lesión intencional, por lo que el proceso de curación de la herida entra en vigor y puede hacer que se forme tejido cicatricial y siga creciendo y desarrollándose, convirtiéndose en un queloide.
Aunque no se conocen los motivos, es más probable que se presenten queloides en personas con piel más oscura. De hecho, los estudios confirman que estas afecciones se ven con mayor frecuencia en personas de ascendencia africana y asiática, así como en personas de ascendencia hispana y mediterránea. En otras palabras, hay un componente genético en juego.
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¿Cómo prevenir los queloides?
Los queloides son difíciles de tratar, pero existen varias opciones de tratamiento disponibles para deshacerse de ellos para siempre. La parte más difícil es asegurarse de que el círculo vicioso de eliminarlos, causar lesiones en la piel y la posible reaparición de queloides se detenga de una vez por todas.
Los expertos recomiendan que si alguien es propenso a los queloides con antecedentes familiares, es mejor evitar perforaciones, tatuajes o procedimientos electivos, especialmente en áreas cosméticamente sensibles. Los lugares comunes donde se desarrollan los queloides incluyen las orejas, el cuello, los brazos, las piernas, la parte superior de la espalda, los hombros y el pecho.
Otro importante consejo de los especialistas es limpiar adecuadamente cualquier herida, ya que la infección podría aumentar el riesgo de desarrollar un queloide. También, tratar de reducir la tensión y el estrés en la herida mientras sana, ya que evitar el estiramiento, el movimiento o la presión excesivos en el área afectada puede disminuir el riesgo de formación de cicatrices queloides; y proteger del sol cualquier herida en proceso de curación.
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