Los celulares inteligentes se convirtieron en una herramienta indispensable de nuestro día a día en los últimos tiempos, pero su uso excesivo podría desarrollar un miedo irracional que se denomina nomofobia. De hecho, un estudio estima que por lo menos el 6 % de la población mundial padece este trastorno, generando mayor vulnerabilidad en la salud mental.

El doctor Robert Núñez explicó a través de sus redes sociales que el miedo irracional a estar sin el celular es considerado una patología del siglo XXI asociado a la tecnología. “Los síntomas que provoca son nervios, inseguridad, agresividad, cuadros de ansiedad, sensación de indefensión o dolor de cabeza”, detalló.

Por su parte, la psicóloga Laura Cáceres señaló que los problemas de salud mental son una consecuencia de la dependencia de los teléfonos celulares, pueden causar efectos nocivos de soledad y depresión, ansiedad, distracción o comportamientos agresivos. “Los adolescentes no conciben la vida lejos del celular, algunos incluso pueden manifestar conductas obsesivas como revisar el celular cada cierto tiempo, incluso entran en pánico si este se extravía u olvida”, manifestó en conversación con el La Nación/NacionMedia.

Investigaciones científicas demostraron que existen niveles altos de depresión y ansiedad en aquellos estudiantes que utilizan el teléfono móvil antes de dormir. Muchos adolescentes duermen con el móvil para estar atentos a una llamada o mensaje, demostrando conductas como tener más de un celular, revisarlo constantemente, no ir a lugares donde no hay cobertura o buscar los enchufes para no dejar que el celular se descargue.

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Consecuencias de la nomofobia en los niños

“Hay que tener en cuenta que las niñas presentan un mayor riesgo del consumo compulsivo de los teléfonos móviles. El uso de los dispositivos en los niños durante largas horas del día perjudica su desarrollo normal y les ocasiona problemas de conducta, trastorno de sueño e incluso problemas de depresión infantil y ansiedad, con riesgo de generar adicción en casos extremos”, puntualizó la profesional.

Agregó que puede acelerar el crecimiento del cerebro y asociarse con déficit de atención, retrasos cognitivos, problemas de aprendizaje, aumento de la impulsividad y falta de autocontrol. “En la salud mental también tiene consecuencias como aumentar el riesgo de trastorno bipolar, psicosis y conductas agresivas en personas con predisposición a estos cuadros”, indicó.

¿Cómo evitar la dependencia al celular?

Cáceres sugirió que se debería esperar para dar un teléfono celular al niño al menos hasta que esté cursando el octavo grado. Así también hay que tener en cuenta que no se trata tanto de una edad en particular, sino de la conciencia social, la madurez y la comprensión de lo que significa la tecnología, además es importante considerar qué se le permite a los niños hacer con él y qué tan bien responde a los límites del tiempo de exposición a las pantallas.

“Los padres deben ir disminuyendo el uso de celulares de forma progresiva, si a pesar de esa medida el problema persiste, es recomendable acudir a un especialista para obtener ayuda profesional”, sostuvo. El doctor Núñez aportó que es fundamental controlar las horas que se les da el móvil o la computadora, compartir más con los niños jugando al aire libre y jugando con elementos didácticos, y hacer que ayude en la casa con labores pequeñas.

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