Tanto el vino como la cerveza tienen etanol en mayor o menor concentración dependiendo de su proceso de elaboración. Estas bebidas alcohólicas se aprecian mejor si se consumen a su temperatura adecuada, pero si las prefieres más frías, agregar hielo puede no ser tan buena idea y te contamos las razones.
Por lo general, cuando una bebida no está suficientemente fría o queremos que se mantenga un tiempo fresca, añadimos hielo ya que su efecto es más rápido. Sin embargo, en el vino y la cerveza puede ser todo un disparate y aunque se sabe de manera popular que es mejor no hacerlo y muchos lo respetan en lo absoluto, los motivos no son tan conocidos.
La razón principal es que cuando el hielo se derrite aumenta el agua en estas bebidas y las hace perder por completo sus cualidades. En el caso del vino, que de por sí es muy sensible a los factores externos, se aconseja siempre conservarlo a temperatura natural para disfrutar de su verdadero sabor, ya que al poner hielo a la copa estropea sus componentes que promueven su esencia como tal.
En cuanto a la cerveza, el hielo es un elemento capaz de romper las burbujas de gas anhídrido carbónico que contiene esta bebida y si esto ocurre, la cerveza se queda sin gas hasta el punto de que su sabor cambia por completo. Ambas bebidas son fermentadas y no llevan hielo ni en su preparación ni en su momento de consumo, porque la composición del hielo hace que el grado de alcohol sea menor.
¿Meter las botellas en el congelador?
Si recurres a este sistema para enfriar tus bebidas, necesitas saber que en el vino o la cerveza, este hecho tampoco es recomendable y si lo sueles hacer estás cometiendo un grave error. Los cambios bruscos de temperatura pueden estropear este delicado producto, una bajada brusca de grados posiblemente alterará su aroma y sabor.
Otro punto interesante es que puede producir una explosión y esto se genera cuando una pequeña parte de la bebida está congelada, lo que significa que gran parte sigue en estado líquido y se desparrama. Controlar cuando esto puede suceder es complicado, pero si decidimos meter la cerveza o el vino al congelador, debemos tener bastante cuidado con el superenfriamiento, es decir, que la bebida no se granice.
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