Las infusiones poseen propiedades medicinales que contribuyen a aliviar una gran cantidad de males y, aún mejor, de forma totalmente natural. Además de sus tantas bondades para la salud, un reciente estudio confirma que esta bebida contribuye en el buen funcionamiento del cerebro y la memoria.
Desde tiempos inmemoriales, a través de las infusiones se aprovecharon los beneficios medicinales, terapéuticos y aromáticos de las hierbas. En los días de baja temperatura, los tés ayudan a combatir la sensación de frío, y de acuerdo a sus diferentes propiedades, algunas tienen efectos relajantes y ansiolíticos, mientras que otras bondades digestivas.
Para muchos, las infusiones forman parte de su rutina y es una costumbre arraigada. Un nuevo estudio de la Universidad de Reading de Inglaterra descubrió, luego de tres años, la importancia de tomar tés para la buena memoria debido a sus flavonoles, que son pigmentos naturales presentes en las hierbas para proteger al organismo del daño producido por agentes oxidantes, como rayos ultravioletas, polución ambiental, sustancias químicas presentes en los alimentos, entre otros.
Estas sustancias químicas naturales de las infusiones, que se llaman flavanoles, aumentan el poder del cerebro, lo que a su vez contribuye con la memoria y el recuerdo. De hecho, la revista médica de la Academia Americana de Neurología también afirma que los alimentos con flavonoles antioxidantes, que se encuentran en varias frutas y verduras, así como en el té y el vino, pueden tener una tasa más lenta de deterioro de la memoria.
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Tomar dos tazas de té al día
Los especialistas concluyeron que tomar dos tazas de té al día puede ayudar a aumentar el poder del cerebro y proteger la memoria a medida que se envejece, luego de estudiar cómo los flavanoles afectan la memoria de más de 3.500 personas sanas mayores de 60 años. Además, los participantes recibieron tareas de recuerdo de palabras para evaluar su memoria.
El informe científico señala que quienes consumieron flavanol mejoraron un 10,5 % en promedio, aumentando a un 16 % para aquellos que comenzaron con la ingesta más baja en su dieta general. Entre otros beneficios que se destacan se encuentra la longevidad, bajo riesgo de enfermedad cardíaca y diabetes, control del peso corporal, fortalecimiento de los huesos y disminución del estrés.
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De infamias e infames. De mentiras y mentirosos
- Por Ricardo Rivas
- X: @RtrivasRivas
- Fotos: AFP / Gentileza
¿De qué hablamos cuando hablamos de verdad? ¿Existe la verdad o, por lo menos, alguna verdad? Es complejo saberlo con certeza en tiempos de fake news, de bulos, de deepfake.
En 1954, Jorge Luis Borges (1899-1986), aquel gran maestro, escribió que “los doctores del Gran Vehículo enseñan que lo esencial del universo es la vacuidad”. Aquella frase que, desde la primera lectura, tal vez en 1972, me pareció que encerraba algo misterioso y mágico se mantiene entre mis recuerdos. Sentí que mucha fuerza oculta yacía en aquella fuerte observación simbolizada en apenas catorce palabras. Pero, entre ellas, tres expresiones me atraparon más que otras y debo admitir que son recurrentes en tiempos de reflexión.
Recuerdo que, en mis apenas 21 años, hasta aquel atardecer que me sorprendió en la pequeña vivienda de la maestra Dharma Ma Devi Tao – así se presentó– nunca había tenido un encuentro personal con esa mujer de edad indefinida cuya piel parecía de porcelana y tenía un bindi bien visible entre sus pobladas cejas oscuras. Vestía una túnica en la que predominaba el color rojo y se cubría con un enorme pañuelo de seda naranja.
Casi en silencio la seguí desde la puerta manteniéndome apenas detrás de ella. Caminamos unos pocos pasos hasta una sala iluminada con velas y aromatizada con sahumerios florales, entre los que se destacaban jazmines y lavandas. También creí percibir cedros y sándalos. Pese a que sonaban tenuemente hasta mis oídos llegaron bellas armonías interpretadas con yat-ga mongol (cítara mongol), algún rgyagling (oboe) y dra-nyen (laúd).
Por un breve tiempo solo nos miramos mientras respirábamos profundamente sentados sobre mullidos almohadones. Luego de inclinar su cabeza levemente para llegar casi hasta sus manos, que unidas por sus palmas llevó hasta sus labios, explicó que “gran vehículo es mahāyāna, en sánscrito o bodhisattvayāna, ‘vehículo del bodhisattva’ –dos palabras para una sola creencia– que, junto con theravada, es una de las dos ramas principales del budismo y, a la vez, aplica para clasificar las filosofías y prácticas budistas”.
ILUMINACIÓN
Quise saber más. “Mahāyāna también se refiere al camino del bodhisattva –un ser destinado a ser un futuro Buddha que busca la iluminación completa para el beneficio de todos los seres”. Luego de otro silencio, profundizó. “Gran Vehículo –mahāyāna– también da cuenta de un camino más ancho y más perfecto que contrasta con el ‘Pequeño Vehículo –Hinayana–’ de la tradición Theravāda, Sthaviravāda, en sánscrito o ‘doctrina de los ancianos’ del budismo temprano en la India”.
Las palabras quedaron atrás. Compartimos casi en silencio una infusión tan agradable como desconocida para mi paladar que, como paso previo, devino en una inolvidable sesión de masajes con la técnica que unos 2.600 años atrás desarrollara Shivago Komarpaj, el médico de Buda, que al parecer imaginó y diseñó esa terapia en el norte de la India.
Nunca volví a ver a la maestra Dharma Ma Devi Tao. Antes de despedirnos me entregó un par de breves libros que por varios días leí con atención. Con ellos me introduje en la búsqueda del sentido de tres palabras que Borges escribió: esencial, universo y vacuidad.
La vida con sus búsquedas me condujo hacia múltiples lecturas. Es la mía una generación que transita dos siglos. Media vida en el siglo de las guerras y hasta hoy un cuarto del camino recorrido en el inicio de otra centuria que encuentra a millones en estado de desorientación y búsquedas. Todo parece estar en crisis. Hay quienes enfáticamente así lo afirman.
La masificación en el acceso a enormes desarrollos tecnológicos cambió muchos paradigmas. Un 65 % de los habitantes del planeta técnicamente puede acceder a la red. Poco más de 3 mil millones de personas, no. Se encuentran carecientes junto con aquellos que sí pueden acceder, pero tienen impedimentos concretos para hacerlo.
La realidad mixta que transitan uno 5.200 millones es solo la realidad real para otros que, también en conjuntos millonarios, tampoco pueden acceder al agua, al alimento, a la educación, a la salud porque, desde algún lugar, son como los choznos y bichoznos de aquellos pauperizados cuyas vidas, sufrimientos y carencias Víctor Hugo narró como nadie en “Los miserables”. Esos son los que acampan hacinados en los costados de la red. La individuación gana espacios impensados. La solidaridad parece en slow motion.
LA ERA DEL VACÍO
Algunos estudiosos se adelantaron en el tiempo con sus observaciones, diagnósticos y advertencias. “La edad moderna estaba obsesionada por la producción y la revolución, la edad posmoderna lo está por la información y la expresión”, sostiene Gilles Lipovetsky en “La era del vacío”, quien también verifica, advierte y da cuenta de una tendencia a “comunicar por comunicar, expresarse sin otro objetivo que el mero expresar y ser grabado por un micropúblico. El narcisismo descubre aquí como en otras partes su convivencia con la desubstandalización posmoderna, con la lógica del vacío”.
Preocupaciones y dilemas de setiembre de 1986. “La interrupción, la incoherencia, la sorpresa son las condiciones habituales de nuestra vida. Se han convertido incluso en necesidades reales para muchas personas, cuyas mentes solo se alimentan [...] de cambios súbitos y de estímulos permanentemente renovados […] Ya no toleramos nada que dure. Ya no sabemos cómo hacer para lograr que el aburrimiento dé fruto. Entonces, todo el tema se reduce a esta pregunta que nos lanza Paul Valéry en junio de 1999: ¿la mente humana puede dominar lo que la mente humana ha creado?”.
Plantea ese interrogante a la hora de prologar “Modernidad líquida”, de Zygmunt Bauman, quien lee el pasado y no duda en señalar que “el capitalismo pesado, de estilo fordista, era el mundo de los legisladores, los creadores de rutinas y los supervisores. El mundo de los hombres y mujeres dirigidos por otros que perseguían fines establecidos por otros de una manera establecida (también) por otros. Por esa razón era (aquel) un mundo de autoridades: líderes que sabían qué era mejor y maestros que enseñaban a seguir adelante”.
Estábamos ante algo nuevo, desconocido y veloz. Hemos recorrido desde el inicio del siglo apenas 24 años. Corto si miramos el time line y muy largo cuando percibimos sus efectos y descubrimos que una interesante cantidad de preguntas sustanciales –las de siempre– no encuentran sus respuestas. Bauman en 2016 advirtió sobre la individuación.
COMUNICACIÓN RETICULAR
A modo de ejemplo alertó sobre la comunicación reticular y denunció sus prácticas: “Tú (en ellas) tienes que crear tu propia comunidad (pero) lo que las redes sociales pueden crear es un sustituto. (Porque) la diferencia entre la comunidad y la red es que tú perteneces a la comunidad (en la realidad real), pero la red te pertenece a ti. Puedes añadir amigos y puedes borrarlos, controlas a la gente con la que te relacionas. (Pero) en las redes es tan fácil añadir amigos o borrarlos que no necesitas habilidades sociales (que solo) las desarrollas cuando estás en la calle (en la realidad real), o vas a tu centro de trabajo, y te encuentras con gente con la que tienes que tener una interacción razonable (porque) ahí tienes que involucrarte en un diálogo (que solo es real si no hablas solo) con gente que piensa lo mismo que tú”.
Enfatiza que “las redes sociales no enseñan a dialogar (y advierte que) mucha gente usa las redes sociales no para unir, no para ampliar sus horizontes, sino al contrario, para encerrarse en lo que llamo zonas de confort, donde el único sonido que oyen es el eco de su voz, (y) donde lo único que ven son los reflejos de su propia cara”.
El secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), António Guterres, el pasado 24 de junio sostuvo por su parte que “los algoritmos empujan a las personas a burbujas de información y refuerzan prejuicios como el racismo, la misoginia y la discriminación. Así, las mujeres, los refugiados, los inmigrantes y las minorías son objetivos comunes”. Ese mismo día añadió que “la desinformación y la incitación al odio alimentan los prejuicios y la violencia, exacerban las divisiones y los conflictos, demonizan a las minorías”.
Y no son escasas las oportunidades en que desde los más alto del poder se avanza en esa línea y se aboga por comunicarse “con la gente sin intermediarios”, “sin periodistas”, “sin medios”, a los que acusan incansablemente de mentir y hablar por orden de quienes les pagan.
¿Qué es lo que no se entiende? ¿De qué hablamos cuando hablamos de verdad? ¿Existe la verdad o, por lo menos, alguna verdad? Es complejo saberlo con certeza en tiempos de fake news, de bulos, de deepfake. ¿Será verdad esto o aquello que vemos, cuando leemos o escuchamos? Hay momentos en los que creo que –aun lo verificable– tal vez no sea verdad. ¿Será esta la era de la mentira?
Recordé que un par de días atrás para quien quisiera verlo en la plataforma Tiktok, Donald y Kamala flirteaban enamoradísimos. Tiempo antes también fue posible ver al papa Francisco vestido con un largo abrigo blanco sintético; a Elon Musk con ropas de superhéroe. Hay de todo. El dictador Nicolás Maduro en Venezuela sostiene en la realidad real y en la virtual que ganó unas elecciones fraudulentas. Daniel Ortega y Rosario Murillo, los autócratas en Nicaragua, encarcelan, torturan, exilian, destierran, practican la apatridia y cancelan a quienes denuncian como “enemigos del pueblo” mientras bloquean las redes que solo usan ellos.
MENTIRA
Todo –sin serlo– parece posible y verdadero. Según el diccionario de la Real Academia Española (RAE), mentira es una “expresión o manifestación contraria a lo que se sabe, se cree o se piensa”. Tan simple como compleja explicación porque todo lo que las otredades piensen, por ejemplo, acerca de mí y mi circunstancia podría devenir en mentira si mi decir y mi hacer no fueran lo que digo y hago. Aunque el debate entre mentira y verdad, sospecho que va por otro lado. Tal vez de cada persona humana la única verdad sea justamente su humanidad. Doxa y episteme no siempre o, tal vez nunca, convergen. Aunque tampoco divergen demasiado. Y, tal vez en esa compleja indistinción es donde una mentira puede ser una verdad.
“¿Qué ves? / ¿Qué ves cuando me ves? / Cuando la mentira es la verdad...”, canta Divididos desde 1993 en un álbum que llamaron “La era de la boludez”. ¿Por qué no? “Engañar, inventar, fingir, macanear, boletear (...) falsificar, calumniar”, según la RAE son sinónimos de mentir, pero también pueden ser parte indisoluble del desmentir. Incluso cuando para cualesquiera de esas dos acciones se aporte una verdad.
La dificultad es discernir rodeados de voluntarios o involuntarios “embusteros, mendaces, falaces, falsos, falsarios, farsantes, noveleros, cuentistas, troleros, boleros, fuleros, calumniadores, tramposos, fulleros, engañosos, hipócritas, fariseos, macaneadores, habladores, boleteros, globeros, bolaceros, chiveros, bocones, jetones, sirificos, chileros” o como se prefiera llamar a mentirosos y mentirosas. Quizás por estar tan extendidas –mentir y desmentir– como casi involuntarias prácticas humanas y sociales, con frecuencia son expuestas como parte de la vida de los otros. La viga en el ojo ajeno.
“Me acuerdo de todo, incluso de aquello que nunca sucedió”, recuerdo decía un muy veterano hombre de prensa más de cuatro décadas atrás cuando, también por entonces, yo era un muy joven periodista en ciernes. Inolvidable. Desde aquellos años no fueron escasas las oportunidades en que cuando quise saber sobre sucesos trascendentes encontré historias diferentes. No es imposible construir un pasado que no fue –¡y hasta un futuro que no será!– y, aun así, no ser una mentira y sí ser una historia de “no ficción” creada en el contexto de una obra literaria.
De eso también se trata la literatura porque como lo afirmaba Jorge Luis Borges, una ficción literaria “no tiene intención de engañar o tergiversar con fines y objetivos inconfesables”. Con vocación docente –palabra más, palabra menos– puntualizó que cuando de ficción se trata hay una especie de pacto entre quien escribe esa historia y el lector que acepta leerlo. Con la mentira, el mentiroso siempre procura defraudar la buena fe de esa persona a la que convence de que lo que le cuenta es una verdad. En el mismo sentido, en los diarios, hasta no hace mucho tiempo, nos referenciábamos y enfrentábamos con las responsabilidades que emergían del “contrato de lectura” siempre vinculado con la “línea editorial”.
INFAMIA
Vuelvo a aquellas palabras que Borges escribió en 1954. “Los doctores del Gran Vehículo enseñan que lo esencial del universo es la vacuidad”. Eran parte del prólogo de “Historia universal de la infamia”, una selección de cuentos maravillosos que el maestro escribió, prologó y presentó por primera vez en 1935. Ochenta y nueve años después esa frase despeja parcialmente el hoy porque dan cuenta de alguna forma de continuidad en las prácticas de poderosos y poderosas cuando se emborrachan de poder.
Borges, enigmático, encuadra desde el inicio las infamantes acciones de aquellos despreciables infames en el hinduismo que –como creencia– se sustenta en el dharma, que es la ley universal de la naturaleza. En ese corpus la más importante de las preocupaciones es la liberación del sufrimiento. Alcanzar el nirvana y, para alcanzarlo, se necesita un sila, de una acción ética que –con meditación y prajña (sabiduría en sánscrito)– permite saber de “las cosas como realmente son” en un universo que no fue creado por un ser superior y, por ello, todos los fenómenos están marcados por la vacuidad y, en consecuencia, nada puede nacer y nada puede morir.
Mentir –una forma de traición tanto personal como social extendida desde el inicio de los tiempos– sin dudas desacredita y deshonra. Dos palabras a las que la RAE alude para definir “infamia”.
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Estudio revela que el ejercicio puede mejorar la memoria y el aprendizaje
Aunque a algunos no les guste hacer deporte es una realidad que el ejercicio físico produce numerosos beneficios para la salud, y, de hecho, tal y como han revelado ahora investigadores del Brain Health Center del Pacific Neuroscience Institute en Providence (Estados Unidos) señalando un “vínculo fascinante” entre el ejercicio regular y una mejor salud cerebral.
La investigación, publicada en el ‘Journal of Alzheimer’s Disease’, muestra que estar físicamente activo está relacionado con un mayor tamaño de áreas del cerebro importantes para la memoria y el aprendizaje.
Para llegar a esta conclusión, los investigadores analizaron resonancias magnéticas cerebrales de 10.125 personas realizadas en los centros de imágenes Prenuvo, un colaborador clave en la investigación.
Así, descubrieron que aquellos que realizaban actividades físicas con regularidad como caminar, correr o practicar deportes tenían mayores volúmenes cerebrales en áreas clave. Esto incluye la materia gris, que ayuda a procesar la información, y la materia blanca, que conecta diferentes regiones del cerebro, así como el hipocampo, importante para la memoria.
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“Nuestra investigación respalda estudios anteriores que muestran que estar físicamente activo es bueno para el cerebro. El ejercicio no solo reduce el riesgo de demencia sino que también ayuda a mantener el tamaño del cerebro, lo cual es crucial a medida que envejecemos”, explica el investigador principal, Cyrus A. Raji.
Asimismo, el coautor del estudio y director del PBHC, David Merrill, asegura que “incluso niveles moderados de actividad física, como dar menos de 4.000 pasos al día, pueden tener un efecto positivo en la salud del cerebro”.” Esto es mucho menos que los 10.000 pasos a menudo sugeridos, lo que lo convierte en un objetivo más alcanzable para muchas personas”, añade.
“Nuestra investigación vincula la actividad física regular con mayores volúmenes cerebrales, lo que sugiere beneficios neuroprotectores. Este gran estudio de muestra amplía nuestra comprensión de los factores del estilo de vida en la salud del cerebro y la prevención de la demencia,” apunta el coautor del estudio y profesor asistente de neurociencias en el Saint John’s Cancer Institute y el Pacific Brain Health Center, Somayeh Meysami.
Un estudio de ‘The Lancet’ realizado en 2020 encontró que alrededor de una docena de factores de riesgo modificables aumentan el riesgo de enfermedad de Alzheimer, incluida la actividad física. Este trabajo se basa en trabajos anteriores de este grupo, que vinculan la quema de calorías de las actividades de ocio con una mejor estructura cerebral.
“Este estudio demuestra la influencia del ejercicio en las imágenes de la salud del cerebro y, cuando se suma a otros estudios sobre el papel de la dieta, la reducción del estrés y la conexión social ofrecen los beneficios comprobados de los factores modificables sin fármacos para reducir sustancialmente la enfermedad de Alzheimer”, afirma el editor jefe de ‘Journal of Alzheimer’s Disease’, George Perry.
Esta investigación destaca una manera fácil de mantener nuestro cerebro sano: ¡mantenerse activo! Ya sea una caminata diaria o un deporte favorito, la actividad física regular puede tener beneficios duraderos para la salud de nuestro cerebro.
Fuente: Europa Press
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Cuatro opciones naturales fáciles de preparar para combatir las afecciones respiratorias
La temporada de frío, con temperaturas por debajo de los 10°C, ingresó con todo en Paraguay y con ella las afecciones respiratorias. En otoño e invierno las enfermedades como la gripe, la tos, dolor de garganta, se presentan con mayor frecuencia, atendiendo a la cantidad de virus que circula en nuestro entorno.
Nos volvemos más propensos al contagio de alguna enfermedad de este tipo, teniendo en cuenta que por el frío nos mantenemos la mayor parte del tiempo en espacios cerrados, ya sea en nuestros domicilios o en nuestro lugar de trabajo; al estar en un ambiente cerrado sin posibilidad de que el aire se renueve, el virus permanece en él, lo que hace que en cualquier momento podamos contagiarnos. Aunque los medicamentos son las primeras opciones para estos casos, también existen infusiones naturales que pueden ayudar a combatir el virus.
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Té de eucalipto
Es sabido que el eucalipto tiene innumerables propiedades para la salud, lo que hace que siempre se le considere como una de las primeras opciones a la hora de tratar las afecciones respiratorias como la tos, el catarro, la congestión nasal, etc. Una buena infusión de té de eucalipto preparado con cuatro hojas picadas en dos tazas de agua y cinco minutos de hervor, puede ayudar a controlar la gripe y/o congestión respiratoria. Muchos también optan por inhalar el vapor de las hojas hervidas.
Té de jengibre
Es otra propuesta natural con una alta capacidad expectorante, que ayuda a tratar las enfermedades que se presentan mayormente en la temporada otoño/invierno, ya sean afecciones respiratorias o pulmonares. El té de jengibre además es una fuente de energía; para prepararlo se debe hervir la raíz ya pelada en un litro de agua durante diez minutos; agregar unas gotas de limón y miel de abeja puede ayudar a potenciar sus propiedades.
Té de tomillo
Su delicioso sabor hace que sea una de las especias favoritas en la gastronomía, sin embargo, no todos saben que un buen té preparado a base de tomillo puede ayudar a combatir la gripe o el resfriado. Para su preparación solo se necesita hervir una cucharada de hojas de tomillo en una taza de agua por un lapso de cinco minutos, tras dejarlo reposar por otros cinco minutos se le puede agregar una cucharada de miel y beberlo.
Té de miel y limón
El té de miel con limón es uno de los más conocidos al momento de buscar una opción contra la gripe, el resfriado o irritación de la garganta. Como el limón posee vitamina C y antioxidantes ayuda a fortalecer el sistema inmunológico; en tanto que la miel funciona como expectorante, disminuyendo la tos y la congestión nasal por sus propiedades antibacterianas. Su preparación es simple, basta con exprimir medio limón en una tasa de agua y agregar una cucharada de miel y llevarlo al fuego hasta que rompa en hervor.
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Basa lanzó su primera Memoria de Sostenibilidad, un compromiso con el futuro
En un evento marcado por la reflexión y la celebración, el Banco Basa ha lanzado oficialmente su primera Memoria de Sostenibilidad correspondiente al año 2023. Este acontecimiento, que se llevó a cabo en el Sheraton Asunción Hotel, representa un hito significativo para la entidad bancaria 100% nacional, subrayando su firme compromiso con el desarrollo social, económico y ambiental del país.
El evento de lanzamiento reunió a una amplia gama de asistentes, incluidos directivos del banco, gerentes, colaboradores, clientes, proveedores, aliados y diversas organizaciones con las que Basa colabora en sus esfuerzos de sostenibilidad. La Memoria de Sostenibilidad fue elaborada siguiendo los rigurosos indicadores GRI (Global Reporting Initiative), una herramienta internacionalmente reconocida que promueve la transparencia y la rendición de cuentas en materia de sostenibilidad.
“La Memoria de Sostenibilidad 2023 es un reflejo de nuestro compromiso constante con la transparencia y la rendición de cuentas, demostrando cómo nuestras acciones impactan positivamente en el ámbito social, ambiental y económico. Este documento es mucho más que un informe; es una declaración de principios y un compromiso con nuestras comunidades, clientes y el medio ambiente”, afirmó Belén Rodríguez, especialista en sostenibilidad del Basa.
Impactos económicos, sociales y ambientales
La Memoria de Sostenibilidad 2023 del Banco Basa no solo reporta los resultados financieros alcanzados, sino que también abarca los impactos significativos en los ámbitos social, ambiental y de gobernanza. Este enfoque integral permite a la entidad bancaria presentar una visión holística de su desempeño y su compromiso con la creación de valor a largo plazo para todos sus grupos de interés.
Desempeño económico: Durante el año 2023, Banco Basa logró consolidar su posición en el mercado financiero nacional, con un crecimiento notable en sus indicadores financieros clave. La memoria detalla cómo la entidad ha manejado sus recursos, invertido en proyectos innovadores y mantenido una sólida estructura financiera.
Impacto social: En términos de responsabilidad social, el banco ha implementado una serie de programas destinados a mejorar la calidad de vida de las comunidades en las que opera. Estos programas incluyen iniciativas de educación financiera, apoyo a emprendedores locales y proyectos de inclusión social que buscan reducir las desigualdades.
Gestión ambiental: La sostenibilidad ambiental es otro pilar fundamental para Banco Basa. La memoria documenta los esfuerzos del banco para reducir su huella ecológica mediante prácticas sostenibles, como la implementación de tecnologías verdes, la promoción de la eficiencia energética y la reducción de residuos. Además, el banco ha colaborado con varias ONGs ambientales para apoyar proyectos de conservación y reforestación.
Gobernanza: La gobernanza corporativa es otro aspecto crítico abordado en la Memoria de Sostenibilidad. Banco Basa ha adoptado políticas y prácticas que garantizan la transparencia, la ética y la responsabilidad en todas sus operaciones. Este enfoque no solo fortalece la confianza de los inversionistas y clientes, sino que también asegura el cumplimiento de las normativas locales e internacionales.
El evento contó con la participación de varios oradores destacados que compartieron sus experiencias y perspectivas sobre el papel del banco. Entre ellos, se destacaron las palabras del presidente Germán Rojas, la directora Guiomar De Gásperi, la presidenta de la AFD, Stella Guillén, quienes enfatizaron la importancia de la colaboración y la innovación para enfrentar los retos futuros.
“En Banco Basa, creemos firmemente que la sostenibilidad no es solo una meta, sino un proceso continuo de mejora y adaptación. Nuestra Memoria de Sostenibilidad 2023 es un paso crucial en ese viaje”, afirmó la directora.
Mirando hacia el futuro
El lanzamiento de la primera Memoria de Sostenibilidad de Banco Basa es solo el comienzo de una trayectoria hacia la sostenibilidad y la responsabilidad corporativa. La entidad ha delineado una serie de objetivos y metas para los próximos años, con el fin de continuar avanzando en sus compromisos y superar los desafíos emergentes.
‘‘Entre los objetivos futuros se incluyen la ampliación de nuestros programas de educación financiera, el fortalecimiento de las alianzas con organizaciones ambientales y la adopción de nuevas tecnologías para mejorar la eficiencia y sostenibilidad de las operaciones. Además, el banco planea incrementar su apoyo a proyectos con énfasis en la equidad y los programas Mujer, con los que ya venimos trabajando gratamente’’, detalló Johanna Mongelós, gerente de Negocios Transaccionales, Pymes y Personas del Banco Basa .
Con una visión clara y un compromiso firme, Banco Basa está bien posicionado para liderar el camino hacia un futuro más sostenible y equitativo, demostrando que el éxito económico y la responsabilidad social y ambiental pueden ir de la mano.