En Paraguay estamos acostumbrados al calor, con una temperatura promedio anual que ronda los 25 grados. Incluso, en los meses más calurosos del año solemos experimentar temperaturas de más de 35 grados. El invierno, que arranca el 21 de junio y se extiende hasta el 20 de setiembre, no suele caracterizarse por temperaturas muy frías (10 grados), aunque para los paraguayos las mismas ya suponen un clima cuasi gélido.
En estos días de frío intenso, uno de los desafíos es bañarse o ducharse, sobre todo si no se toman en cuenta algunos pasos para hacer que la experiencia sea más agradable. Te dejamos 7 pasos para que ¡no dejes de asearte!
Ajustar la temperatura del agua: La mayoría de los baños tiene ducha eléctrica o termocalefón, o en su defecto, calentar el agua en la cocina y luego mezclarla en el baño, procurando que sea tibia o templada y proceder al baño. En el caso de la ducha, ir acostumbrando el cuerpo, gradualmente, a la temperatura del agua. Empezar con agua tibia e ir ajustando hasta sentirse cómodo. Evitar el agua demasiado caliente o casi hirviendo, ya que puede resecar la piel (de por sí el clima frío le afecta).
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Calentar el baño previamente: Antes de entrar en la ducha, asegurarse de calentar el baño para evitar cambios bruscos de temperatura. Esto hace que uno se sienta más cómodo mientras se baña. Algunos baños tienen climatización, pero si no es tu caso, podes usar una estufa eléctrica para calentar la habitación (hay de varios diseños, precios y potencias).
Preparar la ropa adecuada: Dejar preparada la ropa antes de entrar a la ducha, además de tener a mano una toalla grande y cálida para envolverse inmediatamente después de salir del agua. También se puede dejar cerca ropa abrigada o una salida de baño caliente para ponerse de inmediato (las hay de toalla o incluso de polar, son ideales para calentarse rápidamente).
Mantener puertas y ventanas cerradas: Evitar que el frío exterior se cuele en el baño manteniendo las puertas y ventanas cerradas durante el baño. Esto ayudará a mantener el calor dentro del espacio (cerrarlas con varios minutos de anticipación al aseo).
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Secarse bien el cuerpo: Después de bañarse, secarse completamente para evitar que la humedad atrapada en la piel te haga sentir más frío. Prestar especial atención a los espacios entre los dedos de los pies y las axilas (para evitar los molestos hongos).
Hidratar la piel: El frío intenso puede resecar la piel y al bañarse puede resentirse aún más, por ello, asegurarse de aplicar una crema hidratante después de la ducha. Como la crema suele ser fría, poner un poco en las manos y frotarlas antes de pasar por el cuerpo (esto ayudará a mantener la piel suave y protegida).
Moverse un poco: Luego de salir de la ducha, realizar algunas actividades físicas suaves para aumentar la circulación y generar calor corporal, como estiramientos o saltitos.
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Ahora ya no hay excusas para no bañarse. Eso sí, es importante estar atento a las señales del cuerpo, para evitar la hipotermia, que se manifiesta con escalofríos intensos o dificultad para moverse. Ante ello, es mejor salir de la ducha y buscar un lugar más cálido para recuperar el calor corporal.