Suecia declaró el sexo como deporte y lanzó el primer Campeonato Europeo de Sexo, fue la noticia que causó revuelo y puso en debate el tema, aunque resultó ser falsa. Al respecto, el sexólogo Alejandro Aguirre afirmó que las relaciones sexuales pueden considerarse una actividad deportiva, pero no ser practicadas como competencias.
La sexualidad es un aspecto importante de la vida que se vincula al placer e intimidad, produce satisfacción en la persona y cierta sensación de mejoramiento en el bienestar. Pero, ¿es un deporte? Según el profesional, si se tienen en cuenta sus beneficios en la salud física y mental, además del consumo de energía que implica, puede catalogarse como deporte.
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“Se pretendía hacer como una actividad competitiva, y ahí sí me parece total y absolutamente absurdo. El sexo no es una actividad en la que se compita, ni con uno mismo ni con la pareja, menos con otros”, expresó el médico sexólogo, Alejandro Aguirre, en conversación con el diario La Nación/Nación Media.
Si bien el deporte está relacionado a determinadas normas y reglas según cada disciplina, generalmente con un carácter competitivo, el doctor indicó que no siempre es así, ya que uno puede practicar, por ejemplo, natación en el mar y considerarse un deporte, lo mismo que salir a correr o hacer ciclismo al aire libre. “No es para nada recomendable vincularlo con un hecho competitivo”, sostuvo y resaltó que el sexo es un elemento de comunicación y disfrute en la pareja.
La pornografía genera efectos negativos
En cuanto a la pornografía como elemento de educación sexual, el sexólogo señaló que es absolutamente inapropiado porque está plagada de estereotipos y prejuicios, que a menudo distorsionan la realidad y provocan efectos negativos en la vida sexual de las personas, tanto por la desinformación y adicción a este tipo de contenidos.
“En la pornografía predomina la cosificación de la mujer, en la mayoría de los casos son un tanto violenta y muestran aparentemente un rendimiento que nunca va a ser real, porque son sesiones editadas”, puntualizó. Además, remarcó que es fundamental tener cuidado y no considerar como algo normal o ideal para la sexualidad lo que se ve en las películas eróticas.
Aguirre sostuvo que los efectos pueden ser devastadores, principalmente para los varones, ya que el tamaño del pene de los actores o el tiempo que demora en eyacular, puede generar la falsa idea que uno está infradotado. “En realidad son efectos de edición del contenido, pero puede hacer que la persona entienda que su rendimiento sexual está muy por debajo de lo que se considera normal. No es recomendable para chicos”, concluyó.
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