Si bien el aceite de oliva es el más recomendado gracias a sus propiedades nutricionales, el de lino o linaza también cuenta con importantes componentes, avalados por investigaciones científicas para su consumo y aporte para el buen funcionamiento del organismo.
El aceite de lino se obtiene de la semilla de la planta linum usitatissimum, está disponible en forma líquida o en cápsulas, y es rico en micronutrientes, mucílagos, fibra, antioxidantes y grasas de buena calidad, fundamentalmente omega 3. Se caracteriza por estar prensado en frío, lo cual aporta una mayor cantidad de nutrientes y de mejor calidad.
Pero es su alto contenido en ácido a-linolénico con riqueza en tocoferoles -compuestos que en el cuerpo actúan como vitamina E- y su bajo nivel de ácidos saturados, es decir grasas malas, los que lo hacen merecedor de un lugar en la cocina y como casi sustituto del aceite de oliva. Este aceite es saludable para el corazón, por lo que muchas personas lo utilizan para reducir el colesterol y el azúcar en la sangre, además para tratar afecciones digestivas.
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Propiedades y beneficios
Los beneficios del aceite de lino en la salud están comprobados científicamente. De hecho, los expertos señalan que su consumo conlleva una mejor función neurológica y la prevención de enfermedades cardiovasculares, ya que los ácidos omega 3 que aporta aumenta el colesterol bueno. Además ofrece efectos protectores en el cerebro.
Se trata de una de las fuentes vegetales más ricas en lignanos, compuestos antioxidantes y antiinflamatorios. La inflamación crónica está relacionada con todo tipo de problemas de salud, entre ellos, la obesidad, el síndrome metabólico, la diabetes tipo 2 y las enfermedades cardíacas. Incluso es efectivo para tratar el estreñimiento porque actúa como un laxante natural para promover la regularidad.
Aunque el aceite de lino es bueno para la salud, se debe evitar su consumo durante el embarazo y si se padece de reacciones alérgicas. En ocasiones, podría disminuir la coagulación de la sangre, por lo que se aconseja dejar de usarlo dos semanas antes de someterse a una cirugía optativa.
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