Las prendas deportivas también son un básico de armario, independientemente a tus actividades físicas, porque son cómodas y ni siquiera necesitan planchado. Para evitar que pierdan su elasticidad y se dañen más rápido, es importante lavarlas con cuidado, siguiendo algunas indicaciones que te presentamos en LN tips.

Si bien el lavado es el paso principal para volver a tener limpia la ropa de ejercicio, también es esencial tener en cuenta ciertas recomendaciones, como un buen calce, la calidad y la talla correcta, porque hay entrenamientos o deportes que requieren de impactos y movimientos en donde se necesita un calce adecuado a la actividad que se realiza.

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El tiro alto, por ejemplo, es una de las prendas que se adapta a cualquier movimiento. Pero, también es clave verificar la calidad de la tela y el talle, no te puede quedar grande ni chico, sino que debe ser la medida exacta de tu cuerpo. Garantizar el estado de tus tops, camisetas, leggings y shorts deportivos, depende de cómo los laves.

Las ropas deportivas se lavan separadas del resto, ya sea a mano o en el lavarropas, y la temperatura del agua debe ser fría o tibia. De esta forma evitamos que las prendas pierdan su elasticidad, evita los productos que sean suavizantes o blanqueantes porque pueden dañar las propiedades del tejido y no dejes secar al sol para que la fibra no se debilite.

Otro punto importante es agregar una cucharadita de sal, ya que gracias al cloro que está en la sal, el color puede mantenerse más vibrante por más tiempo. No uses tanto jabón líquido o en polvo, porque la acumulación de residuos de este puede atrapar los malos olores de la prenda, tampoco uses suavizantes, porque desgastan y crean agujeros o huecos en la tela.

Las bacterias que quedan en la ropa después de hacer ejercicio pueden empezar a causar malos olores si tardas demasiado tiempo en lavarlas. Cuando haces una rutina de entrenamiento muy intensa, la prenda suele quedar empapada de sudor por lo que es una gran idea lavarla inmediatamente después de que te la quites. Al lavarlas es recomendable ponerlas al revés, y así evitar que el color se transfiera y dañe por completo.

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