Las botellas de plástico fueron completamente reemplazadas por los hoppys térmicos, que están hechos de acero inoxidable aislado de doble pared con un exterior en colores. Al igual que cualquier otro recipiente que se lleve a la boca, este se debe lavar después de cada uso o al menos una vez al día.
Los hoppys térmicos vienen en diferentes tamaños y con un recubrimiento en polvo de textura ligera para facilitar el agarre, mientras que el acero inoxidable permite mayor durabilidad y resiste abolladuras. Si bien todas las botellas de acero inoxidable y sus tapas son aptas para lavavajillas, se recomienda lavarlas a mano.
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Además, como toda botella de agua reutilizable su limpieza es fundamental, por lo que se sugiere lavarla después de cada uso o al menos una vez al día, además de un saneamiento semanal para eliminar cualquier posible bacteria dañina. Para limpiarla a profundidad necesitás: detergente, blanqueador con cloro, vinagre blanco destilado y bicarbonato de sodio.
Una vez que tengas todos los materiales es importante poner el hoppy en suficiente agua caliente, ya sea en una pileta o palangana. Luego, debés agregar unas gotas de detergente para crear una solución de limpieza, con la ayuda de un cepillo con cerdas de nailon frotá suavemente el interior, y con una esponja limpiá el exterior de la botella y eliminá la suciedad y los aceites de las manos.
Con agua caliente enjuagá bien la botella, especialmente la pajita, y repetí el lavado solo con detergente. Si al lavar optás por desinfectar para matar las bacterias, agregá una cucharada de blanqueador con cloro en agua caliente y dejalo reposar entre cinco y 15 minutos. Para desinfectar con vinagre blanco destilado, mezcla 2 cucharadas de vinagre blanco destilado por 1 taza de agua caliente, mezcla bien y llena la botella de agua y déjalo reposar también por 15 minutos. En ambas formas de lavado, vaciá el hoppy, volvé a lavarlo con detergente y enjuagá bien los componentes con agua caliente. Se recomienda dejarlo secar al aire libre.
Si el hoppy tiene un olor o sabor extraño, mezclá 2 cucharadas de bicarbonato de sodio con una cucharadita de agua tibia en un recipiente pequeño para formar una pasta, mojá un cepillo con la pasta y frotá el interior de la botella y la tapa. El bicarbonato de sodio actúa como un abrasivo suave y desodorante. Enjuagá la botella en agua y luego volvé a lavarla con detergente y agua caliente.
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