La duración de la vida humana o longevidad se convirtió en el tema de varias investigaciones en los últimos tiempos. Según los científicos, el cuerpo humano está preparado para vivir hasta 120 años si lo cuidamos adecuadamente y llevamos un estilo de vida saludable.

Vivir una vida larga y saludable es posible si seguimos ciertas prácticas y hábitos beneficiosos para nuestra salud. El doctor Vicente Mera, uno de los médicos más prestigiosos a nivel mundial en materia de antienvejecimiento y premio European Awards in Medicine 2021, afirma que es posible vivir hasta los 120 años, pero la realidad es que son contados los casos que se aproximan a esa edad.

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La persona más longeva del mundo falleció en 1997, era la francesa Jeanne Calment que vivió 122 años. Actualmente, la española nacida en Estados Unidos, María Branyas Morera, a sus 116 años es la persona con la edad más avanzada. El especialista explica que el envejecimiento se mide a partir de una serie de biomarcadores, como la longitud de los telómeros o la metilación del ADN, entre otros, porque “no solo tenemos una edad, sino que agrupamos hasta cuatro diferentes”.

Al nacer recibimos un patrimonio genético, que es muy parecido en los hermanos, e idéntico en los gemelos; pero el estilo de vida, con el paso del tiempo, se encarga de mantener o de incrementar ese patrimonio. Esto, según el experto español en envejecimiento, revela que los aspectos no heredados en el ser humano son el doble de importantes que la herencia genética recibida en su conjunto.

Los aspectos no heredados son el estilo de vida o hábitos poco saludables que podrían llegar a matarnos directamente si superan cierto límite, aunque en la mayor parte de las ocasiones no nos matan, pero sí condicionan cambios que alteran la calidad de vida. Por lo tanto, la expectativa de longevidad no suele ser tan elevada.

En su libro “Joven a cualquier edad”, el especialista señala que un aspecto de la fisionomía puede influir negativamente en la sensación de bienestar, pero también ser reflejo de dolencias orgánicas y psíquicas ocultas. Explica que el cuerpo tiene cuatro edades, e inicia con la cronológica que corresponde al tiempo que transcurre desde el nacimiento hasta el presente o muerte.

A esta le sigue, la edad del aspecto físico que puede cambiar bastante, aparentando más o menos en función a técnicas invasivas, desde el maquillaje hasta la cirugía, aunque también influye de manera importante el interior, es decir, la salud mental. En cuanto a sentirse más joven o no, es la edad subjetiva, que es la que sentimos que tenemos de acuerdo a nuestra calidad de vida, y en la que influyen la fortaleza, energía, estado de ánimo, aspecto físico y situación familiar de cada persona.

Por último se encuentra la edad biológica que hace referencia a ciertos biomarcadores de envejecimiento que pueden ser clínicos o analíticos, y que aportan una visión comparativa más completa con la población general.

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