La meta de alcanzar los 10.000 pasos por día inspiró a muchos a moverse más, incluso sigue siendo la configuración predeterminada en diferentes dispositivos tecnológicos. Pero, ¿realmente marca una diferencia en nuestra salud? Varias investigaciones responden esta interrogante que tiene cada vez más fuerza en las tendencias fitness.
Se cree que el número se remonta al año 1965, cuando una empresa japonesa fabricó un cuentapasos llamado Manpo-kei. En aquel entonces, la razón fundamental detrás de los 10.000 pasos fue más marketing que ciencia, pero en definitiva un gran éxito que trascendió hasta la actualidad, incorporado en diferentes dispositivos tecnológicos.
La recomendación de dar 10.000 pasos al día motivó a los investigadores a comprobar si alcanzar ese número ofrecía algún beneficio real para la salud, pero no encontraron un vínculo claro entre la intensidad de los pasos y las tasas de mortalidad más bajas. Otros estudios examinaron sus beneficios potenciales sobre la composición corporal y la salud.
La investigación reveló que un promedio de 9.500 o más pasos diarios ayudó a un grupo de adultos con obesidad a perder peso. Sin embargo, el informe aclara que hay más en la salud general que en los pasos, por lo tanto los factores del estilo de vida como el sueño, el manejo del estrés y la dieta también jugaron un papel importante para dicho resultado.
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Existen varios tipos de ejercicios que si bien son beneficiosos para la salud, no agregan mucho a la cantidad de pasos diarios, como el yoga, entrenamiento de fuerza, remo, natación y el ciclismo. Esto significa que el total de pasos probablemente no proporciona una imagen precisa del movimiento diario.
Consejos para una mejor calidad de vida
Aunque puede ser un gran objetivo al que apuntar, no es la clave para mantenerse saludable. Los expertos recomiendan no fijarse en los números, sino tratar de mejorar los diferentes factores que afectan el bienestar, como el sueño, la dieta, el manejo del estrés y la falta de actividades físicas.
Aún así, contar los pasos puede ayudar a mantenerse en movimiento y reducir el tiempo que pasamos sentados. No es necesario apuntar a los 10.000 pasos, pero sí a realizar al menos 150 minutos de actividad aeróbica de intensidad moderada, como caminar a paso ligero; 75 minutos de actividad aeróbica de intensidad vigorosa, como correr; o una combinación equivalente de las dos cada semana.
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