El dolor de espalda se considera unos los problemas de salud más relevantes en la actualidad, ya que afecta a la mayoría de la población en algún momento de su vida. Afortunadamente, no existe gravedad en los casos y la intensidad del dolor puede disminuir con algunos ejercicios.
Las alteraciones sensoriales y musculares, como los hormigueos en los miembros, pérdidas de fuerza e incontinencia urinaria, más la pérdida de peso sin justificación, sentir dolor en la región torácica o tener fiebre, son algunas de las señales que nos ayudan a estar alerta ante un posible dolor de espalda.
Mientras los dolores no afecten nuestra vida diaria y movilidad, debemos mantenernos tranquilos porque no hay señales de patología grave, y en esos casos, combatir el dolor de espalda con ejercicios físicos es la recomendación de los expertos. Aunque el dolor de espalda habitualmente es benigno, se aconseja acudir a un especialista si la intensidad aumenta.
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El consejo médico es la práctica de actividades específicas para una zona o ejercicios para todo el cuerpo, ya sea pilates o los ejercicios del método McKenzie, que se focalizan en movimientos de extensión de espalda, también las investigaciones respecto al tema aconsejan los ejercicios terapéuticos y las sesiones de fisioterapia. Muchos ejercicios van encaminados a mejorar la movilidad de la columna y el estiramiento de la musculatura.
Otros buscan el fortalecimiento y control adecuado de la musculatura, sobre todo en la zona central (los llamados músculos del core), así como la higiene postural como medida preventiva. La ciencia indica que caminar reduce el dolor y mejora la calidad de vida, aparte de prevenir conductas de evitación de movimiento en la lumbalgia crónica.
Ejercicios que se pueden practicar en casa
Puente. Debes acostarte boca arriba con los brazos a los lados sobre el piso, las rodillas flexionadas y los pies en el piso. Endurece el abdomen y los glúteos y levanta lentamente las caderas, mientras mantienes la espalda recta. Luego, baja lentamente los glúteos y caderas al piso. Repite este ejercicio por 10 veces.
Pose del niño. Aún con las manos y rodillas en el piso, apoya los glúteos sobre los talones, con las rodillas separadas. Baja la parte superior del cuerpo y posiciónala entre las rodillas, estira los brazos sobre el piso por encima de la cabeza y descansa la frente en el piso o próximo a este. Mantené esta posición entre 20 y 30 segundos.
Estiramiento de ambas rodillas al pecho. Necesitas acostarte boca arriba con las piernas flexionadas y los pies apoyados en el piso. Levanta los pies, lleva ambas rodillas hacia el pecho y abrázalas. En esta posición debes permanecer entre 20 y 30 segundos con la espalda relajada sobre el piso. Repite este estiramiento varias veces.
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