Un simple abrazo puede cambiar positivamente el estado emocional de una persona. Este gesto es una manera no verbal de expresar emociones, ya sea cariño, anhelo, perdón, incluso es dar y recibir consuelo en determinados momentos. Abrazar tiene varios beneficios para la salud y la ciencia lo confirma.

Recibir un abrazo en momentos de estrés o angustia genera alivio y sensación de bienestar. Un estudio, liderado por Aljoscha Dreisoerner, de la Universidad Goethe, Alemania, comprobó que esta acción, ya sea un “autoabrazo” o por parte de otra persona, ayuda a reducir los niveles de cortisol en el cuerpo, hormona del estrés. Durante el experimento, se sometió a una situación estresante a dos grupos de personas, luego un grupo recibió abrazos y el otro no. Al final, la conclusión apuntó que aquellos que sí fueron abrazados presentaban menos cortisol en el cuerpo.

Tanto a nivel emocional como físico. Cuando una persona está en una situación de conflicto con otra, puede sentirse triste e incluso enfermar. Un estudio señala que los abrazos ayudan a reducir los niveles de presión arterial y la frecuencia cardíaca. Por otro lado, los conflictos producen estrés y el exceso de cortisol puede hacer que el sistema inmune se debilite.

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Vinculado al punto anterior, la Universidad de Pittsburg estudió cómo influyen los abrazos ante las enfermedades y determinó que pueden reducir la posibilidad de que una persona sufra de alguna afección y, en caso de enfermar, presentan síntomas más leves.

Algunas personas se antojan de determinados alimentos cuando están angustiadas, esto se debe a que comer envía oxitocina a las áreas ricas en dopamina del cerebro, generando placer y relajación. Esto explica por qué comer puede actuar como un relajante que imita los sentimientos de consuelo. El abrazo de un ser querido hace que el cuerpo libere oxitocina.

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