Esos pensamientos de temor constante que nos tienen en alerta ante el miedo de perder el trabajo en la psicología se denominan “inseguridad laboral”. Si bien el sentimiento de duda sobre uno mismo es habitual, el problema es cuando empieza a afectarnos y se convierte en una lucha mental que no nos permite avanzar.

El psicólogo Nicolás Palomino señaló que la inseguridad laboral supone un miedo a perder el trabajo ya sea por factores personales, como la falta de confianza en nuestras capacidades y formación, o a causa de un desempeño por debajo de lo esperado. También puede desarrollarse por motivos contextuales, ya sea debido a la situación económica de la sociedad o la empresa, o dudas respecto hacia nuestra eficacia que no permite desempeñarnos de la forma requerida y genera altos niveles de estrés en ella.

“Por lo general puede deberse a una desconfianza sobre las propias aptitudes con respecto al rol que se desempeña, así como por las condiciones negativas del contexto laboral en el que la persona se encuentra. Es decir, que de tanto estar pendiente de desempeñarse como se le exige o se autoexige termina desempeñándose pobremente, con errores fruto del nerviosismo y desconcentración. A raíz de esto aumenta la presión y los problemas empeoran”, detalló el profesional en conversación con el diario La Nación/Nación Media.

Mencionó que también suelen ser motivos frecuentes los bajos salarios que disminuyen la motivación, el bajo reconocimiento, los malos tratos, un ambiente de trabajo tóxico, problemas sociales, entre otros. Al respecto, Palomino sostuvo que independientemente a las causas de su desarrollo, la inseguridad laboral disminuye el rendimiento de la persona.

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“Tiene cada vez más sentimientos de inseguridad, se mantiene hiper vigilante ante cualquier gesto o palabra que pueda ser interpretado como una amenaza a su situación laboral o su concepto en el trabajo. Se desmotiva, pierde las ganas de hacer un buen trabajo y de servir de apoyo a sus compañeros. Este punto es delicado porque puede derivar en un autosabotaje involuntario que termine dejando a la persona sin trabajo”, explicó.

- Comprender que un trabajo bien hecho es un trabajo que se disfruta, en el que se comprenden procesos y sentimientos que estamos haciendo algo que aporta a nuestro entorno.

- Implementar mejores pautas de convivencia laboral ayuda a sentirse más seguro, confiado y apoyado por su círculo de trabajo. Esta dinámica podría ayudar a resolver y evitar conflictos en dicho contexto.

- Aprender a identificar críticas constructivas de aquellas que atacan, ya que las primeras son las únicas que ayudan a mejorar y crecer profesionalmente.

- Recordar que el trabajo es solo una de las tantas partes de la vida, mas no todo lo que hacemos. Las personas con un creciente sentimiento de inseguridad y estrés laboral tienden a priorizar lo laboral sobre todo (relaciones, temas académicos, salud, ocio sano, etc.), descuidando las otras áreas de su vida y en detrimento de su propio bienestar. Lograr el equilibrio entre estos roles es fundamental.

- Reconocer que las crisis no dependen enteramente de nosotros. Hay factores externos que pueden afectar a nuestra seguridad laboral y sobre los que no podemos hacer más de lo que podríamos. Nos debemos dedicar a ver en qué podemos cambiar, cómo y hasta qué punto representan algo beneficioso para nuestro bienestar.

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