Tendemos a devolver la sonrisa cuando alguien nos sonríe de forma automática, independientemente a que sea alguien cercano o no. Pero ¿por qué? Según una investigación, alinearnos a las emociones de los demás se denomina “contagio emocional” y favorece a nuestro bienestar.
El contagio emocional es una cualidad psicológica y a través de ella podemos compartir las mismas emociones que están experimentando las personas de nuestro entorno. Este fenómeno no solo se limita a las emociones en sí mismas, sino a las conductas derivadas de ellas. Un estudio desarrollado por investigadores portugueses y publicado en Science analizó el cerebro y el comportamiento social en su impacto para nuestro bienestar.
Así como solemos sonreír si alguien nos regala una sonrisa, también absorbemos cuando una persona de nuestro entorno se muestra enojado o estresado. Ya sean emociones negativas o positivas, todos los seres humanos tenemos la capacidad de alinearnos a las emociones de los demás como una empatía innata, que está programada en el cerebro desde siempre. Al imitar las emociones, establecemos vínculos con los demás que nos permite sentirnos mejor.
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Sin embargo, existe cierta diferencia. Cuando alguien no solo transmite sino también presenta actitudes negativas, nos sentimos bajo amenaza y la respuesta inmediata es huir, porque el miedo se propaga rápidamente y aumenta las posibilidades de supervivencia. El contagio emocional tiene una importancia crucial para nuestras relaciones interpersonales, ya que funciona como un método automático para conectar con los sentimientos de los demás.
Según los especialistas en salud mental, el contagio emocional puede producirse tanto de manera consciente como inconsciente. Por lo tanto, podemos experimentar esa sintonía en las emociones solo observando a otra persona, pero también de forma más consciente, en la que el otro individuo expone lo que siente para tratar de transmitirnos, favoreciendo así el contagio emocional dirigido.
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