El sodio es un nutriente esencial, pero cuando se consume en exceso incrementa el riesgo de cardiopatías y muerte prematura. La Organización Mundial de la Salud (OMS) informa que a nivel mundial todavía no se logra reducir su consumo e insta a los países a establecer políticas públicas.
A través de un informe global, la OMS señala que hasta la fecha no se alcanzó el objetivo global de reducir el consumo de sodio en un 30% para 2025. Esta situación puede tener graves consecuencias para la salud de millones de personas en todo el mundo, ya que está científicamente comprobado que su alta ingesta produce hipertensión, enfermedades cardiovasculares, cáncer de estómago, obesidad, osteoporosis y nefropatías.
Estos son lo 5 grupos de alimentos con mayor contenido de sodio: salsas y productos untables (867 mg), carnes y productos cárnicos (750 mg), quesos (653 mg), snacks y aperitivos (644 mg) y comidas rápidas (341 mg).
La organización insta a los gobiernos, fabricantes de alimentos y bebidas a tomar medidas para reducir el riesgo de muerte por enfermedades no transmisibles, en el marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU. Hasta el momento, solo nueve países, entre los que se encuentran Brasil, Chile, República Checa, Lituania, Malasia, México, Arabia Saudita, España y Uruguay, cuentan con políticas integrales recomendadas para disminuir dicha ingesta.
Intervenciones para que los alimentos y bebidas tengan menos sal
También destaca que las políticas obligatorias de reducción de sodio son más eficaces porque logran una cobertura más amplia y protegen contra los intereses comerciales, al tiempo que proporcionan igualdad de condiciones para los fabricantes de alimentos. Durante el 2021, la OMS estableció puntos de referencia de contenido de sodio para más de 60 categorías de alimentos y bebidas, a fin de facilitar la reducción del consumo en toda la industria.
Además, alienta a los países a implementar sus intervenciones “Best Buy”, que incluye reformular los alimentos para que contengan menos sal y establecer objetivos para la cantidad de sodio en los alimentos y las comidas, y establecer políticas públicas de adquisición de alimentos para limitar la sal o los alimentos ricos en sodio en instituciones públicas como hospitales, escuelas, lugares de trabajo y hogares de ancianos.
Otro de los puntos que se basan en las intervenciones de la OMS es que el etiquetado vaya en la parte frontal del paquete para ayudar a los consumidores a seleccionar productos bajos en sodio y comunicar sobre el cambio de comportamiento y campañas en los medios de comunicación para reducir el consumo de sal/sodio. El consumo individual promedio de la sal varía entre 9 a 15 gramos al día, mientras que lo recomendado es como máximo 6 gramos diarios.
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