El ritmo de vida ajetreado que llevamos tiende a ponernos en situaciones de estrés crónico, pero afortunadamente para mantener el nivel de cortisol no es necesario consumir ningún tipo de fármaco. Mónica Acosta, psicóloga y coach de bienestar, recomienda algunas alternativas naturales.
Los niveles de cortisol se mantienen altos cuando el estrés se convierte en crónico, lo que genera un estado de lucha o pelea interna, que incluso afecta a todos los sistemas de nuestro organismo. “No es que haya una situación puntualmente estresante, sino que estamos en tensión y bajo presión todo el día, por lo que los niveles de hormonas del estrés están constantemente elevados”, explicó la profesional en conversación con el diario La Nación/Nacion Media.
Para mantener el cortisol hay que atacar aquello que lo dispara, y como no hay un fármaco específico, la alternativa es reducir el estrés de forma natural. “La alimentación equilibrada y nutrición tienen la capacidad de afectar el cerebro. Es ideal evitar comidas rápidas, alimentos procesados, con poco aporte nutricional, alto en azúcar y grasas saturadas”, indicó y sugirió incluir grasas buenas, omega 3, granos integrales, frutas, verduras y fuentes de proteína.
Mencionó además que dormir bien es importante para mejorar nuestra calidad de vida, ya que las personas que duermen poco y mal tienen un alto nivel de cortisol. También recomendó las actividades físicas e implementar técnicas de relajación y meditación. “Una respiración profunda ayuda disminuir las preocupaciones y angustias de nuestra mente y a bajar el cortisol”, sostuvo.
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Dedicar nuestro tiempo a las relaciones sociales, siempre que estén basadas en la amabilidad y el afecto, aumenta la liberación de oxitocina que ayuda a liberar el estrés. Además, aconseja buscar un hobby o una actividad para divertirse, ya que esto ayudará a centrarse en el presente, a distraer la mente y a aliviar el estrés.
“Tanto los amigos, la pareja y la familia, son un apoyo más que necesario en la vida. Tener conversaciones con nuestros seres queridos, sentirnos apoyados y motivados por los demás, alivia la tensión y el estrés. Cuidemos nuestro entorno, de quién nos rodeamos y a quién escuchamos. Las personas con las que más pasamos nos dan paz, alegría o nos absorben energía”, detalló.
Acosta también considera esencial intentar ser siempre nuestra mejor versión, perdonarnos y aceptarnos, sin pensar con culpa ni frustrarnos por errores del pasado. “Los sentimientos de culpa y vergüenza son los que nos generan pensamientos negativos y elevan el cortisol. Si intentamos mejorar solo 1% cada día ya estaremos evolucionando poco a poco hacia una nueva versión”, puntualizó y remarcó que tener victorias diarias nos hará reforzar la autoconfianza.
Pero para cambiar nuestra autopercepción es fundamental analizarnos y no descartar acudir a terapia. “Cuando sientes que ya no puedes, solo es necesario buscar ayuda y evitar ciertos problemas emocionales y psicológicos más específicos”, aconsejó. Cultivar un tono amable con nosotros mismos y los demás, cuidar la autocrítica y valorar los pequeños logros mejorará nuestra calidad de vida.
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