Paraguay adoptará el horario de invierno la madrugada del domingo 26 de marzo con el retraso de una hora, es decir, que a las 0:00 el reloj volverá a las 23:00 del día anterior. Aunque pareciera no tener ningún efecto en el cuerpo, investigaciones científicas sugieren que el cambio de hora puede estar dañando nuestra salud.
Adelantar el reloj al horario de verano y luego retroceder al horario estándar cada año, fue diseñado como una forma de optimizar las horas de luz, lo que se dice que genera ahorro de energía eléctrica, también tiene como finalidad la prevención de la inseguridad. Actualmente desde la Cámara de Diputados insisten en mantener horario de verano como único en Paraguay.
Sobre este punto, la ciencia también responde y confirma a través de varias investigaciones que el cambio de hora anual podría tener efectos no deseados y consecuencias perjudiciales para la salud, entre los que se encuentran el síndrome metabólico y las enfermedades cardiovasculares. La Academia Estadounidense de Medicina del Sueño mediante un estudio comprobó que el cambio de hora afecta al reloj interno del cuerpo.
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Nuestro reloj interno está acostumbrado a que la luz del día y la oscuridad ocurran constantemente en ciertos momentos del día, y es muy probable que adaptarse a los cambios lleve su tiempo, lo que produce el desfase horario, según los expertos. Otro estudio publicado en el Journal of General Internal Medicine, explica que muchos sistemas y procesos corporales, como el sueño, la digestión y la función cardíaca, siguen ritmos circadianos o patrones que se mantienen constantes día a día, cada 24 horas aproximadamente.
Estos ritmos circadianos desencadenan cambios físicos, mentales y de comportamiento en el cuerpo que nos mantienen saludables: las hormonas se liberan por la mañana para aumentar la energía y acelerar la digestión, según el Instituto Nacional de Ciencias Médicas Generales. Las señales del sol generalmente mantienen estos ritmos circadianos en el buen camino a través de una red de células en el cerebro denominada “reloj biológico”.
Pero con el cambio de horario y la readaptación que debemos hacer a nuestras rutinas podría enviar mensajes contradictorios al cuerpo y también desalinear las diversas funciones de nuestro organismo. Las investigaciones coinciden que, en personas que trabajan en el turno de noche, provoca somnolencia y falta de atención, lo que a su vez se traduce en un aumento de accidentes. También indican que todos estamos más expuestos a la obesidad, diabetes, al riesgo de sufrir derrame cerebral y padecer algún tipo de cáncer.
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