Meta, la compañía detrás de Facebook, Instagram y WhatsApp, anunció estar trabajando en una red social que permita a los usuarios compartir textos, una dinámica digital muy similar a la de Twitter. El objetivo de los desarrolladores es que los usuarios puedan acceder a la nueva plataforma desde Instagram.
Luego de presentar su inteligencia artificial denominada “LLaMA”, disponible para estudio científico y entidades públicas, Meta prepara una red social que competirá directamente con Twitter. La compañía tiene la intención de usar todas sus herramientas tecnológicas para brindar mejores experiencias a los internautas.
Los vaivenes de Twitter desde que fue adquirida por Elon Musk fue considerado como una oportunidad para Mark Zuckerberg, según confirmaron fuentes de Meta a Platformer. El proyecto de la aplicación de microblogging aún está en una fase inicial y no tiene fecha de presentación. “Estamos explorando una red social autónoma descentralizada para compartir textos”, comunicaron desde la compañía.
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“Creemos que hay una oportunidad para un espacio separado en el que los creadores de contenidos y el público puedan compartir novedades sobre sus intereses”, agregó el portavoz de Meta. El proyecto está liderado por el CEO y responsable de Instagram, Adam Mosseri, con el propósito de desarrollar herramientas que faciliten a los usuarios de dicha red social a acceder con las mismas credenciales a la nueva app.
Más datos sobre la nueva app
Teniendo en cuenta los posibles conflictos en términos de privacidad que eso puede implicar, el equipo legal de la compañía ya está estudiando las estrategias para permitir el acceso sin inconvenientes. Además, otro de los datos filtrados es que la plataforma ya tiene nombre en código (P92) y está en pleno desarrollo para explorar lo que se puede hacer con él y si encaja con lo que se necesita para llenar ese vacío comercial que parece estar dejando Twitter.
Pero, sus funciones serán descentralizadas, lo que significa que se podrían establecer condiciones de uso independientes en los servidores, así como poder interactuar con el resto de los servicios que tiene la propia Meta, incluso con el resto de los que existen en el mercado virtual.
Mark Zuckerberg había manifestado recientemente que en la actualidad Meta se está concentrando en crear a un grupo netamente enfocado en el desarrollo de inteligencia artificial generativa, que funciona de forma similar a ChatGPT, DALL-E2, entre otras, que crean contenido con base en indicaciones. Esto ayudará a la empresa a “crear herramientas creativas y expresivas”, remarcó.
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Zuckerberg, Bezos y Musk, en primera fila del nuevo poder
Los multimillonarios dueños de las principales tecnológicas estadounidenses, entre ellos Elon Musk de Tesla, Mark Zuckerberg de Meta y Jeff Bezos de Amazon, ocuparon puestos en primera línea en la asunción del presidente Donald Trump el lunes, en una demostración sin precedentes de su poder e influencia en la Casa Blanca.
Estos magnates tecnológicos, cuyas empresas se encuentran entre las más valiosas del mundo, han pasado las diez semanas transcurridas desde la elección estadounidense cortejando el favor de Trump, lo que marca un cambio drástico de postura respecto de la respuesta más hostil de Silicon Valley a su primer mandato hace cuatro años.
Entre los asistentes también se encontraban el director ejecutivo de Apple, Tim Cook, y el director ejecutivo de Google, Sundar Pichai, junto con el fundador de ese motor de búsqueda, Sergey Brin. El director ejecutivo de la plataforma TikTok, Shou Chew, se sentó en la última fila del escenario, incluso en momentos en que el futuro de su plataforma en Estados Unidos sigue siendo incierto.
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El domingo TikTok agradeció a Trump por prometer un decrero para salvar a la aplicación de una prohibición en territorio estadounidense, aunque su destino aún no es claro mientras esté bajo total propiedad de la empresa china ByteDance, desafiando una ley aprobada por el Congreso.
A pesar de que el número de asientos era muy limitado después de que la ceremonia se trasladara al interior del Capitolio debido al frío, el director ejecutivo de Meta, Zuckerberg, asistió con su esposa Priscilla Chan, mientras que Bezos estuvo acompañado por su novia Lauren Sánchez.
Sus posiciones prominentes en el escenario de la inauguración, más visibles incluso que las de muchos miembros del gabinete, fueron particularmente notables para Zuckerberg, a quien Trump había amenazado con cadena perpetua apenas meses atrás.
Zuckerberg recientemente fue noticia al alinear las políticas de su empresa con la cosmovisión de Trump, en particular eliminando el servicio de verificación de informaciones y contenidos -factchecking- en Estados Unidos y relajando las restricciones de discurso de odio contra la diversidad en las redes Facebook e Instagram.
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Musk ha mostrado el apoyo más fuerte a Trump, contribuyendo con 277 millones de dólares a la campaña del hoy presidente y transformando su plataforma X en un amplificador para las voces pro-Trump. El magnate fue luego designado para comandar el novel Departamento de Eficiencia Gubernamental que creará el nuevo gobierno, destinado a aconsejar en recortes de la administración pública.
De su lado, Bezos, como Zuckerberg y sus pares, visitó la propiedad de Trump en Mar-a-Lago (Florida, sureste) antes de la asunción, con un trato favorable, contratos gubernamentales y un escrutinio regulatorio reducido para Amazon en la balanza.
Bezos, propietario asimismo del The Washington Post, generó controversia al bloquear el respaldo planificado del periódico a la candidata demócrata y vicepresidenta Kamala Harris para las elecciones de 2024, lo que desencadenó protestas entre periodistas y clientes.
Fuente: AFP.
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¿El fact-checking está condenado?
- Por Anne-Pascale Reboul, Aurélie Carabin, Philippe Grelard.
La decisión de Meta (Facebook, Instagram, WhatsApp) de poner fin a su programa de verificación de información en Estados Unidos preocupa a medios de comunicación en todo el mundo. ¿Qué futuro les espera a estas prácticas de verificación en un contexto de proliferación de noticias falsas?
Convertido en un formato periodístico por derecho propio, el fact-checking se desarrolló a principios de la década de 2000 en Estados Unidos, impulsado por internet y medios interesados en confrontar las declaraciones de figuras políticas con la realidad. Ejemplo de esto es el sitio PolitiFact, lanzado en 2007 y ganador del premio Pulitzer en 2009.
Desde la corrección de cifras en tiempo real en televisión hasta artículos en línea etiquetados como “verdadero o falso”, el método se extendió rápidamente por todo el mundo. Sin embargo, hubo un punto de inflexión en 2016 con la elección de Donald Trump y el referéndum del Brexit.
Ante la avalancha de noticias falsas y teorías conspirativas en redes sociales, gigantes tecnológicos como Meta promovieron programas de verificación más allá de la política, asociándose con medios que veían en esto una oportunidad financiera en un contexto económico difícil.
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Recursos vitales para ciertos medios
Diez organizaciones se ven afectadas por la decisión de Meta, que por ahora solo se aplica en Estados Unidos. Algunas dependen completamente del gigante tecnológico, como Check Your Fact, según el medio estadounidense Business Insider. Otras, como PolitiFact, parecen menos vulnerables, obteniendo poco más del 5 % de sus ingresos de esta asociación, según The New York Times.
La Agence France Presse trabaja con el programa de verificación de contenidos de Facebook en 26 idiomas. Facebook paga para usar las verificaciones de unas 80 organizaciones a nivel global en su plataforma, así como en Whatsapp e Instagram. “Estamos evaluando la situación”, señaló la dirección.
La situación es especialmente delicada en África. “Existen modelos económicos totalmente dependientes de Facebook”, como Africa Check en Dakar y Data Check en Camerún, señaló Laurent Bigot, miembro de la Red Internacional de Fact Checking (IFCN). Advirtió que si Meta retira su financiación en el continente, “este trabajo de verificación no se hará en ningún otro lugar, y la desinformación mata todos los días en esos países”.
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Objetivo de críticas
Como argumento para esta decisión, el presidente de Meta, Mark Zuckerberg, afirmó que los verificadores “han estado demasiado politizados y contribuyeron a reducir la confianza más que a mejorarla, especialmente en Estados Unidos”. Según él Meta busca “restaurar la libertad de expresión en sus plataformas”.
Propietario de X (antes Twitter) y cercano al presidente electo Donald Trump, Elon Musk, junto con varios políticos republicanos, lleva años acusando a los programas de fact checking de “censurar” voces conservadoras.
Angie Holan, directora de la IFCN, que agrupa a 137 organizaciones, respondió que este periodismo “nunca censuró ni eliminó publicaciones”. Los verificadores “agregan información y contexto a afirmaciones controvertidas siguiendo principios transparentes y no partidistas”.
En períodos electorales, las presiones y amenazas contra equipos de verificación digital suelen intensificarse, como ocurrió en 2024 en India, Corea del Sur y Croacia. Con la nueva política de Meta, Reporteros Sin Fronteras expresó su preocupación por una “deriva antiperiodística”.
Una situación anómala
La periodista filipina y premio Nobel de la Paz María Ressa advirtió que Facebook permitirá “que las mentiras, la ira, el miedo y el odio infecten a cada persona en la plataforma”, lo que podría llevar a un “mundo sin hechos”.
“El anuncio de Meta solo pone fin a una situación anómala”, afirmó Bigot. Según este experto en comunicación de la Universidad de Tours, “las plataformas son grandes vehículos de desinformación que intentan limpiar su imagen con estos programas”.
El diario francés Libération abandonó su asociación con Meta en 2021. Según Cédric Mathiot, jefe de la sección Checknews, estos contratos pueden ser “un soporte económico útil”, pero también pueden “frenar” la revitalización de la verificación de información. Sin Meta, “paradójicamente esto podría empujar al fact checking a ser más ambicioso”, con investigaciones más profundas y temas más variados, insistió.
Fuente: AFP.
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Biden condena la “vergonzosa” decisión de Meta
El presidente Joe Biden arremetió contra Meta por poner fin a la verificación de contenidos en Facebook e Instagram en Estados Unidos, calificando la medida de “realmente vergonzosa” después de que una red mundial advirtiera de los perjuicios de extender esa decisión a otros países.
El director ejecutivo de Meta, Mark Zuckerberg, hizo saltar las alarmas el martes pasado al anunciar que abandonará su programa de fact-checking con verificadores independientes en el país, para transferir esa tarea a los usuarios de a pie con un modelo similar al de las notas comunitarias de la red X.
La decisión ha sido vista por analistas como un intento de apaciguar al presidente electo Donald Trump, cuya base de apoyo conservadora se ha quejado insistentemente de que la verificación en las plataformas tecnológicas es una forma de restringir la libertad de expresión y censurar.
“Creo que es realmente vergonzoso”, dijo Biden a los periodistas en la Casa Blanca cuando se le preguntó por el anuncio. “Decir la verdad importa”, consideró, al añadir que la medida es “completamente contraria a todo lo que es Estados Unidos”.
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La red internacional de verificadores de informaciones IFCN (International Fact-Checking Network) advirtió este viernes en una carta del impacto potencialmente devastador que tendría que el grupo de Zuckerberg pusiera fin a su programa en todo el mundo, presente en más de 100 países.
“Algunos de estos países son muy vulnerables a la desinformación, que estimula la inestabilidad política, la injerencia electoral, la violencia popular e incluso el genocidio”, declaró la alianza que agrupa 137 organizaciones, entre ellas la AFP.
Zuckerberg redobló su apuesta en una entrevista el viernes con el podcaster Joe Rogan, comparando el programa de fact-checking con “algo sacado de ‘1984′”, en referencia a la novela distópica de George Orwell. Añadió que esa iniciativa, que comenzó en 2016, estaba “destruyendo demasiada confianza, especialmente en Estados Unidos”.
“Rigor y eficacia”
Al anunciar su decisión, Zuckerberg ya había dicho que los verificadores “han estado demasiado politizados y contribuyeron a reducir la confianza más que a mejorarla”. “Es falso y queremos restablecer la verdad, tanto para el contexto actual como para la historia”, replicó la red de verificadores, insistiendo en que los colaboradores de Meta en la comprobación de hechos se sometían a una metodología “rigurosa” para cumplir sus estrictas normas de imparcialidad.
Lejos de cuestionar esas normas, añadió, Meta había “elogiado sistemáticamente su rigor y eficacia”. El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk, también insistió este viernes en que “autorizar los discursos de odio y los contenidos dañinos en internet tiene consecuencias en el mundo real” y que “reglamentar estos contenidos no es censura”.
Facebook paga actualmente a unas 80 organizaciones de todo el mundo para utilizar sus verificaciones en la plataforma, así como en WhatsApp e Instagram. La Agence France-Presse (AFP) trabaja con ese programa de verificación en 26 idiomas.
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Incitación al odio
Los temores sobre un posible aumento de la incitación al odio han aumentado cuando Meta también ha eliminado restricciones sobre temas como el género y la identidad sexual. La última versión de las directrices comunitarias de la compañía dice que sus plataformas permitirían ahora a los usuarios acusar a las personas de “enfermedad mental o anormalidad” por su género u orientación sexual, por ejemplo.
Esta revisión de políticas de Meta llega a menos de dos semanas de que Trump asuma nuevamente la presidencia el 20 de enero. En los últimos años, los republicanos, así como Elon Musk, dueño de la red X (antes Twitter) y muy cercano al magnate, se han quejado de los programas de verificación de información al considerarlos como una “censura”.
Brasil da 72 horas
El gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva dio 72 horas a Meta, a partir del viernes último, para explicar sus políticas sobre verificación de contenidos en Brasil y exigió que proteja los “derechos fundamentales” de los ciudadanos en sus plataformas. Ante la “ausencia de transparencia” de Meta, el ejecutivo fijó un plazo de “72 horas para informar al gobierno brasileño cuál es, de hecho, su política para” el país más poblado de Latinoamérica, dijo a periodistas Jorge Messias, encargado de la defensa legal del Estado.
Messias advirtió que su oficina adoptará “medidas legales y jurídicas” si la empresa de Mark Zuckerberg no responde a tiempo a la notificación extrajudicial enviada este viernes, sin precisar cuáles serían las consecuencias de un eventual desacato.
Zuckerberg, fundador y director de Meta, sacudió el mundo de las comunicaciones al anunciar el martes que cesará su programa de fact-checking (verificación digital) en Estados Unidos, un giro radical en sus políticas de verificación de contenido que se alinea con las prioridades del próximo presidente estadounidense, Donald Trump.
La medida generó preocupación en varios países, incluido Brasil, donde las autoridades libran una batalla contra la desinformación en línea. La fiscalía brasileña ya había fijado el miércoles un plazo de 30 días para que Meta informe si planea implementar los cambios de fact-checking en el país.
La oficina de Lula reveló que la sorprendente decisión del gigante tecnológico estadounidense fue discutida en una llamada telefónica entre el presidente y su par francés, Emmanuel Macron, el viernes. Los mandatarios coincidieron en que “la libertad de expresión no significa libertad de difundir mentiras, prejuicios y ofensas”, según un comunicado. Messias resaltó la “enorme preocupación del gobierno brasileño” al señalar que Meta parece una “veleta, que cambia de posición todo el tiempo según los vientos”.
“Barbarie digital”
Brasil pidió a Meta “aclaraciones” por el cierre de su programa de verificación de informaciones, “entre otros cambios a los lineamientos de la empresa que pueden afectar la promoción y protección de los derechos fundamentales”. En particular, interroga qué medidas serán tomadas para prevenir la violencia de género, maltrato infantil, racismo, homofobia, discursos de odio y otros temas de derechos humanos.
“La información falsa, la desinformación y los discursos de odio debilitan la confianza en las instituciones democráticas” y “perjudican la participación eficaz de los ciudadanos en los asuntos públicos”, señaló la agencia estatal en el texto. El gigante informático, que abarca las plataformas Facebook, Instagram y WhatsApp, publicó el jueves en portugués sus nuevas directrices, incluidas las referidas a género e identidad sexual.
Según la notificación extrajudicial, los usuarios podrán asociar a las personas de la comunidad LGBTI con “trastornos mentales” y se permitirá la “defensa de limitaciones profesionales basadas en género”. “No vamos a permitir de ninguna forma que esas redes transformen el ambiente en una masacre o barbarie digital”, dijo Messias. Brasil también exige saber el nivel de “transparencia” y “diversidad” que se implementará en el nuevo programa de verificaciones hechas por los propios usuarios anunciado por Zuckerberg, siguiendo el ejemplo de las notas comunitarias de X.
“Respetar la legislación”
“El gobierno no va a quedarse de brazos cruzados, como están viendo”, dijo Messias. Las medidas con respecto a Meta fueron tomadas después de una reunión de Lula con su gabinete para evaluar las implicaciones en Brasil. “Todas las empresas que actúan en el país necesitan respetar la legislación y la jurisdicción brasileñas”, dijo luego el mandatario en X.
Horas después, se sumó a una campaña para ayudar a pagar una deuda millonaria del club de fútbol Corinthians, del que es hincha, a través de un sistema de micropagos electrónicos instantáneos. Lo hizo para desvirtuar una “mentira” divulgada en redes recientemente, según la cual su gobierno busca gravar esa herramienta financiera, muy utilizada por los brasileños.
Brasil ganó protagonismo mundial en torno a la cuestión de las plataformas digitales en agosto, cuando la red X fue bloqueada durante 40 días en todo el país por orden de la corte suprema por desobedecer órdenes judiciales relacionadas al combate de la desinformación.
El juez que ordenó el bloqueo, Alexandre de Moraes, advirtió el miércoles que las redes sociales “solo continuarán funcionando si respetan la legislación brasileña, independientemente de bravuconadas de dirigentes irresponsables de las Big Techs”.
La Agence France-Presse (AFP) trabaja con el programa de verificación de contenidos de Facebook en 26 idiomas. Facebook paga para usar las verificaciones de unas 80 organizaciones a nivel global en su plataforma, así como en WhatsApp e Instagram.
Fuente: AFP.
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ONU desmiente a Zuckerberg: regular contenidos de odio en internet “no es censura”
Regular los contenidos de odio en internet “no es censura”, afirmó este viernes el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk, luego de que esta semana Meta suspendiera su programa de fact-checking. “Autorizar los discursos de odio y los contenidos dañinos en internet tiene consecuencias en el mundo real. Reglamentar estos contenidos no es censura”, afirmó Türk, en la red social X, propiedad de Elon Musk, que ha acusado a los programas de verificación de información de censurar a las voces más conservadoras.
El Alto Comisionado hizo un llamado “a la responsabilidad y a la gobernabilidad del espacio digital, en apego con los derechos humanos”, agregó. El gigante tecnológico Meta, casa matriz de Facebook, anunció el martes que suspendía su programa de verificación de información en Estados Unidos para reemplazarlo por un sistema de notas comunitarias similares a las que utiliza la red X.
Como argumento a su drástica decisión, el fundador de Meta, Mark Zuckerberg, afirmó que los verificadores “han estado demasiado politizados y contribuyeron a reducir la confianza más que a mejorarla, especialmente en Estados Unidos”. Según él, Meta busca “restaurar la libertad de expresión en sus plataformas”.
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El anuncio de Meta se produce cuando los republicanos estadounidenses, así como el empresario Musk, cercano al presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, se han quejado en los últimos años de los programas de verificación de información al considerarlos como una “censura”.
La Agence France-Presse (AFP) trabaja con el programa de verificación de contenidos de Facebook en 26 idiomas. Facebook paga para usar las verificaciones de unas 80 organizaciones a nivel global en su plataforma, así como en Whatsapp e Instagram.
Un encargado de comunicaciones de la ONU en Ginebra, Michele Zaccheo, fue consultado sobre la presencia de la ONU en las redes X y Meta, e indicó que Naciones Unidas “monitorea y evalúa constantemente” estos espacios en línea.
“Para nosotros es importante estar presentes con informaciones basadas en hechos, y es eso lo que nosotros defendemos”, agregó. “No sabemos todavía cómo va a evolucionar esto” pero “en este momento continuamos pensando que es importante estar presente en estas plataformas, presentar las informaciones basadas en evidencias”, dijo.
La portavoz de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Margaret Harris, presente en el punto de prensa, agregó que el papel de estas redes en la organización “es proporcionar buena información científica sobre salud, y debemos hacerlo allí donde la gente la está buscando”, “por lo tanto, estaremos presentes en todas las plataformas, en la medida de lo posible”.
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“Un argumento falso”
El argumento de censura formulado por el fundador de Meta, Mark Zuckerberg, para cerrar su programa de fact-checking en Estados Unidos es “falso”, estimó la red internacional de verificadores de informaciones IFCN (International Fact-Checking Network). “Es falso y queremos restablecer la verdad, tanto para el contexto actual como para la Historia”, señaló el jueves la red que agrupa 137 organizaciones, entre ellas AFP.
Meta (Facebook, Instagram, WhatsApp) anunció el martes que cesará su programa de fact-checking (verificación digital) en Estados Unidos, un giro radical en sus políticas de moderación de contenido que se alinea con las prioridades del próximo presidente estadounidense, Donald Trump.
Como argumento para esta decisión, Zuckerberg afirmó que los verificadores “han estado demasiado politizados y contribuyeron a reducir la confianza más que a mejorarla, especialmente en Estados Unidos”. Según él, Meta busca “restaurar la libertad de expresión en sus plataformas”.
Aunque esta decisión sólo se aplica actualmente a Estados Unidos, la IFCN advirtió del impacto potencialmente devastador si el grupo pusiera fin a su programa en todo el mundo, presente en más de 100 países. “Algunos de estos países son muy vulnerables a la desinformación, que estimula la inestabilidad política, la injerencia electoral, la violencia popular e incluso el genocidio”, declaró la red.
“Si Meta decide detener el programa en todo el mundo, es casi seguro que causará un auténtico perjuicio en muchos lugares”, añadió. La Agence France-Presse (AFP) trabaja con el programa de verificación de contenidos de Facebook en 26 idiomas. Facebook paga para usar las verificaciones de unas 80 organizaciones a nivel global en su plataforma, así como en Whatsapp e Instagram.
Fuente: AFP.