Muchos consideran que secar el cabello al natural es más favorable que hacerlo con una fuente de calor. Sin embargo, podría no ser tan recomendable para la fibra capilar, ya que puede afectar negativamente a largo plazo.
Secar el cabello al aire libre o con una fuente de calor es un debate de años, pero los expertos terminan con este mito gracias a una reciente investigación dermatológica, publicada por la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos. El estudio explica que al secar la melena con el método natural, se prolonga el tiempo que el cabello retiene la humedad.
Aunque la relación de humedad e hidratación es algo positivo, a través de este hábito podría ser un error. Según explican, no sería tan beneficioso para la fibra capilar porque puede afectar negativamente la salud de la cabellera a largo plazo, ya que cuanto más tiempo permanezca el exceso de agua en el cabello, este absorberá más líquido y se hinchará, lo que podría generar puntas más débiles y quebradizas.
La investigación llegó a la conclusión de que lo más saludable es optar por la opción menos dañina para el cabello. El estudio de campo desarrollado demostró que el cabello secado con altos niveles de calor produce efectos negativos en las superficie, pero el que es secado al aire muestra daños en la corteza, lo que finalmente conduce a la caída de cabello.
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Sin embargo, los diferentes tipos de cabello también influyen en el daño que se puede asociar a este hábito. En fibras gruesas es más probable que se dañe la corteza, porque el cabello tiende a absorber mucha más agua, pero el cabello fino es menos probable que retenga una cantidad elevada de este líquido y, por tanto, los daños sobre la corteza serán menos graves.
Las personas con pelo fino, ondulado, liso o teñido son las que más se pueden beneficiar del secado al aire libre. Por el contrario, aquellas de cabello grueso, rizado o alisado, se beneficiarán más con el uso del secador, siempre que se utilice a una temperatura moderada.
Un consejo importante para mantener la salud del cabello es la forma de retirar el agua al lavarnos la cabeza. Se recomienda poner las manos en forma de garra y recoger la melena hacia arriba. Tras retirar el agua, secar con una toalla suavemente, luego colocarla sobre la cabella y realizar pequeñas presiones que retiren la humedad. El último paso es peinar la cabellera, debemos hacerlo delicadamente, empezando por las puntas y ascendiendo.