Para Robert Insfrán, el bonsái fue más que una técnica para cultivar árboles pequeños, se convirtió en su mejor terapia en la lucha contra el cáncer. En este arte de tradición japonesa encontró su pasión y actualmente tiene su propio vivero.
De manera de canalizar el diagnóstico, Robert Insfrán empezó a interiorizarse en el cultivo y cuidado de bonsái. “Inicialmente fue como un hobby por un cáncer bastante complicado. En ese periodo para poder tener una actividad y no pensar demasiado, me aferré y entré de lleno en esto. Me ayudó como terapia”, expresó este sábado en el programa “El Brunch”, emitido por canal GEN/Nación Media.
“Asocié el cáncer con mi bonsái, en cómo se iban a ir desarrollando. Eso me mantenía de cierta forma vivo”, agregó. Robert, antes de encontrar su verdadera pasión, tenía una tienda de productos de cerámica y enseñaba taekwondo. Comentó que fue la película “Karate kid” de 1984 la que inspiró su pasión por esta técnica de cultivo, que finalmente le ayudó a superar el cáncer y motivó a tener su propio vivero de plantas en miniatura.
¿Cómo se prepara el bonsái?
El bonsái consiste en crear una representación miniaturizada, pero realista de una parte de la naturaleza, concretamente de un árbol. No son plantas genéticamente enanas, de hecho, cualquier especie arbórea puede ser usada para formar uno de ellos.
“Lo que queremos hacer con el bonsái es tratar de sacar una porción de la naturaleza, de un árbol grande y hacerlo miniatura. Podamos las raíces y las hojas. Cuando podás las raíces, ayudás a controlar el tamaño y a que se multipliquen las raíces, para seguir en ese proceso de engrosar y se vayan alimentando mejor”, explicó.
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En cuanto al cambio de sustrato, señaló que es parte de la nutrición y se considera muy importante en esta técnica de cuidado y cultivo. “Le sacamos de su sustrato normal, ya sea de la tierra con la que pudo haber venido si era de un vivero o directamente de la naturaleza, y le colocamos en una que está más preparada”, indicó.
Mencionó además que como base puede utilizarse teja molida, ya que produce solidez al sustrato y a la vez ayuda al drenaje, además de humus de lombriz y una porción de turba. Insfrán también dijo que es necesario el alambrado para dar a las plantas esa forma horizontal en las ramas y que el diseño quede firme. Respecto a la preparación de un bonsái, dijo que es indefinido, ya que depende de la especie de la planta, pero que sí lleva cierto tiempo, incluso algunos podrían llevar hasta 10 años.