El psicólogo y exjugador de rugby Sergio Zabalza realizó un análisis de la relación entre la violencia y el mencionado deporte e indicó que ésta emerge en muchos casos desde el mismo campo de juego, volviéndose este “una caja de resonancia” de una sociedad violenta. “Un análisis pobre”, así califica a quienes quieren desmarcar al rugby de las agresiones que protagonizan sus jugadores.

En una entrevista con la Televisión Pública de Argentina, el especialista abordó la problemática que se da en el rugby. Esto en el marco de la reciente condena que recibieron los ocho rugbiers acusados de asesinar a golpes a Fernando Báez Sosa a la salida del boliche Le Brique en Villa Gesell, provincia bonaerense.

“Los jugadores de rugby tienen una capacidad de reunirse y actuar en grupo. Si esto es apuntado hacia un buen objetivo puede ser maravilloso, cuando no es así, puede ser letal”, apuntó Zabalsa. Recordemos que el tribunal que juzgó el caso del homicidio de Báez Sosa resolvió que hubo premeditación para matar al joven y los videos y testigos relataron durante el juicio cómo los rugbiers actuaron de forma organizada. Mientras unos golpeaban a Fernando, otro filmaba y otros impedían que el joven sea defendido por sus amigos.

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El tribunal de Dolores de Argentina condenó a cadena perpetua a cinco de los rugbiers que asesinaron a Fernando Báez e impusieron 15 años de pena privativa de libertad a tres de ellos. Foto: AFP.

“En ciertos sectores del rugby, a propósito del juicio, salen a decir que esos ocho asesinos no tienen nada que ver con el rugby, que el rugby es bueno y todos somos buenos. Realmente es un punto de vista muy pobre, no se hacen cargo de que portamos todos en sociedad elementos de violencia y que a veces emergen en el campo de rugby”, aseveró el psicólogo.

Zabalza aclaró que su intención no es estigmatizar el deporte, sino que es importante que los entrenadores y dirigentes del rugby tengan en cuenta estas características que están presentes y que en ocasiones, por un mandato de “satisfacción inmediata”, los jugadores trasladan la brutalidad del rugby a los actos en la vida social.

“El rugby es una caja de resonancia de la violencia que hay en lo social”, afirmó el exjugador y señaló que este deporte, al igual que otros, debería intentar “sublimar” los aspectos agresivos que de por sí están presentes en las personas.

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“La inmensa mayoría de los que juegan, practican y dirigen el rugby son muy buena gente. Ahora, excluir que practicaban rugby teniendo en cuenta la serie de desmanes, ataques y atropellos no ayuda”, enfatizó el psicólogo haciendo referencia al caso de Fernando Báez Sosa. Esto teniendo en cuenta que hubo sectores molestos por referirse como “rugbiers” a los ocho procesados, ahora condenados.

Sergio Zabalza destacó que este deporte tiene una rica diversidad en varios aspectos culturales. No obstante, aún hay una gran resistencia a cambiar los patrones patriarcales o misóginos que llevan a sus jugadores a protagonizar hechos violentos.

Cinco de los ocho rugbistas fueron condenados a cadena perpetua. Infografía: La Nación

Otro ataque de rugbiers

Mientras gran parte de la sociedad paraguaya y argentina aún estaba pendiente del veredicto que recibirían los asesinos de Fernando Báez Sosa, un nuevo hecho de violencia protagonizado por rugbiers se desarrollaba en Corrientes, Argentina. Afortunadamente, este caso no tuvo un desenlace fatal; sin embargo, el patrón de actuar en grupo y atacar por sorpresa se repitió.

“Todo ocurrió entre las 6 y 7 de la mañana, cuando a la salida de los carnavales veo que un tipo se me acerca y me pega. Ahí, comenzaron a pegarme los que estaban con él, que después me enteré que eran rugbiers”, relató la víctima Leandro Chávez, de 31 años, en conversación con Radio Sudamericana. El fue brutalmente agredido a la salida del corsódromo Nolo Alías en Corrientes el pasado 29 de enero.

Chávez perdió piezas dentales y aún sigue en evaluación por golpes que recibió en la cabeza. A diferencia de Fernando, sí pudo ser ayudado por sus amigos, quienes lograron evitar que el suceso pase a mayores. “Yo lo único que me protegía era la cabeza. Si mis amigos no se me tiraban encima o los separaban, podría haber sido peor”, advirtió.

Las agresiones del hecho quedaron registradas en varias cámaras de seguridad de la zona y por teléfonos celulares, los que ayudarán a identificar a los agresores de Chávez. De acuerdo a la publicación del portal El Litoral, se está conformando una lista de testigos para agregar al expediente, ya sea personal de seguridad que se acercó al lugar y posibles testigos que ayuden a esclarecer el hecho.

Las agresiones del hecho quedaron registradas en varias cámaras de seguridad de la zona y por teléfonos celulares, los que ayudarán a identificar a los agresores de Leandro Chávez. Foto: Gentileza

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