Un retrato de Marilyn Monroe realizado por Andy Warhol en 1964 fue vendido este pasado lunes en 195 millones de dólares en una subasta de Christie’s, pulverizando el récord para una obra del siglo XX que ostentaba “Les Femmes D’Alger (versión 0), del pintor español Pablo Picasso.
El icónico cuadro, titulado “Shot Sage Blue Marilyn” se convierte así en la segunda obra más cara de la historia vendida en subasta, por detrás “Salvator Mundi” atribuida a Leonardo da Vinci, por la que su actual propietario, que según la prensa es el príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohammed bin Salmán, pagó 450,3 millones de dólares en noviembre de 2017.
Una persona presente en la sala abarrotada de la sede de Christie’s en el Rockefeller Plaza en Nueva York se llevó esta obra de Warhol que pertenecía a la Fundación de los fallecidos hermanos Thomas y Doris Ammann de Zúrich, Suiza.
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Aunque se ha quedado por debajo de los 200 millones que esperaba recaudar Christie’s, esta es la obra de arte contemporáneo más cara adquirida en una subasta, un récord que hasta ahora lo ostentaba “Les Femmes d’Alger (Las mujeres de Argel - versión 0)”, de Pablo Picasso que alcanzó los 179,4 millones de dólares en mayo de 2015, seguida por “Desnudo acostado” de Amedeo Modigliani vendida por 170,4 millones de dólares, también en 2015.
Asimismo, está muy por encima del propio récord de un ‘warhol’, el “Silver Car Crash” (Doble Desastre) por la que se pagaron 104,5 millones en 2013 y los 110,5 millones de dólares pagados por un Basquiat en 2017 en Sotheby’s, el récord hasta ahora de una obra de un artista estadounidense.
El nuevo propietario se lleva una de las obras “más importantes” que ha salido a subasta en una generación, y es la “cumbre absoluta del arte pop estadounidense”, recordó el presidente de la sección de arte de los siglos XX y XXI, Alex Rotter, cuando Christie’s anunció su venta el pasado marzo.
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Realizada a partir de una foto de un cartel publicitario de la película “Niágara” (1953) de Henry Hathaway, encarna, según Rotter, “la promesa del sueño americano que encapsula al mismo tiempo optimismo, fragilidad, celebridad e iconografía”.
El cuadro vendido pertenece a la serie de cuatro reproducciones de un metro por un metro que pasó a denominarse “Shot” (Disparo), después de que una visitante de “The Factory”, el estudio de Warhol en Manhattan, abriera fuego contra ellos, agujereándolos. Según la anécdota, la bala atravesó cuatro lienzos, que Warhol luego reparó. Así nació la serie “Shot” (Disparos).
La obra fue vendida en un lote con otras 35 piezas de artistas como Robert Ryman, Francesco Clemente, Sturtevant o Cy Twombly, entre otros, además de otros warhol. El total recaudado en el primer día de la temporada de subastas de primavera se elevó a 317,8 millones de dólares, que la Fundación dedicará a proyectos de salud y educación destinados a mejorar la vida de los menores en el mundo. “Hay algo especial con estas pinturas de Marilyn. Es mágico, tiene carisma”, dice a la AFP Richard Polsky, especialista de Warhol.
“Comprar inmortalidad”
Pero, sobre todo, dice, “estamos en un mundo donde el arte se ha convertido en una gran inversión”. El nuevo propietario, no solo “tendrá una gran obra, sino que también tendrá un trofeo. Es como “comprar la inmortalidad”. En los próximos días, la casa de subastas pondrá a la venta otras obras como “Retrato del artista como un joven indigente” que pintó Jean-Michel Basquiat en 1982 con un precio de salida de 30 millones de dólares, y “Untitled” (Sombras de rojo) de Mark Rothko, estimada en 80 millones y tres obras de Claude Monet que se espera que alcancen los 30 millones cada una.
Pese a que la pandemia puso de rodillas a Nueva York en 2020, su mercado del arte ha vuelto a recuperar la buena forma gracias a las grandes fortunas de la ciudad, pero sobre todo a los compradores de otras partes del mundo, sobre todo asiáticos y cada vez más jóvenes.
Fuente: AFP.