Aunque la colección de la plataforma para celebrar tal efeméride acoge más de 180 largometrajes, en CulturaOcio hemos decidido hacer una selección de diez títulos imprescindibles para conmemorar el Día del Libro. Foto: Europa Press.
10 adaptaciones literarias para celebrar el Día del Libro que puedes ver en FlixOlé
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Como cada año, el 23 de abril llega el Día del Libro y, para los cinéfilos, nada mejor que celebrarlo de disfrutarlo con adaptaciones de títulos literarios imprescindibles, muchos de ellos en la lengua de Cervantes. En FlixOlé, el servicio de streaming de referencia del cine español, alberga en su amplio catálogo más de un centenar de títulos basados en obras literarias, variopintas películas que no solo adaptan clásicos, sino también libros muy populares.
La literatura española, considerada una de las más ricas del mundo, ha sido y es fuente de inspiración para cineastas y guionistas. Realizadores de la talla de Gerardo Vera, Fernando Fernán Gómez, Pilar Miró, Mario Camus, Luis Buñuel, José Luis Garci, Imanol Uribe o Enrique Urbizu han llevado a la gran pantalla obras icónicas de autores celebérrimos como Francisco de Rojas, Miguel Delibes o Benito Pérez Galdós.
Aunque la colección de la plataforma para celebrar tal efeméride acoge más de 180 largometrajes, en CulturaOcio hemos decidido hacer una selección de diez títulos imprescindibles para conmemorar el Día del Libro.
Adaptación de la novela homónima de Miguel de Unamuno, Miguel Picazo dirigió en 1964 ‘La tía Tula’, protagonizada por Aurora Bautista y Carlos Estrada. Considerada una de las mejores películas españolas de la historia, obtuvo los premios a la mejor dirección y al mejor film español en el Festival de San Sebastián.
2.- TRISTANA (1970)
Nominada al Oscar a la mejor película de habla no inglesa y mostrada en la Selección Oficial del Festival de Cannes, Luis Buñuel regresaba a España y adaptaba de nuevo a Benito Pérez Galdós tras la celebrada pero polémica ‘Viridiana’. Catherine Deneuve, Fernando Rey y Franco Nero protagonizan este turbio y pérfido triángulo amoroso que desnudaba los instintos más básicos del ser humano.
Gonzalo Suárez llevó al cine el clásico de Leopold Alas ‘Clarín’. ‘La regenta’ tuvo de protagonista a Emma Penella en uno de los papeles más reconocidos de su carrera, al dar vida a una joven aprisionada en un matrimonio infeliz y cuyos deseos busca reprimir en una opresiva Vetusta (Oviedo), una opresiva ciudad de provincias.
4.- LOS SANTOS INOCENTES (1984)
El reconocido cineasta Mario Camus tuvo la titánica labor de llevar al cine el clásico de Miguel Delibes. ‘Los santos inocentes’ es considerada una de las mejores películas españolas de todos los tiempos. El filme obtuvo la Palma de Plata al mejor actor ex aequo para sus dos protagonistas, Francisco Rabal y Alfredo Landa. Un certero retrato de la España rural del franquismo.
5.- EL DISPUTADO VOTO DEL SEÑOR CAYO (1986)
Antonio Giménez Rico se atrevió también a adaptar otra novela de Delibes. ‘El disputado voto del señor Cayo’, protagonizada por Francisco Rabal y Juan Luis Galiardo, narraba el viaje de un candidato socialista junto con dos jóvenes militantes a un pequeño pueblo situado en el norte de la provincia de Burgos que tiene solo tres habitantes y de su experiencia cara a cara con el alcalde, el señor Cayo.
José Luis Cuerda adaptó en 1987 la famosa novela de Wenceslao Fernández Flórez. Una tragicomedia con tintes fantásticos que protagonizaron Alfredo Landa, Tito Valverde, Fernando Rey, Paca Gabaldón y Encarna Paso. Nominada a dos Premios del Cine Europeo (mejor película y mejor actor para Landa), esta adaptación cinematográfica obtuvo cinco Premios Goya, entre ellos el de mejor película y mejor interpretación masculina.
7.- LA CASA DE BERNARDA ALBA (1987)
Mario Camus llevó la célebre obra de Federico García Lorca a la gran pantalla. Irene Gutiérrez Caba, Ana Belén, Florinda Chico, Enriqueta Carballeira, Vicky Peña, Aurora Pastor, Rosario García Ortega y Mercedes Lezcano encarnaron a este opresivo matriarcado, que plasmaba el lado más oscuro de la España profunda de principios del siglo XX.
8.- EL PERRO DEL HORTELANO (1996)
Pilar Miró adaptó una de las grandes comedias del célebre Lope de Vega. Emma Suárez y Carmelo Gómez jugaron al gato y al ratón en esta historia de amor correspondidos a destiempo, en el que estuvo Ana Duato como tercera en discordia. Producción de época que obtuvo siete Premios Goya, entre ellos el de mejor dirección y mejor actriz.
Considerada una de las mejores películas de José Luis Garci, esta adaptación de la novela homónima de Benito Pérez Galdós fue nominada al Oscar a la mejor película internacional y obtuvo el Goya al mejor actor para su protagonista, un formidable Fernando Fernán Gómez. Un noble hidalgo asturiano vuelve a su tierra natal tras vivir varios años en el Perú, tras descubrir que una de sus nietas es ilegítima, buscará saber su identidad, a pesar de mantener una buena relación con ellas.
10.- MANOLITO GAFOTAS (1999)
Miguel Albadalejo tuvo el reto de convertir al emblemático niño de la saga de novelas infantiles de Elvira Lindo a la gran pantalla. La versión cinematográfica de ‘Manolito Gafotas’ mantiene esa esencia de comedia costumbrista que supo retratar la realidad de las familias de extrarradio de finales de los años 90. Fue nominada al Goya al mejor guion adaptado.
Publicar un libro que sea leído y reconocido, el desafío de cada escritor en Paraguay
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La pasión que mueve a un escritor es muchas veces tan grande como los desafíos con los que se encuentra en esta profesión, algunos de ellos son personales, como la elección de un tema, darle cuerpo y continuidad a una obra o elegir un título digno para ella; otros son externos y muchas veces los más difíciles de enfrentar como representa escribir en un país en el que históricamente se lee poco y la industria de la literatura está dando sus primeros grandes pasos, brindando un espacio más amplio a escritores nacionales.
“El primer desafío de un escritor paraguayo es lograr que su obra sea publicada sin tener que recurrir a su propio bolsillo, el segundo desafío es llegar a los lectores y ser leído, y el tercero es traspasar las fronteras. Salir de nuestras fronteras todavía es un sueño largamente anhelado por muchos autores paraguayos, esto es, logrando ser publicado por una editorial extranjera o conquistando al público internacional”, comenta la escritora y periodista paraguaya Milia Gayoso Manzur en conversación con La Nación/Nación Media, en el Día del Libro Paraguayo.
La autora reconoció que a todo lo mencionado anteriormente se suma el hecho de que un escritor en Paraguay no puede vivir solo de escribir y que, por ende, debe contar con trabajos paralelos, aceptando a su vez que en nuestro país aún no se ve la creación literaria como un trabajo que lleva tiempo y esfuerzo tanto físico como mental, como cualquier otra profesión.
Respecto a las necesidades del sector para que los escritores puedan trabajar en mejores condiciones, Milia Gayoso argumentó que el poder dedicar más tiempo sin presiones económicas a la creación de obras es crucial. “No hablo de la aparición de mecenas que nos faciliten la vida, sino de mejores condiciones editoriales, necesitamos que nuestro trabajo sea apreciado y valorado en todo el sentido de la palabra. Al ser limitada la cantidad de libros publicados, entonces el porcentaje de ganancia es muy bajo”, sentenció.
Más espacio
Gayoso destacó que el espacio con el que ahora cuentan los escritores nacionales en Paraguay ha sido ganado con los años, con mucho esfuerzo y con tenacidad, subrayando que para las nuevas generaciones de escritores las redes sociales y las plataformas digitales están siendo de mucha ayuda para promocionar y dar a conocer sus trabajos.
“Actualmente, existen más ferias de libros, se han abierto cursos de escritura y muchos escritores paraguayos son invitados por entidades extranjeras para impartir charlas o participar de actividades internacionales”, comentó la escritora, subrayando la creación de espacios como encuentros literarios y visitas a las instituciones educativas, donde incluso pueden ofrecer y vender sus obras.
Si bien incentivar el hábito de la lectura en nuestro país es una de las materias pendientes más importantes a nivel cultural, para la escritora esto va cambiando y se da en muchos casos por la pasión que se ve en las nuevas generaciones hacia la lectura. “Es una rareza hermosa ver a una persona leyendo mientras viaja, en nuestro país. Sin embargo, se empiezan a ver cambios; los niños sienten avidez de leer y eso se ve durante la visita a las escuelas, incluso hay casos en que los padres le toman el gusto a la lectura viendo a sus hijos con un libro en la mano”, enfatizó Gayoso.
El consejo de la escritora paraguaya para quienes quieran escribir o estén iniciando en esta aventura fue concreto y firme: “Les aconsejo que lean, lean y lean, hay que leer muchísimo; la lectura va a ser su mejor escuela, y el que escriba, que tome apuntes de sus ideas, de nombres, lugares, posibles títulos. Que escriban en la computadora, en agendas, cuadernos, servilletas. Hay que aprovechar cada momento de inspiración”, finalizó.
La lectura en el Paraguay por décadas ha prevalecido como uno de los hábitos pendientes a cultivar como sociedad, por muchos factores, afortunadamente uno de ellos no es la falta de escritores paraguayos, que si bien no son los suficientes cada vez se da un aumento de presencia de autores paraguayos en las góndolas de las librerías.
“El desafío principal en la actualidad es atraer la atención de los lectores en un país donde históricamente se lee poco, hay poco apoyo a la industria editorial y al trabajo de los escritores, pero vamos avanzando”, manifestó en conversación con La Nación/Nación Media el escritor paraguayo Andrés Colmán Gutiérrez.
El mismo aseguró que, si bien se ve en muchas librerías una mayor promoción de libros de autores ya consagrados con sagas populares -que incluso tienen sus versiones televisivas-, también se da en muchas editoriales nacionales y varias librerías un espacio preponderante a los autores nacionales, apoyando su trabajo y vendiendo sus obras, cosa que se vio en las últimas ferias de libros y dio un aire de esperanza para todos los escritores.
En el marco del Día del Libro, que se recuerda este 23 de abril, Nación Media conversó con tres referentes del mundo editorial local sobre la situación actual de esta herramienta del saber por antonomasia. Aunque todos coinciden en que el mercado librero se ha puesto cuesta arriba en los últimos tiempos, especialmente por la pandemia, la creciente digitalización y la mayor oferta de entretenimiento tecnológico, los entrevistados se reafirman en que la cultura del libro capeará con éxito los nuevos desafíos y seguirá vigente como fuente de conocimiento y de ocio.
El Día Internacional del Libro fue instituido oficialmente por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) en 1995 en homenaje, entre otros notables de las letras, a los dos más grandes escritores de todos los tiempos, el español Miguel de Cervantes y el inglés William Shakespeare, cuyas muertes acaecidas en 1616 coinciden alrededor del 23 de abril.
Con motivo de esta conmemoración consagrada para fomentar la lectura, la industria editorial y la protección de la propiedad intelectual, conversamos con los editores Javier Viveros (JV), del sello Rosalba; Carlos Vera (CV), de Arandubook, y Vidalia Sánchez, de Servilibro, quienes comparten su visión sobre la actualidad y el futuro de la industria editorial en el Paraguay.
–¿Cómo ven la situación del ámbito editorial en nuestro país?
–JV: No son estos los mejores momentos para la industria editorial. Primero fue la pandemia y después se vino una suba casi inverosímil del precio del papel, lo que repercute negativamente en toda la cadena del libro.
–CV: La situación del ámbito editorial es igual al de cualquier otro cultural: difícil. Pero esto tiene que ver con una serie de circunstancias como, por ejemplo, la situación económica, el auge de las redes sociales, las publicaciones en plataformas digitales, que tienen lo suyo, pero que, sinceramente, no son necesariamente competencia para las editoriales físicas a la larga. Lo que pasa es que los escritores, sobre todo los nuevos, al provenir de un ámbito más tecnológico y digital, piensan que las plataformas son la respuesta a todo, pero no es así. Para darte un ejemplo, cierta renombrada plataforma le paga al autor solo al alcanzar una meta de venta que, en la mayoría de las veces, no se cumple. Recién al llegar a cierta cantidad de compras ellos hacen el pago y puede resultar que un título sea exitoso en nuestro medio en lo físico, pero no en el digital. Como suelo expresarle a los autores, sitios como Amazon, por ejemplo, están muy bien, pero para decir que estás ahí. Las mayores ventas en dicho sitio se dan con las publicaciones en inglés, no necesariamente en castellano. Por otro lado, situaciones como la pandemia nos ha obligado a estar encerrados. Conspiraron, por un lado, contra nuestra libertad; pero, por el otro, posibilitaron el surgimiento de nuevos escritores que, enfrentados con la realidad que les rodeaba, quisieron exponer sobre el papel sus sentimientos y sus ideas. Igual cosa pasó con los que ya escribían, quienes incrementaron su producción. En líneas generales, hubo, a mi entender, un auge en el proceso de escritura, así como en la participación en talleres y en la lectura. Lo que nos falta, como sociedad, es mejorar nuestro poder adquisitivo, porque ganas de leer hay, aunque no siempre se cuenta con el dinero necesario para invertir en ese rubro.
–VS: Y está como en todos los países, reaccionando lentamente después de lo que fue la pandemia, donde tuvimos un bajón en la producción de libros y problemas en la parte económica en muchas empresas. Paraguay no fue la excepción y ahora lentamente desde mediados del 2022 el mundo editorial empezó a tener otra vez una vida activa. Esperemos que en este 2023 vaya mejorando y que las nuevas autoridades del Gobierno incentiven el libro, la lectura y que en el Parlamento se promulgue la nueva Ley del Libro, que desde el año 96 estamos luchando que salga porque la ley que rige actualmente en nuestro país está desfasada. No contempla muchísimas cosas, entre ellos no contempla lo de los libros digitales, por eso hay poca producción de libros digitales en nuestro país. Y bueno, estamos muy esperanzados.
Javier Viveros.
PREFERENCIA DEL PÚBLICO
–¿Cuál es el género que mayor salida tiene en el mercado?
–JV: El narrativo, sin dudas. La mayoría de nuestras ventas se dan en literatura infantil y novela.
–CV: Son varios, en realidad. La fantasía a través de los cuentos, los relatos, el mito, la aventura. Dos géneros que están muy fuertes también son la ciencia ficción y el terror adolescente. El género policial no mucho, casi nada que no sea discursivo o relativo a hechos ocurridos anteriormente. Otro aspecto a tener en cuenta es el auge de la literatura histórica. Excelentes y extensos trabajos de investigación y revisión histórica se han proyectado en los últimos tiempos. Muchos de ellos fruto de la coparticipación entre nacionales y extranjeros. La academia está trabajando muy bien en ese sentido, al igual que los centros de estudios sociales y los conglomerados de estudio.
–VS: El género que mayor salida tiene en el mercado paraguayo es literatura. Literatura e historia son los dos géneros más vendibles. O sea que no solamente es literatura porque se lee en los colegios, en las universidades, sino porque mucha gente lee literatura aparte de los estudiantes. E historia quizás por la historia que tuvimos en nuestro país, hay capítulos de la historia paraguaya que recién ahora van saliendo a luz. Yo creo que por eso los libros de historia también son muy pedidos.
Vidalia Sánchez.
INSTRUMENTO LEGAL
–¿Cómo les parece que puede beneficiar una iniciativa como la Ley del Libro para el fomento de la lectura?
–JV: Si esa ley en la que trabajamos en la Mesa Técnica del Libro entra finalmente a regir va a generar cambios verdaderos, a diferencia de la que está vigente, pues entraña un involucramiento efectivo del Estado en favor de toda la cadena productiva del libro. Se va a constituir en el motor que hace falta para despegar de una buena vez.
–CV: Como toda ley, es la practicidad y su uso los que le dan posibilidad de beneficio a las personas. Existen muchas leyes, hermosas algunas y pésimas otras, incumplibles también o que se violan constantemente. La Ley del Libro es el fruto de los desvelos de muchos colegas, de muchos actores de la cultura y hago votos por que sea una herramienta útil para el fomento no solo de la lectura, sino también de la publicación.
–VS: La Ley del Libro para el fomento de la lectura va a favorecer no solamente como mencioné para que se produzcan libros digitales, porque ya va a haber una penalización para los que obren mal con los libros digitales, sino porque también esta ley va a contemplar un montón de derechos que tienen los autores de los libros, los escritores, también las editoriales. La función misma del Estado con relación a la difusión del libro en la lectura. Esta ley también va a crear una Comisión Nacional del Libro que estará integrada por los gremios relacionados al libro y muchas instituciones públicas como el Ministerio de Cultura, el Ministerio de Educación. Y esta Comisión Nacional de Cultura va a tener un gran papel en la Ley del Libro, porque es la Comisión Nacional de Cultura la que va a velar para que se cumpla todo lo que va a contemplar esta nueva ley. Por eso es que queremos tanto que salga. Ahora ya tiene media sanción del Senado y ahora está en la Cámara de Diputados y ojalá se sancione y se promulgue lo antes posible.
Miguel de Cervantes.
–¿Qué tipo de títulos publica más la editorial a su cargo?
–JV: Hemos publicado mucha literatura para niños y también historietas. En el último bienio hemos entregado a la imprenta muchos libros del género narrativo: novela y cuento.
–CV: Mi editorial es muy pequeña. Nació de una necesidad específica y fue dando giros y cambios con el paso del tiempo. Arandubook está hace tres años en el mercado como sello editorial y desde el principio, desde su primera publicación, se ha volcado a la publicación histórica. Textos jesuíticos, temas sobre la historia civil de la Guerra del Chaco, sobre el mariscal José Félix Estigarribia. Además, trabajamos ediciones facsimilares de publicaciones periódicas ya agotadas que obran en nuestra colección particular que alberga libros nacionales y extranjeros desde el siglo XVIII. Pero, como todo esfuerzo, es hijo de las circunstancias. Incursionamos también en otros géneros desde el año pasado, en que habilitamos un concurso de cuentos cortos de ciencia ficción a través de un proyecto denominado Prometeo, que este año va a tener su versión 2023. En su versión 2022 tuvo la participación de más de 100 escritores de primera publicación, lo que de alguna manera nos brinda un panorama muy esperanzador sobre dos aspectos: la gente escribe y el género goza de buena salud en el Paraguay.
–VS: La Editorial Servilibro se dedica exclusivamente a la publicación de autores paraguayos. Hasta este momento tenemos 1.382 títulos publicados de 426 escritores y escritoras paraguayos. Nunca pudimos tener un perfil editorial definido por cuanto que en nuestro país hacía falta publicar de todo porque durante la época de la dictadura estaban muy controlados ciertos temas, ciertos libros, y entonces por eso desde la caída de la dictadura hay una avalancha de publicaciones de temas que en otra época no se hubieran tocado.
William Shakespeare.
OFERTA VARIADA
–Existe la sensación de que actualmente se escribe más, pero se lee menos. ¿Es así?
–JV: Lo es. Pienso que se lee menos porque nunca antes en la historia de la humanidad ha habido tanta y tan variada oferta de entretenimientos. Esas ofertas compiten con el viejo y querido libro, aunque este último otorga un conjunto de beneficios que otras opciones difícilmente pueden igualar.
–CV: No necesariamente. Y juzgo por las personas que están alrededor mío. La tecnología y su brazo digital han permitido que muchos títulos que antes no estaban al alcance de nuestras manos ahora sí lo estén a través de las plataformas comerciales. Por otro lado, los proyectos de digitalización y preservación de los acervos documentales, históricos algunos, han permitido el acceso a libros que antes ni siquiera imaginábamos. Bibliotecas, mapotecas, hemerotecas, discotecas, videotecas, museos y galerías nos permiten ver más. Si quiero saber qué se publicaba en internet hace un par de años, basta con acceder a Archive.org y puedo encontrar la información requerida. Ese acceso a los documentos; esa, digamos, democratización de la cultura visual y el entendimiento de que a partir de esos conglomerados de información que son las bibliotecas, a partir de programas digitales, podemos acceder al conocimiento, es de una riqueza y esperanza inigualables.
–VS: Yo no estoy de acuerdo. Yo creo que se escribe más y se escribe muy bien. Nuestros escritores y escritoras nos entregan muy buena calidad de materiales y yo creo que se lee mucho más. Muestra de ello es que unos 10 años atrás, en la librería entraba solamente gente mayor, gente adulta. Sin embargo, hoy día las librerías son muy visitadas por los jóvenes. Los jóvenes que hoy tienen el celular también. Sin embargo, se van a comprar a la librería libros físicos, libros en papel para regalar por el Día de los Enamorados, el Día del Padre, Día de la Madre, etc. Y eso a mí me parece que es una señal de que esos chicos que hacen eso leen. Yo estoy segura de que leen más. Y quizás la tecnología, el celular, la tablet, la notebook, hacen que los jóvenes lean más. De eso estoy segura.
Carlos Vera.
POLÍTICAS PÚBLICAS
–¿Qué cree que se debería hacer en materia de política pública para estimular la producción y consumo de libros?
–JV: Es preciso que ambas cámaras del Parlamento aprueben la Ley del Libro y que el presidente la promulgue. Ese será un paso de gigante.
–CV: Lo que la política tiene que brindarnos es la posibilidad de mejorar nuestra situación económica. Si a eso le sumamos la Ley del Libro y algún esfuerzo desde el ámbito de la educación, yo creo que lo demás vendrá por añadidura. Pero voy a hacer un agregado. El ámbito de la educación deberá, en algún momento, y espero que sea en la brevedad, encarar seriamente la utilización de la literatura como una herramienta de desarrollo cultural de las personas, no como un obstáculo que hay que pasar en los exámenes. Los programas deben mejorar en tal sentido, pero sustancialmente.
–VS: Desde luego que debe haber una política pública para estimular la producción y el consumo de los libros. La nueva Ley del Libro contempla eso, que el Estado debe comprar de cada título publicado, creo que cien ejemplares para los colegios públicos, las bibliotecas públicas, para ser distribuidos a los colegios y bibliotecas públicas. Estamos muy esperanzados en ese artículo a pesar de que la Ley del Libro que rige actualmente ya tiene incluido ese artículo, pero nunca se cumplió. Nunca se compraron esos cien títulos a las editoriales paraguayas.
–¿Cómo ves la labor del Estado, y del sistema educativo en particular, en cuanto a fomento de la producción intelectual y la lectura?
–CV: Ampliando lo que ya expresé, el Ministerio de Educación deberá reformar, retocar, modificar o clarificar el aspecto que le concierne como institución rectora de ese aspecto tan importante. Debería preocuparse más en que los discentes aprendan cuestiones que son fundamentales para su desarrollo como persona cívica. Como decía Ramón Indalecio Cardozo: “Debemos preparar a los niños para la vida”. Pero dentro de un espacio armonioso y útil en el que los profesores, los profesionales de la enseñanza, tienen importancia fundamental porque nadie puede enseñar lo que no sabe. El Estado, por su parte, debe poner lo suyo: establecer las condiciones claras y respaldar a la comunidad educativa. Y falta el último eslabón: la familia, sin cuya labor y respaldo, sin cuya responsabilidad en la formación primera de los educandos en su sociedad interna, nada sería posible. Lo que no se aprende en la casa, va a ser más difícil aprender en la escuela.
–VS: En el sistema educativo, en cuanto al fomento de la producción intelectual y la lectura, yo creo que hay muchas materias pendientes. Se tiene el Plan Nacional de Lectura, que se implementa a medias. Entonces, hace falta que desde las instituciones educativas y desde las instituciones del Estado, que deben fomentar el libro y la lectura, se haga una alianza con el sector privado. Yo estoy convencida de que si hay una alianza público-privada para el fomento del libro y la lectura esto va a avanzar mucho más.
EL FUTURO
–¿Cree que en un futuro cercano el libro físico va a desaparecer?
–JV: En un futuro no demasiado lejano, los libros de celulosa probablemente perderán su actual preeminencia frente al libro digital. Pero dudo de que ello los lleve a desaparecer del todo. Siempre quedará gente que prefiera la sensación de tener el libro físico en las manos, que disfrute del olor de la tinta y del papel, y que opte por tener una biblioteca de libros impresos.
–CV: De ninguna manera. Me reafirmo en que no va a desaparecer. Se imprimirá menos, tal vez. Se regularán las impresiones, se imprimirá bajo demanda, como en otros países, pero no va a desaparecer.
–VS: No, no va a desaparecer. Ustedes se acordarán de que se había anunciado de que con los libros digitales, el libro físico, el libro en papel iba a desaparecer totalmente. ¿Cuántos años hace de eso? Ahora empresas grandes como Amazon están buscando espacio físico en capitales de Sudamérica para nuevamente abrir librerías donde se vendan libros físicos, libros en papel.
Yo no creo que desaparezca el libro en papel. Los jóvenes mismos leen los libros en papel. Yo creo que van a ir tomados de la mano el libro físico con el libro digital. En nuestro país, al menos, es muy difícil que desplace al libro impreso en papel porque lo digital no está al alcance de todos.
–¿Alguna reflexión final?
–JV: Solo subrayar la importancia de la Ley del Libro y su potencial para mejorar las cosas en un área en la que llevamos mucho atraso respecto a los países vecinos.
–CV: Instar a las personas a que sigan creyendo en la lectura, que muchos escritores y editores estarán a su lado para ofrecerles las mejores opciones para seguir en ese camino tan especial.
–VS: Tenemos que luchar por un país de lectores. Yo sueño con un país de lectores acá en el Paraguay. Y se puede conseguir. Yo siempre comento que me dicen en el extranjero, cuando voy a las ferias internacionales, ¿es cierto que los paraguayos no quieren leer? Y yo les digo que no es cierto. Lo que pasa es que en mi país el libro no está al alcance de todos. Imagínense a alguien que gana un sueldo mínimo, que vive en alquiler, que tenga tres o cuatro hijos, debe pagar alimentación, gastos escolares, remedios, a esa familia no le alcanza para comprar un libro cada seis meses. Y el libro paraguayo no está al alcance de todos y no está caro. Con relación a los libros extranjeros, está mucho más barato y son de muy buena calidad. Lo que pasa es que hacen falta en nuestro país bibliotecas públicas, bibliotecas comunitarias, donde la gente pueda leer gratis. Eso hace falta. Donde ese carpintero pueda llevar una enciclopedia de carpintería a su casa, esa ama de casa que quiera leer un libro de jardinería para mejorar su jardín. O sea, hacen falta bibliotecas comunitarias, bibliotecas públicas, donde la gente acceda a los libros gratuitamente. Esa es una gran materia pendiente que tenemos en Paraguay. Y no es difícil. No es difícil porque eso, inclusive, no le costaría plata al Estado si es que se hace esa alianza público-privada que dije. Y como parte de esa alianza, de la responsabilidad social de las empresas privadas, yo creo que muchas empresas son sensibles a los temas culturales y van a apoyar, se pueden armar esas bibliotecas comunitarias, esas bibliotecas públicas.
Día internacional del libro: 8 títulos nacionales que todos deberíamos leer alguna vez
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Los libros tienen esa capacidad única de entretenernos, instruirnos y ayudarnos a escapar de nuestra propia rutina. Aprovechando que ayer fue el Día del Libro, rendimos homenaje a los grandes nombres de la literatura nacional.
Por: Luis Ríos
Pancha de Maybell Lebron
La historia de Pancha Garmendia comienza cuando Carlos Antonio López manda asesinar al padre de Pancha, quedando ella en manos de su tía quien la crió como a una hija. Cuando Pancha llega a la adolescencia se convierte en la mujer más bella del Paraguay. Para su desgracia, el hijo del verdugo de su padre se había enamorado de ella, pero Pancha lo rechaza a causa de su carácter.
El tema de esta obra -la más importante de la autora- es el enamoramiento de Francisco Solano López de la mujer más linda del país y su búsqueda exhaustiva por poseerla. Pancha lleva a los lectores a las vivencias del amor y el desamor, la lealtad, las traiciones y también de las angustias, el miedo, el terror y la claudicación como componentes de una guerra sangrienta.
En busca del hueso perdido (Tratado de paraguayología) de Helio Vera
Es uno de los libros paraguayos más vendidos de las ultimas décadas. Su contenido es hasta polémico. Está escrito en lenguaje simple pero explosivo, al proponer una visión descarnada y crítica del paraguayo. El libro obtuvo el premio ICI de la Embajada de España de 1988 y fue editado en 1990.
Sus 16 capítulos van explorando particularidades como: La aristocracia ava, La ley del ñembotavy, La hora paraguaya, Dios se lo pague, entre otros. Este título además se enmarca dentro de la saga: “Ciencia inexacta de la paraguayología” que contiene a los siguientes títulos: “El paraguayo, un hombre fuera de su mundo” o “El país de la sopa dura”.
La Querida - Renée Ferrer
La novela nos cuenta la historia del hermano de Dalila, Marco, un joven que no renuncia a derrocar al hombre más fuerte del país pero termina torturado y muerto. Sin embargo, eso no lo sabe ella, porque su amante le inventa un cuento piadoso de exilio.
La obra está ambientada en la época de la dictadura stronista. Tiene como figuras centrales al dictador y a su amante con personajes ficticios para crear una narración que resulta un retrato sobre las relaciones de poder.
Si bien dibuja lo que fue la última dictadura paraguaya, también refleja todas las dictaduras en sí y representa el ejercicio de poder absoluto en el ámbito que fuere, sin descartar el espacio familiar. Es considerablemente nueva (2008) y puede ser la indicada para la lectura de los más jóvenes, atendiendo la brecha generacional –y diferencias- entre millennials y centennials para con las generaciones anteriores.
Los Hombres de Celina - Mario Halley Mora
Celina es una joven que al terminar sus estudios de bachiller decide dejar su hogar en el interior del país, ya que su familia tenía un almacén y sus hermanos José, Román, y Arsenio se dedicaban plenamente a este. Así también Carlos, el hermano menor, decide aventurarse a la capital del país porque tampoco se imaginaba trabajando negocio familiar en el futuro.
La obra explora la codicia, el miedo y cómo a pesar de las dificultades se puede buscar la manera de salir adelante y sobrellevar los conflictos. Retrata muchos aspectos de la idiosincrasia paraguaya, contando a la vez una historia que engancha desde la primera oración, describiendo personajes en sus dilemas morales con los cuales es fácil identificarse.
La niña que perdí en el circo de Raquel Saguier
Una mujer adulta evoca a la niña que fue. Los conflictos y las experiencias de su vida actual ceden y retroceden ante la aparición de la infancia aún sentida y vivida en el último santuario posible, la poesía. Es un análisis de la juventud y de la vejez que quizás sea la obra cumbre de esta escritora que fue traducida al portugués y al francés. Cuenta con más de 18 reediciones y fue presentada en París en 1992.
La Babosa de Gabriel Casaccia
Transcurre completamente en Areguá, a 20 kilómetros de Asunción, popular por ser el sitio de elección de los capitalinos de aquella época para pasar sus veranos. El personaje principal es un arribista y novato abogado llamado Ramón Fleitas, quien tiene como propósito abandonar su origen campesino, casarse con el amor de su vida y liberarse de la opresión que representa para él vivir en el pueblo y no poder convertirse en poeta.
Lanzada en 1952, es considerada la primera gran novela paraguaya. La ambición, la intriga y el chisme forman parte de este texto que obliga a sus lectores a mirar un poco más dentro de sí mismos como una opción y una posibilidad de salvarse también de la miseria humana a través de la literatura.
La pierna de Severina de Josefina Pla
El cuento que siempre es recomendado en los colegios y llevado al teatro en incontables obras, recoge el drama de una joven cuya única pierna la condujo a un laberinto sin salida.
Júbilo, laboriosidad y una fe contagiante son las perlas que engalanan a las “Hijas de María”, una cofradía de mujeres que sirve en una parroquia y de la cual Severina -una joven de 26 años- desea fervientemente formar parte.
Escrita en 1983, es una de las mejores colecciones de cuentos de Josefina Plá, y su obra más trascendente en la cual demuestra el profundo conocimiento que llegó a tener del carácter de los paraguayos.
Yo el Supremo de Augusto Roa Bastos
José Gaspar Rodríguez de Francia es la figura central de esta ficción. Un hombre dedicado a la redacción de un interminable documento público, la Circular Perpetua. La relación del Doctor Francia con aduladores, intrigantes, súbditos y gobiernos vecinos se desarrolla durante el paso de las páginas mientras el “Karai Guasu” aspira a constituirse como poder absoluto.
Es el primer título que todo paraguayo cita cuando se le pregunta cuál es el libro insignia de la literatura nacional. No es para menos, ya que se lo considera una de las obras cumbre de la literatura en español y Roa Bastos también fue galardonado como el Premio Cervantes en 1989, lo que equivale al Premio Nobel de las letras hispánicas.
Los libros para ser identificados cuentan con un sello que indica que pertenecen a la biblioteca callejera y que está prohibida su venta. Foto: Nadia Monges.
La iniciativa denominada “Bibliotecas callejeras paraguayas” inició en el año 2018 y actualmente cuenta con 145 bibliotecas, el propulsor de este proyecto es Aníbal Barreto. Hoy, por el Día del Libro, se resalta esta acción social que busca implementar el hábito de la lectura a compatriotas de diferentes puntos del país, con la entrega de libros gratuitos en canje o préstamo.
“A mi me vinculan mucho siempre con el libro, porque esa idea de la biblioteca callejera en el 2018 la trajimos de Estados Unidos, por una casualidad que vimos en una plaza pública, en una ciudad. Vimos el diseño de la biblioteca y de ahí trajimos e hicimos en Paraguay”, comentó Aníbal Barreto al canal GEN - Nación Media.
“Con mucha dificultad, la gente decía esto no va a andar, no va a funcionar. Pero increíblemente en Paraguay hoy tenemos 145 bibliotecas, armadas en diferentes puntos. La idea es que la gente, que tenga interés, lo levante y haga, la persona que hace el proyecto también cuida su biblioteca, la idea central de cómo funciona es; traer un libro y llevar otro”, expresó.
Los libros que se donan son distribuidos en las bibliotecas callejeras en diferentes puntos del país. Foto: Nadia Monges.
El modo del manejo de la biblioteca callejera sería el canje de un título por otro o llevar un libro como préstamo. Según Barreto, el método no se cumple, ya que muchas personas llevan las obras literarias y no las devuelven.
El precursor también indicó que es una idea importante que la ciudadanía cuente con libros en sus casas. El mismo presume que estarían más de 3.000 libros circulando, que fueron destinados a las bibliotecas callejeras ubicadas en diferentes sectores del país.
“En nuestro caso, nosotros recibimos muchas donaciones de libros, hay bibliotecas enteras que nos donan. Hay una situación que hay que tener en cuenta, hay gente que acumulaba muchos libros en la casa, después de repente se muda en un departamento y ya no tiene lugar para una biblioteca, entonces esa gente dona los libros, nosotros nos encargamos de ir a buscar, traer y colocar en las diferentes bibliotecas que tenemos en el país”, explicó Barreto.
“Hace unos días enviamos 2.000 ejemplares de libros a Itapúa de Naranjal. Es una biblioteca que hemos armado allá. Siempre estamos enviando libros al interior, donde es más difícil digamos el conseguir libros, en Asunción no es difícil, hay muchos donantes de libros, siempre estamos teniendo donantes”, destacó.
Por otro lado, los muebles son de utilidad pública que se encuentran al cuidado de la gente, según indicó Barreto, los mismos se respetan y no se destruyen. Del total de 145 bibliotecas callejeras, se habrá perjudicado uno o dos, pero en raros casos.
Los libros para ser identificados cuentan con un sello que indica que pertenece a la biblioteca callejera y que está prohibida su venta. Para donar los libros se pueden comunicar al 0986-700314, los organizadores buscarán los ejemplares o también pueden recibir los libros en su domicilio.